La Habana, agosto, (SEMlac). – Emprender, para muchas mujeres, significa aprender a lidiar con la incertidumbre, sostener múltiples roles, aprovechar las oportunidades y, sobre todo, confiar en otras.

Esas fueron algunas de las certezas compartidas en la más reciente edición de Ellas hablan, espacio de intercambio y alianzas impulsado desde 2022 por la revista Negolution, en colaboración con la Embajada del Reino de los Países Bajos y la Fábrica de Arte Cubano (FAC).

El encuentro, realizado el 16 de agosto en la FAC, tuvo como protagonista a Daybell Pañellas Álvarez, psicóloga, profesora investigadora e integrante de la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana, presente como anfitriona prácticamente desde el surgimiento de este espacio.

La acompañó Marta Deus, cofundadora de Negolution e impulsora de la iniciativa, quien recordó que el proyecto nació tras constatar que solo alrededor del 25 por ciento de las empresas en Cuba eran dirigidas por mujeres.

“Pensamos entonces en cómo animar a otras a emprender, a dirigir negocios. Así surgió la idea de compartir historias de mujeres que han logrado abrirse camino”, dijo.

 Una apuesta por el potencial femenino

Desde su experiencia académica y personal, Pañellas valoró que lo común entre todas las emprendedoras que han pasado por el espacio es “el deseo, la búsqueda de un sueño y la fuerza para mantenerlo, lidiando con obstáculos e incertidumbres, pero también con los múltiples roles de madre, profesional, cuidadora, pareja o esposa”.

Recordó que su acercamiento al emprendimiento inició en 2010, durante la investigación para su tesis de doctorado, a partir del interés por estudiar las desigualdades sociales, cuando el fenómeno comenzaba a expandirse en Cuba.

“Desde entonces he seguido investigando y tuve el privilegio de integrar la primera red de emprendimiento de la universidad, donde profesores y emprendedores compartimos experiencias y aprendizajes”, explicó.

Esa trayectoria, señaló, la llevó a reconocer las brechas de género en el sector.

“El emprendimiento se asociaba mayormente con hombres, sobre todo blancos y de mediana edad. Generalmente, las mujeres no aparecían como protagonistas de los nuevos negocios: eran esposas, representantes, pero no las dueñas. Ellas hablan nació precisamente como un espacio para posicionar a las mujeres, y ese fue el atractivo principal”, enfatizó.

A su juicio, la iniciativa también le permitió romper rutinas del ámbito académico, abrir ventanas de creación y lograr que las investigaciones se volvieran tangibles. “La academia muchas veces se queda en papeles que leen pocos. Aquí cada entrevista validaba lo que mostraban los estudios y convertía la investigación en algo vivo, útil, conectado con la gente”, señaló.

Valoró Ellas hablan como un puente entre universidad, emprendimiento, sociedad e incluso decisores. “Creo firmemente que solo desde ese diálogo crecemos”, expresó. Y confesó que permanecer en el proyecto fue también un aprendizaje de vida: “Ha sido verme en las otras, aprender de las otras, reafirmarme en ellas, incluso tomar energía de las otras”.

En estos tres años se han puesto sobre la mesa temas que van desde la carga mental y los desafíos de conciliar la vida laboral y personal, hasta la presión social por el éxito y la necesidad de crear ambientes seguros y solidarios, precisó  Marta Deus a SEMlac.

Refirió que en varios testimonios aparecieron historias de ruptura familiar, sobre todo cuando el emprendimiento implicaba dedicarle mucho tiempo al negocio y no siempre las parejas estaban preparadas para asumirlo.

Espacio Ellas hablan
Los temas abordados en estos tres años del proyecto van desde la carga mental y los desafíos de conciliar la vida laboral y personal, hasta la presión social por el éxito y la necesidad de crear ambientes seguros y solidarios, señaló a SEMlac Marta Deus: Foto: SEMlac Cuba

“Pero también vimos el otro lado: las emprendedoras más exitosas son las que han contado con apoyo familiar, con redes que las sostienen. Además, las que han entendido que la competencia entre mujeres es una debilidad. Ganamos mucho más cuando no nos miramos como rivales, sino como aliadas”, dijo.

En opinión de Pañellas, las historias contadas en Ellas hablan evidencian que la colaboración resulta clave en un contexto donde aún pesan estereotipos de género y desigualdades. Para muchas, ha significado poder delegar, compartir cargas y validar el derecho al autocuidado y al descanso, comentó.

Deus resaltó que, a lo largo de estos años, el espacio ha logrado visibilizar referentes femeninos que de otro modo habrían quedado invisibles en el ecosistema emprendedor cubano. “Para nosotras ha sido importante escuchar sus estrategias, errores, intuiciones, miedos y logros. Son aprendizajes que se multiplican porque otras pueden verse reflejadas y motivarse”, explicó.

El intercambio, añadió Pañellas, dejó lecciones que trascienden lo empresarial: la importancia de cuidar la salud mental, la necesidad de políticas públicas que acompañen el emprendimiento femenino y la urgencia de construir narrativas que reconozcan el aporte de las mujeres en el desarrollo económico y social.

Llamó la atención sobre el hecho de que emprender no se limita al sector privado, como lo demuestra el testimonio de varias de las mujeres entrevistadas en Ellas hablan, aunque reconoció que se suele enfrentar prejuicios y estigmas.

Existe la idea de que la innovación o la iniciativa propia no encajan en la estructura estatal, pero asumir ese espíritu emprendedor desde el sector público resulta igualmente decisivo para el desarrollo del país, pues permite vincular la investigación, la docencia y la práctica con las necesidades reales de la sociedad, comentó.

Tomar decisiones y reinventarse

La psicóloga, quien “cierra un ciclo de su vida en Ellas hablan”, confesó que decidir emprender un nuevo camino personal o profesional se parece mucho al reto de quienes inician un negocio: “Es tomar una decisión difícil, reinventarse, partir a lo incierto. Pero también es continuidad y transformación, porque los cambios no son rupturas totales”.

Espacio Ellas hablan
Sostener múltiples roles, aprovechar las oportunidades y confiar en otras fueron de las certezas compartidas en la más reciente edición de Ellas hablan. Foto: SEMlac Cuba

Ese tránsito, explicó, demanda confianza en una misma y disposición para arriesgar, incluso en escenarios poco claros. “Las oportunidades a veces llegan disfrazadas de miedo. Ellas hablan también fue eso para mí: la oportunidad tomada. Me permitió aprender de las demás, reafirmarme y tomar energía de otras mujeres”, relató.

Tanto Deus como Pañellas coincidieron en que los retos no terminan aquí. El desafío está en mantener vivos los vínculos creados y seguir apostando por un ecosistema más justo y colaborativo.

“Emprender no es solo generar ganancias. Es crear valor, transformar realidades y abrir caminos para otras”, apuntó Deus.

Pañellas, por su parte, insistió en que lo más valioso es no sentirse sola. “El emprendimiento se parece a la vida misma: no se puede llevar adelante en aislamiento. Necesita de comunidad, de redes y de complicidad”, subrayó.

Añadió que, más allá de los negocios, muchas de ellas han encontrado su pasión en formar a otras personas y multiplicar lo aprendido. “Son mujeres con mucha humanidad, con sentido de equipo y de comunidad, que reconocen el valor de las demás en su propio crecimiento”, destacó.

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