La Habana, diciembre (SEMlac).- Un consenso sobre intersexualidades y la creación de un protocolo único para la prevención y atención del abuso sexual infantil se inscriben entre los resultados más relevantes del trabajo de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes) en 2024.

Beatriz Torres, presidenta de la Socumes, valoró esos dos procesos como valiosos aportes a la comprensión y actuación frente a las violencias de género y ponderó que contaron además con la participación de profesionales de diversas disciplinas, en un diálogo de saberes y experiencias que enriqueció ambas propuestas.

Durante la reunión metodológica del trabajo y las proyecciones de la Socumes, realizada en La Habana el 26 de noviembre, una treintena de especialistas de esa organización y algunos colaboradores reconocieron el trabajo de consensos que han desarrollado con el acompañamiento del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Cuba.

Entre esos consensos promovidos y acordados desde la Socumes se encuentran también el de enfermedades crónicas y salud sexual y reproductiva, que incluye las enfermedades renales, la diabetes mellitus, padecimientos del suelo pélvico y el cáncer; el de prevención y atención de la violencia de género; así como el de salud sexual masculina y masculinidades.

 Un nuevo consenso

La psicóloga Adriana Agramonte, coordinadora de la sección de Diversidad sexual de la Socumes, expuso en la reunión las principales recomendaciones emanadas del Consenso de Intersexualidad, una experiencia que contó con la participación de especialidades como endocrinología, genética, cirugía, urología, psicología, sexólogía, sociología y pedagogía, además de personas intersex y sus familias.

“Integrar ese conjunto diverso de profesionales fue un gran desafío, un aprendizaje colectivo para implementar el debate colaborativo en ciencia, que es al final el que debe prevalecer en cada discusión científica”, destacó la psicóloga.

Agregó que actualmente se prepara la publicación digital sobre ese consenso para que sea socializado.

La psicóloga Adriana Agramonte, Socumes
La psicóloga Adriana Agramonte, coordinadora de la sección de Diversidad sexual de la Socumes, expuso en la reunión las principales recomendaciones emanadas del Consenso de Intersexualidad. Foto: SEMlac Cuba

Reconoció que la conceptualización sobre estos temas ha ido evolucionando en el tiempo, pero se mantiene en construcción, por lo que no hay una manera única de nombrar las intersexualidades. El énfasis se situó en las infancias y adolescencias, porque es el grupo etario donde se ubican las mayores demandas y dificultades.

El análsis realizado reconoce que, para las personas con condición intersexual, variación genital, bio diferencia en las características sexuales y conductuales respecto a las esperadas culturalmente, son comunes las experiencias de sufrimiento humano, además de que existe vulnerabilidad física, sexual, psicológica y social en comparación con otras poblaciones, señaló Agramonte.

Hubo acuerdo en la necesidad de elaborar una estrategia de manejo integral y a largo plazo, proveer cuidado óptimo por un equipo multidisciplinario experimentado, desde una óptica integral y personalizada, con un enfoque de derechos y bioético.

Durante la elaboración del consenso, se habló de la necesidad de alcanzar una flexibilidad en la interpretación del género en relación con los cuerpos, para que el equipo de salud, en el momento del nacimiento de esa persona, disponga de las herramientas y los recursos para entender y explicar, con lenguaje adecuado y fluido y una carga de asertividad, que aún no es posible ubicar a la criatura en el binario mujer-varón, reflexionó la especialista.

La propuesta final establece que el equipo multidisciplinario lo integren especialistas de neonatología, endocrinología y genética, encargados de explicar a la familia que existe un grupo de investigaciones, estudios y procederes necesarios, que permitirán un acercamiento al diagnóstico y harán posible un proceder determinado.

Durante el proceso de estudios diagnósticos se debe ampliar el equipo de salud con otros especialistas, como los de cirugía pediátrica, urología y psicología, preferentemente con entrenamiento en sexología, para acompañar a esas infancias a lo largo de sus historias de vida. En función de las necesidades podrán incorporarse también de ginecología, trabajo social y del sector jurídico.

Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes)
La sexualidad relacionada con las discapacidades; la salud mental, las violencias y los transtornos sexuales; el abuso de la pornografía y las disfunciones sexuales y la salud sexual en el climaterio se incluyen entre los temas sigeridos para el trabajo de la Socumes en 2025. Foto: SEMlac Cuba

Respecto a la evaluación urgente, Agramonte dijo que se definió considerar las situaciones que suponen un riesgo real y vital, para los cuales existe un protocolo de tratamiento, como son los casos de pérdida salina, hiperplasia suprarrenal congénita y otros.

Acerca del dilema del sexo al nacer, se apostó por el enfoque de derechos, la decisión basada en el derecho a la autodeterminación sexual, a reconocer desde lo jurídico la posibilidad de una tercera opción y por el consentimiento informado, como requisito obligatorio, entre otros aspectos claves.

También se sugirió incorporar la mirada desde la medicina de género a los equipos de salud, pues todavía priman muchos estereotipos y prejuicios entre especialistas de la salud y la práctica aún se centra más en el momento de la cirugía de adecuación genital.

Además, se habló sobre el bienestar psicológico, el enfoque médico centrado en la persona, del acompañamiento psicológico en un entorno social inclusivo y no discriminatorio, de respeto a los derechos sexuales y reproductivos.

Protocolo vs. abuso sexual infantil

Contar finalmente con un protocolo único para la prevención y atención del abuso sexual infantil permite disponer de una guía o ruta para poder acompañar de forma integral estos casos y otras expresiones de maltrato infantil, sostuvo Ana María Cano, especialista del Centro Nacional de Educación Sexual.

“Es complejo unificar criterios, porque esto no es un problema solo de salud. Esto es un problema social”, reconoció. “Este es un problema de derecho. El abuso sexual infantil es una problemática muy seria, más frecuente de lo que quisiéramos”, acotó.

la psicóloga Ana María Cano, Socumes
El abuso sexual infantil es una problemática muy seria, más frecuente de lo que quisiéramos, alertó la psicóloga Ana María Cano, especialista dle Centro Nacional de Educación Sexual. Foto: SEMlac Cuba

De manera sintética se refirió a los métodos de evaluación e indicadores considerados , como las capacitaciones asociadas, sus evaluaciones previas y posteriores, las diversas disciplinas asociadas, la obligación del reporte de casos, el monitoreo de tendencias de la violencia en la niñez, los tiempos en las respuestas y la calidad de los servicios, entre otros.

También, la identificación de los cuellos de botella en los servicios para el abordaje de la violencia contra niños y niñas; así como la construcción de un instrumento que permita definir, antes y después, qué ha pasado con esa capacitación.

Como aspectos claves del protocolo, mencionó además la prevención y atención en los diferentes escenarios y el vínculo entre actores y especialistas de salud, educación, oficiales de menores, trabajadores sociales y actores comunitarios.

Agregó que debe incluirse un reporte de casos de abuso sexual infantil y otras formas de maltrato que puedan incrementar la vulnerabilidad al abuso, como la negligencia emocional y el abandono.

Respecto al monitoreo de las tendencias epidemiológicas de la violencia en la niñez, explicó que deben incluirse los casos repetitivos, teniendo en cuenta que las vías de entrada son múltiples.

Durante las intervenciones se reconoció que en la ruta de acompañamiento y atención a esta problemática existen muchos vacíos legales y falta integración, también se necesita establecer determinadas prácticas, como proteger a la víctima por encima de proteger el secreto porfesional.

Durante la reunión de la Socumes se señaló que en estos consensos y construcción de protocolos se reitera la ausencia de personas decisoras, cuya participación es necesaria para poder articular asuntos como estos, que tienen que ver con la implementación de todo lo que está pensado, acordado y escrito.

La psicóloga María Teresa Díaz, Socumes
La psicóloga María Teresa Díaz llamó la atención sobre lo que ocurre con los niños varones, cuya entrada y tránsito por la ruta de atención puede ser mucho más compleja aún, por los estereotipos y prejuicios anclados en los imaginarios sociales y la cultura patriarcal. Foto: SEMlac Cuba

La psicóloga María Teresa Díaz llamó la atención sobre la necesidad de incluir una mirada de género de cara al abuso sexual infantil y el tema de lo que ocurre con los niños varones, cuya entrada y tránsito por la ruta de atención pueden ser mucho más complejas, por los estereotipos y prejuicios anclados en los imaginarios sociales y la cultura patriarcal.

Intervino también Anaely Betharte Gutiérrez, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Personas Sordas e Hipoacúsicas en La Habana, auxiliada por una intérprete de la lengua de señas. Explicó que la comunidad sorda tiene muchas dificultades, pues sus integrantes no comprenden los vocabularios de los especialistas, por eso carecen de suficiente información.

Anaely Betharte Gutiérrez, Ansoc
Anaely Betharte Gutiérrez, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Personas Sordas e Hipoacúsicas en La Habana, se refirió a las barreras y dificultades qeu encuentra esa comunidad y a las violencias específicas que viven. Foto: Tomada de Facebook

“Somos alrededor de 23.000 miembros de diferentes lugares, también jóvenes, personas gays, lesbianas… tenemos muchos problemas con las violencias, por ejemplo, con la familia, porque muchas veces no conocen nuestro idioma, no nos entienden y nos quedamos calladas”, expuso.

“Las personas sordas estamos luchando por tener una igualdad en la sociedad. Estamos potenciando la autoestima, declaró. Las situaciones que ustedes encuentran en la vida social son mucho más difíciles para nosotras, pues nos cuesta que nos atiendan y entiendan. La policía no solicita intérpretes para eso y las personas sordas muchas veces van solas a esos lugares a hacer la denuncia”, relfexionó.

La psicóloga Consuelo Martín, del Centro de Estudios Demográficos de la Universaidad de La Habana, insistió en colocar el contexto histórico completo, como parte de la historia personal y de las familias.

“Creíamos antes que eran y son casos más naturales y frecientes del oriente cubano estas cuestiones de violencia y abuso sexual; eso no es cierto, ocurren en cualquier parte del país, en cualquier familia. Creíamos antes que era en personas que tenían menos recursos y eso tampoco es cierto; la violencia no tiene nada que ver con la solvencia”, sostuvo.

De cara a las adolescencias abusadas, dijo, se necesita poner en evidencia que abusan miembros de las familias o conocidos, no gente extraña y ajena. Se impone reflexionar también sobre prácticas familiares no saludables asociadas a estas problemáticas.

En un segundo momento, al final de la reunión, se valoraron y propusieron varios temas para dar continuidad al trabajo de Socumes en 2025. La sexualidad y las discapacidades vinculadas a las etapas tempranas de la vida; la salud mental, las violencias y los trastornos sexuales; el abuso de la pornografía y las disfunciones sexuales y la salud sexual en el climaterio fueron algunas de las sugerencias.

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