El desafío de escuchar a las infancias

La Habana, noviembre (Especial de SEMlac). La mediación adulta sigue predominando en los espacios de participación que se abren a niñas, niños y adolescentes en Cuba, confirma un reciente estudio acerca de la cobertura mediática de la consulta previa a la aprobación, en julio de 2025, del nuevo Código de Niñez, Adolescencias y Juventudes.

Realizado por un equipo del Instituto Internacional de Periodismo José Martí (IIPJM), en alianza con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el análisis identificó una brecha entre el reconocimiento del derecho de las infancias a opinar  sobre asuntos que les atañen directamente y el reflejo real que los medios de prensa hicieron de esa participación.

“Analizamos la cobertura periodística de la discusión del proyecto de Código. Si bien en casi todos los trabajos se reconoce el derecho a opinar y a la autonomía progresiva de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, solo en el 15,2 por ciento (siete de 46) se incluyeron sus voces”, detalló a SEMlac la psicóloga Rachel Lambert Correoso, quien integró el equipo de investigación.

“La escasa inclusión de voces directas de niñas, niños y adolescentes en el reflejo mediático contradice el espíritu participativo del propio proceso de consulta”, insistió la profesora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la Universidad de La Habana, parte de la red de colaboradores de diversos perfiles que se nuclea en torno al IIPJM.

El proceso de consulta comenzó en enero de 2025, con la coordinación de más de una decena de organismos estatales y la colaboración de diversas entidades, organizaciones, instituciones, docentes, estudiantes y representantes de la sociedad civil y la cooperación internacional, como la propia Unicef.

Posteriormente, desde el 4 de abril de 2025, se llevó a cabo una consulta masiva en centros educativos de todo el país, para la cual más de 825.000 niñas, niños, adolescentes y jóvenes aportaron opiniones y sugerencias directamente vinculadas al texto en discusión.

Un Código para el futuro

El Parlamento cubano aprobó la nueva normativa el 18 de julio de 2025. Especialistas coinciden en que se trata de una ley integral y moderna, que sustituye la vigente desde 1978 y amplía la protección, participación y garantía de derechos de las personas de 0 a 35 años.

La disposición normativa tiene como antecedente la aprobación de la Política Integral para la Atención a la Niñez y Juventudes en 2023 y toma también como referencia instrumentos jurídicos internacionales de los que Cuba es firmante, entre ellos la Convención de los Derechos del Niño (CND).

En opinión de la jurista Lisy Alina Jorge Méndez, oficial de Protección de Unicef en Cuba, un cambio significativo es que la normativa anterior era esencialmente política y programática, pero no definía jurídicamente derechos, garantías o mecanismos de protección para estas poblaciones, valoró durante un Taller para radialistas realizado en la capital cubana entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre.

Lisy Alina Jorge Méndez, oficial de Protección de Unicef en Cuba
Este Código es muy sólido y técnico, de contenido jurídico, con derechos, garantías y mecanismos de protección, pero su complejidad exige un esfuerzo de los medios para “traducirlo” al público, opina Lisy Alina Jorge Méndez, oficial de Protección de Unicef en Cuba. Foto: Tomada del Instagram de Lisy Alina Jorge Méndez

“En cambio, este Código es muy sólido y técnico, de contenido jurídico, con derechos, garantías, principios y mecanismos de protección. Es muy avanzado y responde a los estándares internacionales del Comité de los Derechos del Niño”, precisó Jorge Méndez en el encuentro, como parte del proceso de mentoría impulsada por Unicef para fortalecer la oferta radial dedicada a niñas, niños y adolescentes.

La especialista reconoció que esa misma solidez técnica conlleva “una complejidad mayor a la hora de traducirlo para el público”, por lo cual el papel de los medios de comunicación se convierte en particularmente relevante.

Entre los principales aportes de la norma jurídica está el reconocimiento de las poblaciones infantiles, adolescentes y jóvenes como sujetos activos de derecho, con principios clave como la autonomía progresiva y el interés superior del menor.

Este cuerpo legal protege a niñas, niños, adolescentes y jóvenes frente a maltratos, abuso, discriminación, explotación laboral y trata en diversos entornos —hogar, escuela, comunidad y digital— y reconoce la etapa juvenil de 18 a 35 años, detalló Jorge Méndez.

También establece un sistema institucional articulado a nivel municipal, provincial y nacional para la protección integral y el seguimiento de políticas públicas en favor de la niñez, las adolescencias y juventudes, con énfasis especial en los grupos en situación de vulnerabilidad.

El reto de los medios

Si bien los medios cubanos visibilizaron ampliamente los logros del proceso de consulta del nuevo Código de Niñez, Adolescencias y Juventudes, junto a su importancia y valores, también mostraron una cobertura con brechas y desafíos, confirmó el estudio realizado por el equipo del Observatorio Temático de Medios del IIPJM, actualmente en proceso de publicación.

Fueron analizados 46 trabajos de prensa escrita, digital, radio y televisión publicados entre enero y junio de 2025, con presencia de todas las regiones del país. Se identificó un predominio absoluto de la nota informativa (78,26%) frente a géneros más profundos como reportajes o entrevistas.

“Es una tendencia que hemos estado viendo en monitoreos anteriores realizados por equipos del instituto sobre la cobertura de asuntos como el embarazo adolescente, el envejecimiento o la violencia de género. Se trata de un comportamiento que limita el análisis crítico profundo de esos fenómenos”, valoró Lambert Correoso.

Ese resultado también coincide con el del estudio “Violencias de género: relatos desde los medios”, realizado por SEMlac Cuba en cuatro medios cubanos entre finales de 2024 e inicios de 2025, en alianza con World Association for Christian Communication (WACC), con fondos de Brot für die Welt,.

A juicio de Maikel Simón, subdirector, guionista y director de programas de Radio Mayabeque, radicada en la provincia homónima limítrofe con La Habana, puede relacionarse con la tendencia de los medios a trabajar por campañas puntuales.

A menudo las coberturas y programas se diseñan sin “retroalimentación ni continuidad para dar seguimiento a cómo se implementan las leyes o las políticas”, opinó Simón, uno de los participantes del taller de radialistas convocado por Unicef, donde también fueron presentados los resultados del estudio.

Encuentro de Unicef con realizadores de radio
Radialistas participantes en el taller de Unicef recibieron información tanto sobre el contenido y aportes del nuevo Código, como de los resultados de la investigación realizada por el equipo del Iipjm. Foto: Unicef

Además de la inclusión limitada de voces directas de niñas, niños y adolescentes, el monitoreo del IIPJM identificó insuficiente representación de la diversidad en términos de género, territorio, raza y condición socioeconómica y un pobre tratamiento audiovisual.

Ariadne Argudín, directora de programas infantiles en la emisora Radio Taíno, con sede en la capital, apuntó que eso también depende de las competencias profesionales que cada persona tenga y del objetivo de la emisora o medio, su plan temático y la audiencia a la que está dirigido el programa o trabajo específico.

Niñez y adolescencias en Cuba.
El nuevo Código reconoce a niñas, niños, adolescentes y jóvenes como sujetos de derecho, establece protección frente a la violencia en todos los entornos y crea un sistema institucional articulado para su protección integral desde lo local hasta lo nacional. Foto: SEMlac Cuba

Entre las buenas noticias, el análisis encontró que más del 60 por ciento de los trabajos conectaron adecuadamente el Código con el marco jurídico y las políticas públicas vigentes y, en general, los medios usaron un lenguaje respetuoso y libre de estigmatización.

Como buenas prácticas se identificaron textos -aunque pocos- que incorporaron testimonios directos de menores, abordaron problemáticas sociales concretas como la violencia, la migración o la inclusión educativa, y lograron una comunicación más participativa y plural.

El informe concluyó que persisten limitaciones estructurales en la labor de los medios de prensa, que restringieron la profundidad, diversidad y representatividad de la cobertura del proceso de consulta del Código.

La novedosa legislación debe entrar en vigor acompañada de un programa nacional de capacitación y divulgación, explicó Jorge Méndez y llamó a pensar de forma colectiva en cómo “este código puede ser una herramienta de comunicación para los derechos de niños, niñas y adolescentes”. 

taller "La Casa de Mamá Tomasa"
Ariadne Argudín, directora de programas infantiles en Radio Taíno, explicó que su taller «La Casa de Mamá Tomasa» confirma que los medios pueden ser herramientas de inclusión y educación en derechos. Foto: Unicef

¿Qué tendríamos que hacer de conjunto para convertirlo en esa herramienta y qué rol corresponde a los medios de comunicación?, se preguntó la oficial de Protección de Unicef.

Al respecto se pronunció Eduardo Bertot, director y guionista de programas de Radio Granma, una de las emisoras de la provincia del mismo nombre, a poco más de 800 kilómetros al este de La Habana. El creador señaló la necesidad de “un cambio de mentalidad, que no se logra de la noche a la mañana”.

“Es ahí donde el marco legal, acompañado de acciones formativas y de comunicación, debe permear en la conciencia de las personas”, precisó el también tallerista de la mentoría radial facilitada por Unicef

En tanto, Argudín propuso usar el arte como un buen medio para atraer a adolescentes en situaciones complejas, como es el caso de quienes han cometido delitos, y así contribuir a cambiar su realidad.

Esta creadora, quien también lidera el taller de creación infantil La Casa de Mamá Tomasa, promovido desde su propia emisora, valoró que los medios de comunicación y otros espacios culturales pueden ser puentes para la rehabilitación y la inclusión de las generaciones más jóvenes.

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