Por Sara Más
No es la trigueña atractiva y pasional de las muchas versiones vistas en cine, teatro y bailes a partir del original de Prosper Merimée. La Carmen que por estos días se puede ver y disfrutar en el céntrico teatro Mella, de la capital cubana, es un hombre trigueño, bajito y común, que se trasviste de gitana para fascinar y seducir a otros hombres.
La puesta corresponde al Ballet Contemporáneo Endedans, de Camagüey, ciudad al centro de la isla, y cuenta con la coreografía y dirección de Tania Vergara, una laureada bailarina que fundó esa agrupación danzaria en 2002.
Fiel al espíritu del argumento original, con su fuerte dosis de amor, pasión, celos, venganza y muerte, en La Carmen de Endedans la caracterización se sitúa en un punto completamente opuesto.
“Lo peculiar de mi versión es que una mujer no es la protagonista, como suele verse en la mayoría de las Carmen, sino que un hombre interpreta el personaje seductor, apasionado y engañoso”, comentó Vergara a la prensa local.
Además, el libreto mantiene “el ansia y la necesidad vital de ser libre, de no comprometerse con ninguna de sus conquistas, y defiende sus ideales a toda costa”, asegura la coreógrafa.
Estrenada en julio pasado en Camagüey, la puesta de 50 minutos de duración llega a la capital con el vaticinio de poder llegar a provocar un “escándalo” con su transgresora propuesta, pero más que crear alarmas, a Vergara le parecía que resultaría “polémica e ideal para discutir en casa, un estímulo a ser más tolerantes”.
“Lo primero que me propuse fue contar una historia sin yo tomar partido. Simplemente cuento la historia de un hombre que tiene su pareja, pero se siente tan atraído por otro hombre al punto que se enfrenta a los demás, seducido por ‘ la Carmen ’ “, ha explicado la directora de la compañía.
El Ballet Contemporáneo Endedans parte en su trabajo de una fuerte base técnica de danza clásica, enriquecida con entrenamientos de danza moderna, ejercicios experimentales de improvisación, acrobacia y técnicas orientales de respiración y estiramiento.
“Al principio la acogí con reservas; una no está acostumbrada a este tipo de escenas, son fuertes; pero enseguida me relajé, la pasión de los bailarines hizo que me adentrara en esta historia de amor y muerte que ha trascendido los tiempos y ahora también los límites de la sexualidad”, comentó a SEMlac, a la salida de la sala, una joven del público. “Me ha gustado mucho como danza y en la forma que se plantea”.
La seriedad y el alto rigor profesional de los bailarines en escena hacen de La Carmen una propuesta que lleva a meditar profundamente en el amor homosexual y las resistencias que aún le ponen freno, lo excluyen o descalifican socialmente.
Mientras los bailarines que asumen papeles protagónicos van contando en su estilo los avatares del triángulo amoroso, el cuerpo de baile asume las actitudes de rechazo e intolerancia de la sociedad.
El crítico Ismael Albelo, en sus palabras al programa, se pregunta si puede un homosexual transformar a un macho en asesino…”¿Desaparecerá en el siglo XXI la homofobia?… ¿Es sincera la sociedad contemporánea con la ‘otredad’ o se viste una vez más de ‘civilizada y permisiva’? Todas estas interrogantes pudieran develarse cuando se traiga de nuevo esta muy conocida historia, pero danzada ‘diferente’ ”, reflexiona Albelo.
“Ha sido todo un reto retomar Carmen con este argumento”, comentó a SEMlac Benigno García, uno de los espectadores del pasado fin de semana. “La trama dramática está muy bien sustentada por la expresividad de sus bailiarines. Hay algo primordial en cualquier obra de arte: tiene que apelar a los sentimientos humanos más elementales; y esta obra lo consigue; emociona”.
Sobre la utilidad y actualidad de la pieza, con una lectura renovadora y distinta, argumenta Albelo: “Todavía queda mucho, mucho, mucho para librarnos de atavismos medievales y pecados sodomitas (…) Todavía queda mucho, mucho, mucho para abolir la homofobia de modo real. Quizás esta Carmen de Tania Vergara pueda ayudar”.
(Solicite el trabajo completo a semcuba@ceniai.inf.cu)