En 2022 la ciudadanía en Cuba debatirá y decidirá en las urnas un nuevo Código de las Familias. La versión 23 del anteproyecto de ley propone cambios significativos que, según especialistas y activistas, responden a realidades y problemáticas existentes en la sociedad cubana y salda deudas en materia de derechos. Dar a conocer el contenido de la norma de manera efectiva será estratégico. Pero, ¿cómo hacerlo? El debate Código de las familias: cómo comunicar la diversidad reúne criterios al respecto, con la participación de Dachely Valdés Moreno, psicóloga y activista; Jorge González Núñez, presidente del Movimiento Estudiantil Cristiano (MEC) y activista , y Leslia Peña Sepúlveda, licenciada en comunicación social del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
¿Qué mensajes clave incluirían en una o varias campañas para promover un Código de las Familias inclusivos?
Dachely Valdés Moreno: Lo primero sería elaborar mensajes para que las personas sean conscientes de que no se quiere cambiar su manera de pensar. Tienen que ser mensajes modernos, conectar con los valores de la gente y con lo que le gusta e importa, no proponerles cosas que sientan que se les está cambiando el mundo. Se trata de contribuir a que las personas puedan ampliar sus horizontes, porque si no se encuentra muchas resistencias.
Por ejemplo, si en lo que se cree es en la familia, pues hablarles desde las vivencias de las familias diversas y acabar de unificar que todas esas vivencias de familias son lo mismo. Decir: “¿Tú defiendes el valor de la familia?”, pues nosotros también, desde esta perspectiva, con esta visibilidad.
Durante el debate constitucional, fue un golpe simbólico que desde el Estado se suprimiera el artículo 68 que eliminaba toda discriminación del matrimonio. Ese suceso nos ha puesto en esta lucha entre los fundamentalismos –no solo los religiosos– y la comunidad LGBTIQ y sus aliados. Mucha gente perdió la sensación de que realmente el Estado hará lo posible para protegernos, por eso es que también los mensajes perdieron credibilidad en una parte de la comunidad.
Pero, más que pensar en una frase, en una idea, pensaría en lo que no puede faltar a la hora de construir esos mensajes, porque las ideas ya están: muchas familias, un código; donde hay amor existe una familia; todos los derechos para todas las personas.
Jorge González Núñez: Una de las ideas que yo creo que es importante compartir cuando hablemos del Código de las Familias es el beneficio que representa para todas las personas y familias cubanas.
En términos de la filosofía del “ganar-ganar”, yo creo que este es un Código para “ganar-ganar”, porque trae beneficios para toda la ciudadanía. Enfocarlo desde ahí también necesita de apellidos. Un código para todos puede quedarse en el eslogan, por eso es necesario que las personas puedan reconocer y saber los beneficios que trae para las personas que necesitan cuidados y quienes cuidan, para abuelas y abuelos, etc.
Esta es una reflexión que nos hemos dado hacia lo interno del Movimiento Estudiantil Cristiano (MEC), de ahí surgió el lema de la campaña +amor+derechos, pues es un mensaje que desde nuestro punto de vista expresa las propuestas del Código de las Familias.
Leslia Peña Sepúlveda: Esta norma jurídica con base científica ha emergido en los últimos años por las demandas de la población cubana, es en sí una respuesta a la diversidad. Creo que el mensaje más importante que trae el Código de las Familias es el concepto familiar, por ello el mensaje que yo me llevo y daría a conocer, no importa si hay dos mamás, dos papás, una mamá o un papá, dos abuelos criando a un pequeño, una pareja sin descendencia, o una persona trans junto a su niña o niño: es el respeto que hay entre los miembros de esa familia, el cariño, los afectos, el amor, el querer crecer y prosperar con los derechos y los roles que forman y tienen todos los integrantes de las familias.
Además, intentaría visibilizar la necesidad de la educación para poder prevenir; si no se educa, si no se forma, si no se deconstruyen mitos sobre la diversidad LGTBI+, pues no se comprenderán los derechos que tenemos todas y todos.
También expondría la diversidad de las familias cubanas: si hay algo que caracteriza a nuestra población es el amor y respeto que sienten por los suyos, sin importar donde estén y lo separado que estén; siempre hay un hilo afectivo que nos une.
¿Apostaría por una o muchas campañas y estrategias de comunicación? ¿Por qué?
DVM: Pienso que apostaría por varias campañas porque la sociedad cubana no es homogénea y necesitamos que todas aquellas personas en capacidad para votar entiendan por qué están votando y por qué es importante que ejerzan ese derecho.
Y por la misma razón de que no somos homogéneos —no solo en edad o género, sino en todos los sentidos—, es necesario segmentar esa estrategia de comunicación, pues hay personas que están en las redes sociales y consumen un solo tipo de mensaje como un video corto, un audio, un simple texto bien escrito.
Pero habrá población que no está en las redes y consuma el Paquete[i] y allí habrá que colocar otro tipo de productos, con otra estrategia. Está también la gente en las comunidades que, además del Paquete, puede recibir un volante, una pegatina, puede ver ese mensaje dibujado en algún lugar y reflejado en algún sitio. Está quien no consume el Paquete, no está en las redes, ni recibe lo que le entregan por la calle, pero se expone a los medios estatales de comunicación y ahí es donde tiene que haber también una presencia importante de mensajes.
Hay quien escucha la radio. Yo, por ejemplo, escucho mucha radio y también muchos confluimos en el noticiero estelar de las ocho de la noche. Entonces, yo siento que el Estado necesita usar todos sus recursos, pero no usarlos como yo siento que ha pasado hasta ahora, que en la semana de la Jornada cubana contra la homofobia ponen cuatro películas en todos los programas de cine y el resto del año nadie se acuerda.
Cuando hablo del problema de la homofobia, puede ser cualquier otro tema; si se satura a la gente en un momento en que otras necesidades –llamémosle vitales– están en juego, como qué voy a comer, qué voy a comprar, y la sobrecargamos, pues la gente lo que quiere es desconectar y termina por no prestar atención.
Hay que segmentar para los jóvenes, para los jóvenes que viven en barrios marginalizados y quizá no tiene acceso tan frecuente a las redes, para las personas adultas mayores, para muchísimas personas.
JGN: Yo creo que más de una campaña estaría bien, no muchas que saturen a la gente, no tantas mal hechas, pero que sí que coexistan varias. Porque sí creo que es necesario decir lo que el Código trae de muchas maneras, para muchos públicos, para muchas personas.
La comunidad LBGTIQ, por ejemplo, sería bueno que conociera que este es un buen Código en cuanto a sus propuestas y no solo por el matrimonio, sino por otros asuntos que tienen que ver con la vida en pareja, como el régimen matrimonial de bienes; y también por el resto de los temas, pues las personas LGBTIQ somos tíos, abuelos, padres, tenemos familia.
También reconocer que es un código bueno para las personas ancianas: ¡qué buena sería una campaña que se enfocara también en esta población!
LPS: Apostaría por una estrategia de comunicación a nivel país, en la cual diferenciaría los mensajes en dependencia del tipo de público. Si cada una de las instituciones que maneja la comunicación social hiciera una estrategia diferente, pudiera ocurrir un carnaval de mensajes y de visualidades. Eso confundiría a los públicos. Lo ideal es hacer una comunicación clara, precisa, educativa, que sea potable, entendible para las personas a las que va dirigida la campaña.
Por eso hay que estudiar bien a los públicos a los que está dirigida esta campaña, que la verdad creo que es bastante complejo porque es toda la diversidad familiar cubana, la cual es muy diferente. Pero eso sí, es cubana y ese es nuestro punto de encuentro: Cuba y sus familias cubanas.
¿Cuáles plataformas y públicos creen son claves?
DVM: Para mí son claves todos los segmentos de público, todos, porque incluso los que no están en edad de votar consumen medios de comunicación. Hay a veces una idea de que las infancias solo consumen lo que se les brinda en casa y no es así. Debemos ser capaces y estar preparados para mediar con lo que consumen y los mensajes a los que se exponen fuera del hogar.
De las plataformas hablaba un poco en la pregunta anterior, yo apostaría por todas las plataformas. Hay que usarlo todo y el Estado tiene que usarlo todo sin generar rechazo. Ese es el reto, pues yo siento esa ausencia y ese corretaje para llenar los espacios con mensajes específicos de apoyo. Debería hacerse de forma gradual y no corriendo, para que no sea una campaña que la gente ignore o no le preste atención.
El Estado debe hacer lo que le toca y asumir posturas, porque te encuentras por ejemplo con anuncios aislados; pero no es, por ejemplo, la Sociedad Cubana de Psicología emitiendo una declaración en un programa importante, o el ICRT apoyando. Parece como si los medios oficiales estuvieran replicando algo que no han generado ellos mismos. No hay originalidad en mucho de lo que se hace desde el sector estatal y eso provoca que buena parte de la población se desconecte.
JGN: Creo que son importantes los medios de comunicación estatales, pues más allá de las críticas que se les puedan hacer a algunos medios o programas televisivos, por falta de rigor, hay un gran grupo de la población que no puede acceder a otros espacios que no sean los medios de comunicación masiva como la televisión y la radio.
Un grupo grande de personas reconoce lo que sale por estos medios como algo importante, valioso, serio y creo que, definitivamente, los medios de comunicación nacionales, la televisión y la radio son espacios importantes.
Las redes sociales son otro espacio clave para ubicar contenidos; si bien no todo el mundo puede acceder a ellas, es un hecho que cada vez más personas en Cuba acceden a internet y a las redes sociales, sobre todo las juventudes.
Desde las redes sociales se conforma mucho la opinión pública, siento que a veces lo que sucede en las redes sociales termina siendo más importante en el imaginario de la gente que lo que pasa en la realidad concreta. Este ámbito ofrece otros beneficios, como la permanencia de los mensajes que se comparten y se replican, algo que no sucede con un programa de televisión y radio.
En estos días he estado pensando en los videos cortos que se ponen por la TV, que incluso están funcionando en los estados de WhatsApp, como los gif u otros formatos que no consumen muchos datos.
LPS: Un buen medio es la televisión. No obstante, creo que le falta atractivo, diversidad, mensajes novedosos, probablemente por la falta de recursos, aunque no creo que por la falta de recursos económicos no emerjan buenas ideas. Habría que haber estudiado cuáles son los medios que más utiliza la diversidad familiar cubana.
Utilizaría los medios digitales, sobre todo Facebook, Instagram, la TV (en ese orden). Además, me parece muy bien que se hagan las consultas populares porque se va tocará de la mano lo que piensan los miembros de las diversidades familiares.
Cree que la perspectiva feminista y no heterocisnormativa ha aportado a la comunicación de manera general ¿Qué aportes ustedes identifican para el caso cubano?
DVM: Yo en lo personal estoy absolutamente convencida de que han aportado a la comunicación y mucho. Yo misma soy una que aprende todos los días desde el enfoque feminista y estudio la visibilidad, pero es un aprendizaje que he hecho de manera consciente. A veces una de las cosas que más me enoja es saber que vivimos en un tiempo en que el conocimiento está ahí, accesible; que puedes buscar y encontrar en redes. Pero la gente opta por no estudiar ni buscar nada y asumir entonces posturas que están ya desfasadas desde el punto de vista del paradigma científico o que están erradas.
Twitter, por ejemplo, es muy poderoso en eso, porque emplea mensajes sintéticos, la gente escribe desde la emoción o algo que está herrado y, cuando una persona lo lee, simplemente porque quien escribió tiene x cantidad de seguidores, o se conecta con su manera de ver la vida, o porque ni lo leyó en profundidad, lo replica porque le resuena.
Yo el ejercicio que intento hacer es preguntarme por qué, quién lo dijo, de dónde es esta cita, por qué generaliza, por qué absolutiza. La perspectiva feminista y el pensamiento no heterocisnormativo lo que ha hecho es ir a la raíz, cuestionar.
JGN: Esta pregunta es también un ejercicio personal. Conversando con mi compañero Adiel García Pérez, encontramos algunas luces al respecto.
La primera de ellas es que la perspectiva feminista y no heteronormativa ha contribuido a que identifiquemos en los medios de comunicación algunas violencias, discriminaciones, comportamientos machistas, que hace unos años no se cuestionaban.
En esa búsqueda de una sociedad más justa, que dignifique la vida de la gente, es indispensable la justicia de género y feminista. Ha sido el empuje feminista el que nos ha ayudado a comprender eso en el contexto cubano.
No es una perspectiva que se ha asumido completamente; pero, aunque no se ha logrado, sigue empujando la fuerza feminista por ubicar estos debates en la agenda pública y a favor del empoderamiento de líderes, liderezas que participan de la sociedad civil.
LPS: En Cuba la feminización del mundo laboral y científico supone un proceso imparable. Las mujeres han obtenido responsabilidades impensables en otros tiempos, aunque es un ascenso con sentimiento de sobre exigencia, carga y riesgo psicológico. No obstante, se avanza y se ha avanzado en pensar que la igualdad en Cuba es un hecho logrado. Pero no hay dudas de que todavía queda un camino largo por recorrer.
Los avances han sido muchos. Ya se visibiliza en el mundo comunicacional que, por el hecho de ser mujer, se puede ser víctima de violencia intrafamiliar, no solo hacia la mujer sino hacia niñas, niños, adolescentes, personas con capacidades diferentes.
Está propuesta de norma es un avance con pasos agigantados para cubanas y cubanos. El reconocimiento de los derechos de todas las personas y su diversidad familiar es un gran aporte, se ha visibilizado a las personas LGTBI+. Con esta norma se habla del matrimonio sin ningún tipo de distinción, del acceso a la unión de hecho, la responsabilidad parental. Esta norma en sí engloba la comunicación y hace visible las necesidades de la diversidad en las familias cubanas.
[i] El Paquete Semanal es un producto digital que contiene un terabyte de información, circula de manera informal en toda Cuba con contenidos diversos, muchos de ellos incluidos por negocios privados, iglesias, grupos sociales, etc.