En la vida de las personas que cuidan a otras existe un antes, un durante y un después, por lo que cualquier sistema para atender ese proceso debe prestarle atención integral, coincidieron personas cuidadoras y decisoras reunidas el 20 de junio en la Universidad de La Habana.
Para Lourdes Ruiz, “ese después es lo más difícil”, aseveró visiblemente emocionada durante el encuentro.
Después de ser cuidadora de su hija desde los 25 años y durante más de dos décadas, la muchacha falleció hace muy poco y esta mujer se pregunta qué será de su vida a partir de ahora.
“Hay que pensar en lo que pasa cuando el cuidador deja de serlo. Es un asunto sobre el cual existe un vacío legal muy grande, pero también personal, emocional. Yo llevo 23 años fuera del empleo, no tengo currículo, probablemente necesito recalificación profesional. ¿Qué hago?”, confesó.
Además de cuidar a su hija, Ruiz es una de las administradoras de la red de apoyo virtual a personas cuidadoras del Proyecto Palomas, nacido en junio de 2023 y que se ha convertido en un espacio cotidiano de intercambio de experiencias y consejos para quienes desempeñan estas tareas.
Estructurada a partir de un canal de WhatsApp, la red agrupa ya a más de 900 personas y permite, al decir de esta mujer, “canalizar sentimientos, compartirlos, ayudar, visibilizar historias a veces ocultas”.
“Pero no es suficiente, también se necesita pensar en esas realidades desde otros sectores y espacios institucionales”, insistió durante el encuentro coordinado por la Red cubana de estudios sobre el cuidado, con la participación de representantes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
“Este sector de la población, muchas veces olvidado, necesita de nuestra cercanía, porque sus vidas casi nunca son acompañadas después de terminar ese período de sus vidas”, agregó Ruiz en el intercambio, dedicado a dialogar sobre el Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida, aprobado en Cuba a fines de 2023.
Valorar el trabajo de otra manera
Para Yaikivel Paumier Laffita, también madre cuidadora y trabajadora de la Unión Cubana del Petróleo, es muy importante que los centros de trabajo flexibilicen las normas e introduzcan facilidades para que personas que son cuidadoras, pero también profesionales y muchas veces hasta cuadros de dirección, puedan mantenerse vinculadas a sus empleos.
“Tuve que dejar de trabajar para cuidar a mi hijo pequeño, pero logré mantener mi plaza. Ahora pude rehabilitar al niño y me incorporé a trabajar, pero eso no es algo común para las mujeres en mi situación”, explicó.
Evaluar lo que significa realmente el teletrabajo o qué tipo de labor remunerada pueden realizar las personas que cuidan desde sus casas es, igualmente, el llamado de Yanailys González Rodríguez, actual directora de Asuntos Humanitarios de la Oficina del Historiador de La Habana.
Médica de profesión, González, al igual que Ruiz, fue cuidadora de su hijo, afectado por una enfermedad cardiovascular hasta que falleció, hace algunos años. Ella quedó devastada y también desorientada sobre cómo reinsertarse al empleo.
“Haber estado cerca de la gran persona que fue Eusebio Leal, nuestro ya fallecido historiador de La Habana, permitió que yo me reincorporara a la vida y al trabajo, hasta llegar a donde estoy hoy”, narró.
“Creo que en cada centro laboral se deben analizar los casos, de manera puntual. Es cierto que hay labores que no se pueden desempeñar desde casa, pero otras sí y, a veces, se trata de cambiar una plaza o una lógica de funcionamiento”, explicó.
Con ello no solo se asegura la estabilidad económica de esas personas, sino también el apoyo emocional que significa saber que tenemos algo más en nuestras vidas, reflexionó.
Capacitar es una prioridad
A juicio de la enfermera Dalila Martínez Hall, fundadora de D’Hall Cuidados SRL, es súper importante que se conozca quiénes realmente están cuidando y qué tipo de capacitación tienen para ello.
D’Hall Cuidados es una agencia de cuidados familiar que funciona desde 2020 en el capitalino municipio de La Lisa y también brinda preparación a quienes desempeñan esas labores.
“Hoy hay muchas personas cuidando sin estar capacitadas y se están cometiendo iatrogenias y otras situaciones que no deben suceder”, valoró Martínez, quien incluso considera que el solo hecho de ser enfermera, por ejemplo, “no es garantía de preparación para un cuidado de calidad”.
“Yo misma he pasado por varias especialidades en la enfermería y, desde que estoy en función del cuidado, he tenido que buscar una formación diferente, porque no se trata solo de una preparación salubrista, sino también psicológica, de cómo establecer una relación con la persona que vamos a cuidar y su familia”, detalló.
Martínez llamó a enseñar a quienes van a recibir el cuidado –o a sus familiares- que exijan a la persona cuidadora estar certificada y contar con los conocimientos necesarios, tanto si se trata de una opción estatal como particular.
Durante el encuentro se habló de organizar opciones de capacitación a personas cuidadoras, con una variante posible de un curso televisivo; pero también la posibilidad de abrir una especialidad o formación técnica en cuidados, similar a técnicos medio en geriatría o gerontológicos que existen en otros países.
Ariel Fonseca Quesada, director general de Empleo del MTSS, ratificó que el sistema integral propuesto cuenta con un componente fuerte de formación y capacitación, en el que ya se viene trabajando y gracias al cual, al cierre de 2023, ya se había certificado a más de 2.900 cuidadoras remuneradas.
Para Fonseca, es crucial contar con personas certificadas, con conocimientos, “porque están tratando a seres humanos”, agregó.
Quienes participaron del intercambio también abogaron por la intersectorialidad en la atención a los cuidados y por mapear y generar redes de apoyo, a nivel comunitario, que puedan solucionar problemas del día a día, como acceder a servicios de podología o peluquería, apoyar al cuidador o cuidadora cuando necesita medio día para ir al médico o facilitar un sillón de ruedas para un desplazamiento puntual, entre otros ejemplos.
“Los sistemas de cuidado tienen que tener también una interlocución con las personas cuidadoras”, reafirmó la socióloga Magela Romero Almodóvar, coordinadora de la Red cubana de estudios sobre el cuidado, quien calificó el encuentro como una gran oportunidad de poner a dialogar a quienes cuidan con quienes implementan las políticas.
Romero Almodóvar insistió en la necesidad de valorar los cuidados en todas sus dimensiones, como trabajo y derecho humano, y destacó que las personas que cuidan no siempre lo hacen de la misma manera, por lo que esa diversidad también hay que atenderla desde las políticas.
La socióloga realizó un breve recorrido histórico sobre la situación de cuidadoras y domésticas en Cuba, sobre todo después de 1959, al presentar el libro de su autoría Las domésticas de Miramar. Pasado y presente de trabajadoras invisibles y llamó a “no estigmatizar el trabajo doméstico y de cuidados, sino las condiciones precarias o complejas en que esas labores se realizan”.