La Habana, junio (SEMlac).- Superar el enfoque sectorial para articular integralmente servicios y programas es uno de los cambios esenciales que pauta el sistema de cuidado integral para la vida, aprobado en Cuba en diciembre de 2023 y actualmente en elaboración normativa, señaló Ariel Fonseca Quesada, director general de empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Al intervenir en la última sesión del encuentro internacional “Cuidados, desarrollo y justicia social: políticas, enfoques, actores y buenas prácticas”, realizado en La Habana del 5 al 7 de junio, el directivo agregó que, además del enfoque universal, intersectorial y de derechos, el sistema promoverá la autonomía de las personas dependientes y la corresponsabilidad social y de género, entre otros principios.
Precisó que la gestión institucional del sistema se ubica en la Comisión gubernamental para la atención a la dinámica demográfica, que dirige el primer ministro de la República e integran 17 ministros y jefes de entidades nacionales, con participación de dos comisiones permanentes de la Asamblea Nacional y asesoría del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana y la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
Su implementación tendrá un monitoreo anual, dijo, y mencionó entre sus principales avances, en materia de políticas y servicios, el incremento de las garantías a las madres trabajadoras y sus familias.
El pasado año se concretaron cerca de 56.000 prestaciones para la protección a la maternidad y 6.762 madres accedieron a licencia laboral pagada por tener que ocuparse de la atención de sus hijos enfermos menores de 17 años.
Además, se alcanzó una cobertura de cuidado infantil de poco más de 135.000 niñas y niños de 1 a 6 años de vida, en círculos y casitas infantiles (guarderías), precisó Fonseca y dijo que esas capacidades seguirán creciendo.
Sin embargo, “con solo regular estos procesos y que exista la ley no se garantiza una transformación”, alertó Fonseca, quien ubicó como uno de los grandes desafíos el cambio cultural para lograr la corresponsabilidad de género al interior de los hogares y en la sociedad, con una redistribución más justa de los cuidados para la vida.
Para argumentarlo, expuso como ejemplo que de las 56.000 prestaciones concedidas en 2023 para la protección de la maternidad, 125 fueron asumidas por abuelas y solo 15 por hombres.
Transformar patrones patriarcales anclados en la familia y la sociedad, que llevan a que sean sobre todo mujeres quienes asuman las labores de cuidado, en detrimento de su tiempo, proyectos de vida y con bajo reconocimiento social y económico, es uno de los grandes cambios a los que están abocadas las políticas y la sociedad cubana, se reiteró durante el encuentro.
Otros retos
El director general de empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social destacó la contribución del sector no estatal a los cuidados, con ocho micro, pequeñas o medianas empresas que ya ofrecen esos servicios y 1.200 personas que se dedican al cuidado infantil desde el trabajo autónomo, un camino que hay que seguir estimulando, comentó.
Otro gran desafío es ampliar la cobertura y calidad de los servicios, acordes a las demandas de la población, con prioridad en niños y niñas de 0 a 12 años, personas mayores y quienes tiene alguna situación de discapacidad, particularmente entre 19 y 59 años, agregó.
“Contamos con un sistema educativo robusto en Cuba para estas últimas poblaciones, pero luego hace falta hacer un seguimiento para su inserción laboral o atención, en caso de que esta no sea posible”, valoró.
Fonseca explicó que el sistema incluye igualmente un fuerte componente de formación y capacitación, en el que ya se trabaja con un apoyo fuerte de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, gran aliada en todo el proceso de construcción del sistema desde una mirada comprometida con la justicia de género.
Al cierre del pasado año se certificó a 2.943 cuidadoras remuneradas en las escuelas de cuidadoras instaladas en las áreas de salud y se desarrollaron varios cursos sobre cuidado para especialistas y personal directivo que seguirán implementándose, añadió, para fortalecer los grupos territoriales.
Igualmente, dijo, habrá que seguir fortaleciendo el sistema estadístico y de información que tributa datos para el diseño y aplicación de políticas y programas de cuidados, con énfasis en el cálculo del aporte económico de los cuidados en el producto interno bruto, entre otros indicadores.
Un paso importante resaltado por el funcionario ha sido la constitución, desde hace un año, de la Asociación de personas en situación de discapacidad intelectual, que las agrupa junto a sus familiares en la defensa de sus intereses y derechos.
Durante el intercambio se insistió en el carácter universal del sistema de cuidados y, a la vez tener, en cuenta las demandas y situaciones específicas de algunos segmentos de la población, como las personas LGBTIQ+ y quienes se encargan de proveer cuidados, en particular de forma no remunerada.
“Los sistemas de cuidado tienen que tener también una interlocución con las personas cuidadoras”, reafirmó durante el intercambio la socióloga Magela Romero Almodóvar, quien igualmente puso énfasis en la valoración de los cuidados en todas sus dimensiones, como trabajo y derecho humano.
La coordinadora de la Red cubana de estudios sobre cuidados agregó que esta articulación, con alcance nacional, se propone trabajar con ellas, como ya lo hacen la Red de personas cuidadoras del Proyecto Palomas y otras iniciativas.
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