Las mujeres cubanas dedican más tiempo que los hombres a las tareas domésticas en el hogar, donde se mantiene la división sexual del trabajo, reconoce la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (ENIG) 2016.

Ellas dedican más horas a planificar, cocinar y servir la comida, además de fregar; son quienes se encargan de la limpieza e higiene del hogar dedicándole 7,13 cada semana, a diferencia de sus pares varones que consumen solo como promedio 3,71 horas semanales en esas labores.
La ENIG 2016 fue levantada por el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI) con una muestra representativa de la población cubana de 15 a 74 años. El estudio explora temas como la violencia de género, la participación social y el uso del tiempo.
«Estos datos nos demuestran la subsistencia de brechas de género en cuanto a la distribución del tiempo entre hombres y mujeres, lo cual está pautado por una cultura patriarcal que sirve de plataforma para el sostenimiento de dichas desigualdades», dijo Yelene Palmero durante la presentación de resultados de la encuesta en el Congreso Internacional de Investigadores sobre Juventud, realizado en La Habana del 26 al 2 de marzo.
Un análisis por grupo de edades revela que son las mujeres adultas quienes dedican más tiempo al trabajo no remunerado, con un total de 38,38 horas semanales. El estudio incluye no solo el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidado, sino también a actividades comunitarias y al voluntariado en instituciones, organizaciones y confraternidades.
De acuerdo con la investigadora, existen tareas feminizadas como la preparación y servicio de las comidas, la limpieza de la vivienda y el cuidado de ropas y textiles, la asistencia a niñas y niños en las tareas escolares.
Otras labores se mantienen masculinizadas, entre ellas las reparaciones menores en el hogar, la administración de los gastos y la compra de comida y otros enseres.
Esa división aparece en todos los grupos de edades. Adolescentes, jóvenes, adultas y adultas mayores declaran más tiempo dedicado a tareas en el ámbito doméstico y el cuidado de personas dependientes y enfermas.
Respecto al trabajo no remunerado y el cuidado, las mujeres adultas muestran una tasa de participación de 79,7 y 33,11, respectivamente. Por su parte, los hombres adultos presentan una tasa de 59,37 y 17,36 por cada 100 personas encuestadas.
La investigación apunta que, de manera general, no existe mucha diferencia entre ambos sexos en el tiempo que le dedican al cuidado personal, al uso de los medios de comunicación, el descanso y al estudio.
Sin embargo, el análisis por grupo de edades expone que ellas dedican menos tiempo que sus pares varones a visitar y compartir con amistades y familiares, asistir a eventos culturales y a hacer ejercicios.
Los datos muestran la sobrecarga de las cubanas en el ámbito doméstico y adelantan algunos costos para su salud y bienestar.
«Las tareas de trabajo no remunerado que desarrollan las mujeres al interior de sus hogares requieren de un esfuerzo diario y mayor desgaste psicológico, dada las preocupaciones que implican. Las que hacen los hombres no requieren ser realizadas diariamente. Las más continuadas y las menos gratificadas siguen a cargo de las mujeres», reflexiona Palmero.

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