La Habana, agosto (SEMlac). Limpiar una franja del litoral del este habanero y tratar de crear conciencia sobre la protección del medio ambiente fueron motivos que animaron a más de 200 personas, la mayoría jóvenes, el jueves 15 de agosto en Guanabo, playa de la capital cubana.
Para Ingrid del Frade, estudiante de segundo año de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, la jornada de limpieza no fue como otras en las que habitualmente suele participar.
“Por lo general, cuando se hacen recogidas de desechos en costas, playas o desembocaduras de ríos, siempre tenemos el filtro de aquello que a la empresa de materias primas le interesa recoger”, explicó a SEMlac Del Frade, quien es parte del Proyecto TerrA, de la Facultad de Psicología, que desarrolla acciones de educación medioambiental en niñas, niños y adolescentes.
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“O sea, el lugar puede estar repleto de un montón de desechos y de materiales que pueden reciclarse; pero si la empresa dice que únicamente le interesa recoger, por ejemplo, plástico transparente, se queda mucha basura y, por tanto, el cambio no es notable”, detalló.
Sin embargo, la futura psicóloga estima que esta vez la acción fue más sostenible, pues “no se trató solamente de ir a limpiar un poco la rotonda de Guanabo; también pusimos cestos de basura para intentar que esos desechos vayan disminuyendo y las personas no tengan que tirarlos fuera del mar y, mucho menos, dentro del agua”, valoró.La jornada de limpieza se dedicó al Día Internacional de la Juventud, celebrado a nivel global el 12 de agosto, y surgió de una alianza entre el Sistema de Naciones Unidas en Cuba, la Asociación Cubana de Naciones Unidas, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba y el Centro de Estudios Sobre la Juventud, en coordinación con el gobierno del municipio Habana del Este.
La iniciativa sumó a las Brigadas Técnicas Juveniles, la Red Juvenil Ambientalista de Cuba, la Asociación Hermanos Saíz, la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO y otras entidades de la sociedad cubana.
Otros grupos y proyectos de vocación ambientalista, como la Red Verde o la Red Feminista de la Universidad de La Habana, también participaron en lo que fue para Del Frade una convocatoria “bien pensada y organizada”.
A ella le llegó el aviso desde varias fuentes, incluida la red feminista a la que también pertenece, “porque es importante realizar activismo desde una visión holística. No podemos separar el medio ambiente de la lucha feminista, porque en definitiva es una misma lucha social”, precisó.
Francisco Pichón, coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, espera que la propuesta pueda replicarse en otros territorios, algo para lo cual ya tienen confirmado el interés de las autoridades del litoral del oeste capitalino, precisó durante una conferencia de prensa previa a la jornada.
Cestos para despertar conciencia
Informes de Naciones Unidas confirman que el plástico representa 85 por ciento de los residuos que llegan a los océanos y advierten que, para 2040, los volúmenes de ese material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con un monto de entre 23 y 37 millones de toneladas anuales.
El análisis De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos, publicado en 2021, muestra el peligro creciente que esto representa para todos los ecosistemas marinos y afirma que se necesita de voluntad política y acción urgente de los gobiernos para solucionarlo.
Partiendo de esa realidad, durante la jornada de limpieza se instaló un centenar de cestos para desechos a lo largo del litoral de las playas del este capitalino.
Producidos con materiales resistentes y ecológicos, en alianza con micro, pequeñas y medianas empresas, la idea es que sean duraderos y sostenibles, pero también que no alteren demasiado el equilibrio del entorno, explicó Raúl Garcés Corra, oficial de Comunicación del Sistema de Naciones Unidas en Cuba.
El lugar no fue escogido al azar, sino a raíz de la coincidencia en ese espacio de un Proyecto de Desarrollo Local y otros actores económicos que cuidarán los cestos, como parte de su responsabilidad social empresarial.
Ingrid del Frade considera que esa es otra de las razones “geniales” por las que esta convocatoria prendió mucho entre jóvenes y fue diferente.
La llamada ecomadera, material del que están conformados los cestos, “es una mezcla entre un plástico reciclado y fibras de madera, por lo que tiene mucho menor impacto ambiental que otros cestos que podrían haber puesto, generalmente de hechos solo de plástico”, reconoció.
Para ella, otro acierto fue combinar la recreación con las acciones de abogacía y aprovechar el momento para reconocer a deportistas cubanos que participaron en las Olimpiadas de París 2024.
“Yo siento que intentaron darle un matiz más refrescante, mezclando recreación con labor social. Hubo música, concursos de conocimiento sobre temas de medio ambiente, invitaron a artistas, entre otras atracciones”.
En su opinión, limpiar las playas es una tarea dura y agotadora, que no suele seducir a muchos jóvenes. “Pero esta vez no hizo falta compartir tanto la convocatoria. No fue solamente ir a recoger basura, sino disfrutar de lo natural, refrescante y placentera que es la laya. Y disfrutarla cuidándola, para que se vea linda y feliz; entonces nosotros también seremos felices”, reflexionó.
