El Cineclub «Diferente», que por casi 4 años ha sido coordinado por el crítico y escritor Frank Padrón, con el auspicio del ICAIC y el Proyecto 23, estrenará «Verde Verde», la más reciente película del realizador cubano Enrique Pineda Barnet.. La cita es para el próximo martes 14 de febrero, a las 8 de la noche, en su habitual sede del cine 23 y 12 de la capital. La presentación contará con la presencia del Director y parte del elenco que participó en el filme.
Sinopsis: Un hombre huye desesperadamente por un laberinto en busca de una salida. En su fuga tropieza con apariciones que le bloquean el paso. En un bar del puerto, Alfredo, paramédico de navegación mercantil, conoce a Carlos, informático aspirante a aviador. El navegante invita a Carlos a su hangar en el puerto…
Verde Verde: las raíces de la homofobia
Por Camilo García López-Trigo
La más reciente entrega de Enrique Pineda Barnet, la película cubana Verde, verde, es una propuesta que puede ser muy incómoda para una sociedad marcada aún por patrones machistas, en muchas ocasiones demasiado estrictos.
Tiene el mérito de ir más allá de la homofobia para encontrar su raíz en los rígidos comportamientos que la sociedad le impone a los hombres (o mejor dicho, a los «machos»), mayoritariamente sobre la base de la negación: lo que no pueden sentir, lo que no pueden ceder y lo que – bajo ningún concepto – pueden dejarse hacer. Y, como parte de ese patrón, es importante demostrar (compartir, vociferar) su masculinidad… aunque a algunos se les va la mano, cuando se sabe que «verde, verde, da maduro».
Es significativo que una película cubana – ¡al fin! – presente a un homosexual con la virilidad de muchos hombres, totalmente asumido en su sexualidad, en pleno goce de su conquista a otro hombre que, a pesar de sus fobias, disfruta también de esa seducción… y del sexo con un semejante. La bisexualidad, que se asoma por momentos, le agrega al filme un componente sugerente: es el reflejo de una realidad poco conocida y silenciada, incomprendida tanto por homosexuales como por heterosexuales y que, sin dudas, es fuente de conflictos para no pocas personas.
De eso se trata la propuesta: de la pasión, del amor prohibido, de la felicidad amputada por los prejuicios, por el qué dirán… del amor y del odio: ese que lacera a los demás, por no cumplir con los patrones que exige la sociedad; y del odio hacia uno mismo, por amar como «no se debe», por no haber aprendido bien la lección de lo que «no se puede», hasta quedarse encerrado – aplastado – en su propia pesadilla.
Pero Verde, verde también pone al descubierto, de una forma descarnada, que los hombres tampoco escapan de ser víctimas a la llamada «violencia de género», para mantener y ejercer el poder que les otorga su masculinidad.
Generalmente, cuando se habla de ese término, se piensa en la violencia de los hombres hacia las mujeres… pero poco se dice de la violencia de aquellos hacia otros hombres, siguiendo rígidamente los patrones de la norma heterosexual, o de la violencia que muchos se imponen a sí mismos para cumplir – aunque sea contra su voluntad – con los patrones que aprenden y les son impuestos desde pequeños (no llorarás, no demostrarás flaquezas, no serás débil, no sentirás placer si no es con una mujer…)
Es lamentable que muchas personas, agobiadas por estos y otros prejuicios – digamos: por el color de la piel, por la edad, por comentarios y por tantas otras cosas –, dejan escapar la felicidad entre sus manos y se quedan varados en su desamparo.
«¡Yo pude haberte querido!», confiesa Carlos en Verde, verde, cuando su odio liquidó ya toda posibilidad de haber encontrado la felicidad con ese hombre que lo cautivó y que lo colmó de un placer prohibido. Pero también fue la más clara expresión de su impotencia, frente a las estrictas reglas de su masculinidad, y de su frustración, ante ese placer que había reprimido y que sabía no lo iba a abandonar jamás.
El maestro Pineda Barnet ha apostado esta vez por la película que más profundamente encara el machismo y la homofobia en Cuba, de una forma nada complaciente. Es garantía de mucha polémica y de incomodidad para aquellas personas dogmáticas que no querrán cambiar su forma de pensar «verde, verde».
Les esperamos en el debate.
Tomado de Web Cenesex