Unas lloraron, otras rieron; la mayoría se emocionó. Se tendieron puentes, florecieron ideas, crecieron las reflexiones… A grandes rasgos, esa pudiera ser la descripción del encuentro protagonizado por las entrevistadas y el colectivo de realización del libro En primera persona, el viernes 5 de noviembre, en La Habana.
El volumen, armado a partir de 49 entrevistas a mujeres cubanas de diferentes ámbitos del mundo laboral, es fruto del trabajo del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac), con el acompañamiento de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID) y los buenos oficios del sello editorial del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex). El libro se suma a los esfuerzos de AECID por incorporar la equidad de género en las acciones de cooperación y promover el empoderamiento de la mujer.
“No están todas las que son, pero las que están, son”, afirma en el prólogo del libro Isabel Moya, experta en asuntos de género y comunicación, refiriéndose a la selección del casi medio centenar de entrevistadas, de las que ella misma formó parte. Su entrevista, realizada e incluida al cierre de la edición, cuando ya Moya había escrito el prólogo, cierra el volumen.
Al decir de Moya, aunque “pudiera señalarse que faltan voces, experiencias y momentos cruciales de la sociedad cubana”, las seleccionadas “brindan claves esenciales para entender el proceso de empoderamiento de las cubanas, y también los espacios en que el patriarcado, muchas veces metamorfoseado, sobrevive”.
La afirmación de Moya fue compartida, de una u otra manera, por muchas de las participantes en el encuentro de trabajo, que tuvo por sede la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, en el Centro Histórico de La Habana Vieja, convertida en espacio de intercambio y celebración por casi tres horas.
Para la realizadora de audiovisuales y promotora cultural Lizette Vila, una de las entrevistadas por SEMlac, “lo más hermoso de este libro es la pluralidad”; mientras que la investigadora literaria Zaida Capote afirmó que las historias contadas son como pequeños fragmentos que juntos arman “un mosaico, que es lo que somos las mujeres”.
Mariela Castro, sexóloga y directora del Cenesex, coincidió con Capote y se reconoció como privilegiada por haber sido seleccionada entre las 49 protagonistas. “¡Cuánta gente linda hay en este país para hacer amigas, compartir proyectos, trabajar!”, aseguró Castro.
Escritoras y productoras agropecuarias; artistas plásticas y realizadoras de cine; una ingeniera, una chofer y una chef; deportistas y una árbitra; médicas, ambientalistas, periodistas, pedagogas, una abogada, una arquitecta… La propuesta de En primera persona es amplia, variada y mueve a la reflexión.
Este libro “nace con el deseo de que mujeres cubanas lideresas, pioneras, únicas, innovadoras, rompedoras de mitos, anónimas, famosas… cuenten sus historias de vida, las historias de sus vidas en el ámbito del trabajo”, anuncia desde las primeras páginas Gemma García Oliva, responsable de desarrollo institucional y de género de la Oficina Técnica de Cooperación de la AECID en Cuba.
Además, “nos ofrece un variado menú de temas para investigar, profundizar o discutir sobre la base de las percepciones y vivencias que cada una de estas mujeres nos regala”, agrega García.
En su opinión, “es una historia de historias, pensada para la reflexión” y en cada una de estas entrevistas también hay algo de las periodistas y escritoras que lo firman, “por su forma de preguntar e hilar respuestas”. Pero, según García, no es de nadie en particular: “es, sobre todo, de las mujeres cubanas”.
En línea con la funcionaria de AECID, durante el encuentro de esta semana, considerado como “la entrevista cincuenta”, las participantes confesaron que ser partícipes de esta experiencia las había ayudado a revaluarse como personas, como mujeres.
Wendy Iriepa, promotora de salud, contó haberse sorprendido cuando le propusieron la entrevista. “Soy una mujer transexual. ¿Cuántas así existimos en Cuba, aguantando una carga social enorme y sin poder decir muchas veces lo que pensamos y sentimos?”, preguntó durante el intercambio.
La pesista Tamara Hernández, por su parte, aseguró que esta era “la experiencia más grande de su vida” porque, con apenas 23 años, “ni siquiera he tenido tiempo de dejar mis huellas”.
La economista Teresa Lara y la ambientalista Irania Martínez compartieron con el auditorio la certeza de que el libro les había brindado la posibilidad de decir cosas “que a veces no se pueden decir en un Congreso o en una reunión”, según precisó Martínez.
Y a la veterinaria Dilcia García, en lo personal, la entrevista “le ha permitido una reflexión sobre qué ha sido mi vida y cómo ha cambiado desde que trabajo los temas de género”.
Muchas de las entrevistadas aseguraron que no fueron capaces de prever el impacto y la importancia de la propuesta editorial, cuando fueron convocadas a participar en ella, pero en el encuentro abundaron ideas para el trabajo futuro.
Zaida Capote propuso la creación de una red entre quienes participaron en el empeño y sugirió que el libro se envíe a la red de bibliotecas del país, donde podrá ser consultado. Por su parte, la periodista deportiva Julia Osendi soñó con la posibilidad de un documental futuro, a partir del material recogido para el libro.
A juicio de la periodista Sara Más, editora del volumen y una de sus entrevistadoras, el encuentro “fue particularmente especial porque pudimos devolverles el libro a las entrevistadas y todavía ellas nos seguían regalando lecciones de vida”.
Noviembre de 2010