En busca de cambios frente a violencia machista

Desandan kilómetros de distancia, improvisan el escenario en una parte del terreno, montan una sencilla escenografía y se hace la breve fiesta del teatro en medio del campo, a cielo abierto.
Es el grupo de teatro El Mejunje, una agrupación que por más de tres décadas existe y se renueva bajo la dirección de Ramón Silverio, actor, escritor y promotor cultural empírico y tenaz de la ciudad de Santa Clara, a 272 kilómetros de la capital cubana.

 

Esta vez reponen «Las Cabañuelas», obra del propio Silverio y una de las más antiguas en el repertorio del grupo, que mantiene su práctica sistemática de combinar el teatro itinerante con el de su sede permanente en la ciudad.
Hasta la comunidad rural Quemado de Hilario, a pocos kilómetros del centro citadino, llegan con la obra, una de varias en el repertorio del grupo que abordan diversas expresiones de la violencia de género hacia las mujeres.
El tema ha estado y permanece en las obras porque está en la existencia misma de las personas que habitan campos y ciudades.
Las vivencias cotidianas de las mujeres rurales, expuestas a una carga de trabajo poco reconocida y a múltiples formas de violencia machista, es el tema central de esta puesta que mezcla humor, costumbrismo y hasta alusiones a personajes de la vida real en la comunidad donde actúan para motivar la reflexión personal y colectiva, a la vez que distrae y divierte.
«No se trata de historias creadas por la ficción, sino que se recrean relatos y episodios de la vida real, que han ido nutriendo los temas y contenidos del repertorio del grupo durante todos estos años», puntualiza Silverio.
Mientras transcurren las escenas, se escuchan con desenfado las risas, pero también los comentarios del público, que reacciona espontáneamente a favor y en contra ante lo que le sucede a Pura, una campesina que ha pasado del dominio de un esposo a otro bajo las reglas del miedo y la obediencia, pero necesita, desea y sueña todo el tiempo una vida mejor.
La ilusión se renueva para ella cuando se le acerca Elpidio, quien parece ser la otra cara de la moneda: un hombre atento, gentil, que despierta en ella las más cercanas esperanzas y ardientes pasiones.
Pero es Pura quien termina tomando las riendas de su vida y mueve la balanza a su favor cuando sobreviene el desenlace: ni con uno ni con otro, porque detrás del amor y la ilusión asoma de nuevo una vida gris de anulación y trabajo dentro del hogar para atender y complacer a un nuevo esposo. La salida está en ella, no en los otros, termina mostrando cuando se marcha para hacer su camino, con sus propias manos.
«La cultura y el arte son vías muy valiosas para influir en los cambios y la subjetividad de las personas; muchas veces por ese camino se logra lo que no es posible desde otro espacio y lugar», indicó a SEMlac Mareelén Díaz Tenorio, subdirectora del Centro Oscar Arnulfo Romero, organización que coordina la Jornada Cubana por la No violencia hacia las Mujeres y las Niñas, junto a la Federación de Mujeres Cubanas.
Visibilizar la violencia hacia las mujeres y las niñas, pero también mostrar que hay una salida para ellas, es uno de los puntos en que coinciden la obra «Las Cabañuelas» y la campaña de bien público «Eres más», de OAR, que acompaña a la jornada.
«Los mensajes de la campaña ponen énfasis en la violencia psicológica, «la que menos se visibiliza y reconoce, pero es la más extendida y coexiste con otras formas de violencia y maltrato», acota Díaz Tenorio.
Vigente desde 2014, la campaña introduce también un cambio este año en mensajes y carteles: más allá de aludir a diversas expresiones de la violencia psicológica, les muestran a las mujeres que hay una salida; que la violencia existe, está ahí, pero ellas pueden elegir otro camino.
Con tres propuestas visuales, la campaña de bien público subraya igual número de mensajes clave para reconocer y actuar frente al maltrato psicológico: «No permitas que te imponga el camino a seguir: eres más que obedecer», «No permitas que su control te asfixie: eres más que resistir»; «No permitas que construya tu realidad: eres más de lo que te hace ver».
Romper con las prácticas e imaginarios que sostienen la violencia hacia las mujeres y las niñas y promover el cambio no es tarea sencilla ni rápida, reconocen a SEMlac parte del electo de «Las Cabañuelas».
Por eso su teatro itinerante y en sede habitual sigue apostando por la reposición de estas y otras obras, con las que han llegado incluso a otros territorios del país.
Un elenco joven retoma «Las Cabañuelas» desde hace unos tres años y la va enriqueciendo con las reacciones del público.
«Las mismas personas nos aportan detalles que la van nutriendo y nos devuelven cómo se vive en los campos, donde la mayoría de las mujeres es maltratada, abusada y utilizada como un objeto», sostiene a SEMlac Leisy Domínguez, la joven actriz que asume el papel de Pura en la obra.
«El público siempre reacciona, se identifica porque se ve como en un espejo. Les mostramos lo que no siempre reconocen o no pueden ver, pero que les sucede todos los días. Es la obra que más ponemos, tiene mucha aceptación lo mismo en el campo que en la ciudad», reflexiona.
Entre las reacciones que provoca, Domínguez rescata la que tiene que ver con la solidaridad y el apoyo de la comunidad. Cuando al final Pura decide marcharse y abrirse camino, aparecen para ella todo tipo de ofertas.
«Me han pedido que me quede, que me dan un cafetal o una vaquería para que trabaje, me independice y haga mi vida. A Felo le gritan que no pierda a su mujer», relata.
Para Yoani Sánchez, el actor que encarna a Felo, se trata de un camino de doble vía, donde también el elenco de la obra aprende y crece humanamente.
«Estas historias suceden ahora en el campo y la ciudad, en este siglo la mujer sigue siendo humillada y maltratada; en el campo es peor, tiene que atender a los animales y al esposo, muchas veces no se da cuenta de que tiene la oportunidad también de hacer su vida», agrega.
«Generalmente vamos a lugares donde la gente vive así y las mujeres padecen de esa manera. Nos movemos con códigos que tienen una identificación rápida con la gente, que comenta y reacciona. La obra funciona muy bien en las zonas rurales, donde hay mucha interacción con el público y hace falta llegar con estos mensajes», concluye.

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