Cubanas de distintos sectores sociales reconocieron los avances, resistencias y nuevos retos del país en materia de igualdad de género. Ailyn Febles Estrada, presidenta de la Unión de Informáticos de Cuba, sostuvo que en el trabajo de la asociación se abre paso el debate sobre la formación vocacional y el acceso de las muchachas a careras técnicas.
Febles fue una de las ponentes en el panel Igualdad de género e inclusión en la Agenda 2030, celebrado el pasado 3 de noviembre en la Asociación Cubana de las Naciones Unidad (ACNU), como cierre del Seminario Medios y Violencia de género, que organiza cada año la Cátedra de Género del Instituto Internacional de Periodismo José Martí y la Editorial de la Mujer, con el apoyo de varias instituciones y organizaciones cubanas.
«Muchos prejuicios normas y subjetividades han provocado que en nuestra especialidad las profesionales asuman un grupo de roles específicos», dijo Febles Estrada.
«Es muy difícil encontrar a programadoras, líderes de proyectos y arquitectas principales. A pesar de que en estas carreras ingresan más hombres, las muchachas son mayoría en las graduaciones», agregó.
Según la directiva, la organización profesional puede aportar aplicaciones que respondan a problemas e intereses de las mujeres y las empoderen en el uso de las nuevas tecnologías.
«El principio número ocho del modelo de desarrollo socialista cubano descansa sobre los valores de la igualdad, la inclusión y la no discriminación», señaló la periodista Isabel Moya, moderadora del panel.
«En el caso de Cuba lo importante es mirarnos por dentro para conocer en qué espacios pueden quedar brechas de igualdad en un momento económico en el que el sistema se perfecciona», argumentó.
Para las panelistas, la existencia de prejuicios y estereotipos machistas en la sociedad cubana limita el pleno ejercicio de los derechos de cubanas de todas las edades.
En su exposición, Ania Terrero Trinquete, estudiante de periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, ilustró las diversas manifestaciones de la cultura patriarcal que en pleno siglo XXI reconocen en las mujeres «objetos decorativos» y las siguen relegando al hogar como destino natural.
Atemperar el marco jurídico nacional a estas realidades fue un llamado de la abogada Rita María Pereira.
Pereira señaló «la necesidad de mejorar aún más el estado de igualdad y enfrentar las resistencias y estereotipos que existen en Cuba en relación con la mujer y que se expresan en la minimización y naturalización de la violencia de género, el maltrato infantil y la exclusión de toda persona que no sea o no aparente ser heterosexual».
La abogada advirtió que las leyes son necesarias, pero no suficientes; de ahí la importancia de poner en práctica políticas, programas y proyectos locales que garanticen la plena igualdad y la inclusión social.
Leticia Santa Cruz y Aurelia Castellanos conocen los frutos y el valor de los espacios de transformación social. Santa Cruz desde su amplia experiencia en proyectos comunitarios sobre VIH-sida y violencia de género y Castellanos, a partir de la formación y capacitación de mujeres rurales, integrantes de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) en La Habana.
Ambas opinan que capacitar a la comunidad y a quienes toman decisiones, reconocer las labores que realizan las mujeres y fortalecer las alianzas son acciones imprescindibles para lograr los cambios.
Al Seminario Medios y Violencia de género asistieron profesionales de la comunicación de siete provincias del país, del 30 de octubre al 3 de noviembre, para compartir y conocer acerca de temas como trata de personas, violencia de género y marco jurídico cubano y buenas prácticas comunicativas.
El panel celebrado en la ACNU ofreció un espacio para que representantes de la academia, el trabajo comunitario, organizaciones estudiantiles y profesionales de la comunicación reflexionaran sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la igualdad de género en la isla del Caribe.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue aprobada por 195 países en el año 2015; de sus 17 objetivos, el número cinco se refiere explícitamente a lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.