Consejo de Iglesias forma promotores para prevenir el VIH

Una docena de jóvenes pertenecientes a iglesias cristianas trabajarán en esta capital trabajarán como promotores de salud sexual para prevenir con enfoque de género el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) causante del sida, tras participar en un taller que el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) promovió en su sede habanera del 20 al 22 de marzo.

La capacitación continúa el trabajo realizado desde hace dos décadas por el Programa Vida y Salud Comunitaria de esa institución ecuménica que, en su apartado de salud sexual y VIH/sida, viene preparando a líderes de iglesias locales y promotores voluntarios para prevenir este padecimiento y acompañar espiritual y materialmente a las personas que viven con esta condición y a sus familiares.

Hasta el momento, el CIC ha formado en estos temas a más de 150 hombres y mujeres de diferentes edades a través de proyectos financiados por organismos de cooperación internacional como la agencia Acción Ecuménica Sueca (DIAKONIA), PAN para el Mundo y, más recientemente, el Fondo Mundial de Población de las Naciones Unidas.

Estas experiencias cuentan con el aval y seguimiento del Ministerio de Salud Pública de Cuba, el Centro Nacional de Prevención de ITS y VIH/sida, los centros provinciales y municipales de higiene y epidemiología y la línea nacional de personas que viven con VIH.

En los tres talleres previstos para 2015, la institución concentra esfuerzos entre las poblaciones de 20 a 29 años, por ser esta una edad en la que se incrementan los diagnósticos con VIH en el país, refirió a SEMlac Ana Lidia Orma, coordinadora del componente salud sexual y VIH/sida del CIC.Durante el taller se compartieron mensajes de prevención de las ITS.

Para 2013, Cuba reportó 2.156 nuevos casos del virus, lo cual eleva a más de 16.400 las personas viviendo con VIH en la isla caribeña, según el Ministerio de Salud Pública.

Los temas impartidos buscan actualizar sobre el estado de la epidemia del VIH/sida en el país, caracterizar sus vías de contagio e implicaciones en la salud, detallar otras ITS, exponer sus riesgos y vulnerabilidades, formar habilidades comunicativas para promover conductas de prevención y sensibilizar en la superación de estigmas y discriminaciones.

Además, el proyecto incluye una mirada de género al visibilizar los riesgos de la salud sexual asociados a los estereotipos y prejuicios machistas, así como la doble discriminación que sufren las mujeres seropositivas debido a los mitos que pesan sobre la sexualidad femenina.

Las alternativas de prevención promovidas en los cursos ponderan la abstinencia, la estabilidad de la pareja y el uso del preservativo como método para evitar el contagio, sostuvo la enfermera.

Los talleres parten de una concepción ecuménica e incluyen a personas de varias denominaciones cristianas, aunque algunas iglesias aún se mantienen reacias a trabajar estos temas por tabúes religiosos, sobre todo hacia la homosexualidad.

«Nosotros promovemos una sensibilidad que mire como iguales a todos los seres humanos, un cambio en el que hemos tenido pasos alentadores en la sensibilización de líderes cristianos», aseguró Orma.

Para ello, el CIC incentiva la realización de acciones de prevención de salud sexual dentro de las iglesias locales y de prevención secundaria con las personas que viven con VIH, siguiendo la metodología de equipos de ayuda mutua, la atención domiciliaria y el acompañamiento espiritual, sobre todo para mejorar la autoestima y propiciar la total adherencia al tratamiento médico.

Desde 2014 se creó una red de apoyo a mujeres seropositivas, gestionada por el CIC, para trabajar directamente con las mujeres, que son aproximadamente el 20 por ciento de quienes viven con el virus en el país.

«Todas las personas con VIH sufren algún tipo de discriminación, pero las mujeres y los hombres que tienen sexo con hombres son doblemente estigmatizados, por eso necesitan un espacio diferente donde compartir testimonios y experiencia», significó la Máster en Educación y Promoción para la Salud.

Además, este programa realiza hace cinco años un encuentro nacional de personas que viven con VIH, para intercambiar experiencias de trabajo entre proyectos autónomos e institucionales.

El médico Abraham Martínez, participante en el taller en representación de una iglesia evangélica habanera, consideró que los grupos de promotores y facilitadores de salud sexual en comunidades religiosas pueden ser el preámbulo para seguir preparando a otras personas en la asunción de conductas sexuales responsables.

Por su parte, la también evangélica Yadira Martínez afirmó que espera trabajar por la superación de tabúes sobre la sexualidad al interior de su grupo de fe.

«Algunos pastores le dan la espalda a esta realidad y muchos jóvenes terminan infectándose por desconocimiento y prejuicios», aportó la participante de 29 años, que aspira a abrir en su iglesia un departamento de Consejería para tratar abiertamente estos temas.

Dentro de sus acciones por la salud comunitaria, el CIC cuenta también con programas de prevención de adicciones y atención a personas ancianas, además de apoyar con iniciativas para la gestión de recursos al Sistema Nacional de Salud en Cuba.

El CIC es una comunidad fraternal de iglesias, movimientos e instituciones ecuménicas, con la misión de fomentar los espacios de participación y unidad en la labor de las sedes cristianas.

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