Abordar una cobertura electoral con enfoque de género no es fácil. Implica cuestionarse cómo hacemos periodismo, qué es política o qué preguntar a candidatos y candidatas de los partidos. Son retos a los que se enfrentan diariamente periodistas como Ana Requena, redactora jefa de género de Eldiario.es, Pilar Álvarez, corresponsal de género de El País, June Fernández, coordinadora de Pikara Magazine y Ana Cabanillas, redactora política de El Independiente. Las cuatro inauguraron el II Encuentro de Chicas Poderosas en Madrid, este marzo.
En los últimos dos años han surgido figuras que tratan de incorporar en los medios de comunicación una mirada demandada socialmente: la feminista. Gracias a ellas, “existen muchos debates dentro del periódico que antes no existían”, explica Pilar Álvarez, convencida de que “tiene que ser una cuestión transversal” y que incorporar esta mirada es “hacer un mejor periodismo”. Efectivamente, ese es el mandato que cumple Ana Requena en Eldiario.es al ser redactora jefa de género: “impulsar la transversalidad de género en todo el periódico”, con más debates que respuestas y sabiendo que “estamos construyendo qué significa tener este encargo”.
Este avance no quiere decir que no haya resistencias. Ana Cabanillas desarrolla su trabajo en el Congreso de los Diputados, donde encuentra “barreras cada día”. Aguantar que un político le cogiera la mano en un almuerzo de trabajo, por ser mujer y joven, sentir que su trabajo es valorado de forma distinta que el de sus compañeros: “cuando una de nosotras hace una buena información política, rápidamente dicen ¿con quién estará liada?”. Hasta la imposición de ciertas formas que tienen que ver con el hecho de que el poder todavía tenga un sesgo muy masculino.
“El feminismo no es una especialización sino una mirada”, defiende June Fernández. Y significa “cuestionarlo todo, aportar una visión crítica y una contextualización”. Hasta ahora, los temas que no tienen que ver con el hombre blanco heterosexual se meten en sociedad. Ana Requena defendió que los cuidados y la conciliación, por ejemplo, son temas que deberían estar incluidos en política y formar parte de las entrevistas de los candidatos y no solo de las candidatas.
Para hacer este tipo de periodismo es necesario también cuestionar los tiempos, las dinámicas diarias que nos presionan a la hora de elaborar las informaciones y que nos afectan de modo distinto a mujeres y hombres. “Los hombres hablan demasiado todavía”, dijo Ana Requena.
“Es más fácil decir a las mujeres, empodérate, que cuestionar las rutinas periodísticas que sostienen ciertas desigualdades”, denunciaba June Fernández. Para las mujeres es más difícil participar en una tertulia televisiva todos los jueves a las 10 de la noche, por ejemplo, ilustraba la periodista, que también criticó la inmediatez que se exige por parte de los medios para hablar de determinados temas que implican una reflexión y una preparación. Esto explica por ejemplo la falta de participación feminista en algunos debates, porque para el feminismo es muy importante la construcción colectiva y los matices.
La fundadora de Pikara advirtió del “espejismo del feminismo”. “Para nosotras es importante vincular el feminismo al 99 por ciento de la población, no solo hablar del techo de cristal”.
Las periodistas proponían análisis políticos no habituales: ¿Cuál es el número de hijos e hijas de los candidatos y de las candidatas y qué nos indica?; ¿Cuántas empleadas del hogar tienen los ministros y las ministras? ¿Qué balance hacemos de los ayuntamientos del cambio, liderados por mujeres, y en qué se ha traducido esa apuesta por hacer otro tipo de política?
¿Qué hacemos con VOX?
Y ¿Qué hacemos con VOX? ¿Cómo planteamos la cobertura en las próximas campañas electorales? Con información y rigor, dijo Ana Cabanillas.
“Es fundamental contextualizar la información y rascar datos”, opinó Pilar Álvarez, poniendo el ejemplo del artículo con el que El País desmontaba el mito de los “chiringuitos feministas”, a pesar de que esto lleva tiempo y no siempre puede convertirse en ley, en el sentido de que a veces lo mejor es dejar pasar y no hacer seguimiento a lo que este partido propone.
Ana Requena considera que es importante “no responsabilizar al movimiento feminista del avance de VOX ni atribuir al feminismo la capacidad de frenar el avance del fascismo. “Es una lucha colectiva”.
June Fernández, por su parte, dijo estar preocupada por la normalización de VOX en los medios durante la campaña electoral. “Es preocupante que se esté publicando cada medida que estos señores proponen”. También le preocupa “la situación personal de las comunicadoras feministas”, que se han convertido en el centro de los ataques misóginos y machistas que los representantes de esta ideología realizan con dureza y con absoluta impunidad. “Igual nos tenemos que exiliar”, señaló.