Cuba dedicó en 2007 la celebración del Día Mundial de Lucha contra el VIH/sida a los promotores voluntarios, encargados de la mayoría de las tareas de divulgación y prevención contra el virus en la isla.
“En estos momentos trabajan aproximadamente unos 5.000 voluntarios”, aseguró a la prensa local Rosaida Ochoa, directora del Centro Nacional de Prevención de las ITS/VIH/sida.
Al cierre de octubre de 2007, las estadísticas oficiales reportaban un total de 9.039 personas infectadas con el virus en la isla. Cerca del 19 por ciento de ellas son de sexo femenino y poco más de 81 por ciento, de sexo masculino.
Entre los hombres infectados, aproximadamente el 86 por ciento tiene sexo con otros hombres (HSH). Este grupo representa el 67 por ciento del total de personas diagnosticadas.
Por edades, las mayores tasas las aportan los grupos de 20 a 24 años. Por regiones, el 54 por ciento de la población diagnosticada, la cifra más alta, se concentra en la ciudad de La Habana.
En total, viven con el VIH/sida 7.379 cubanos, han enfermado 3.427 y han fallecido por esa causa 1.550 personas.
Como cada primero de diciembre, Cuba celebró el Día Mundial con acciones dirigidas a fortalecer la educación, promoción y prevención del VIH; actividades culturales y movilizaciones públicas; bajo el lema “Los voluntarios cubanos en la prevención del VIH”.
A juicio de Ochoa, esta fuerza de apoyo merece un reconocimiento porque se entrega a la labor de manera altruista y desinteresada.
“Luego de ser admitidos a través de convocatorias, se ofrecen cursos de promotores, un período de práctica y comienzan a salir con los que tienen más experiencia: ahí se va midiendo su capacidad para interactuar con la población”, asevera la funcionaria.
En ese sentido, “existe ya una labor concreta en diversos proyectos dirigidos a jóvenes, mujeres, HSH, personas con VIH y el Carrito por la Vida” (vehículo que recorre localidades del país con acciones de promoción de sexo seguro y sexualidad responsable).
Cuba reportó el primer caso de VIH/sida en 1986. Desde entonces, la epidemia presenta un ritmo de crecimiento lento, pero sostenido y la tasa de prevalencia se mantiene en torno al 0,1 por ciento.
En 2001, unos 299 casos recibían tratamiento antiretroviral. En octubre de 2007 esta cifra ya superaba las 3.000 personas.