La recién concluida Serie Nacional de Béisbol pasará a la historia como la de mayor indisciplina –y más aguda violencia- en el deporte de las bolas y los strikes. Pero las agresiones también han ocurrido en terrenos del fútbol y tabloncillos de baloncesto o voleibol. ¿Será que el enfrentamiento deportivo trae intrínseco, de manera irremediable, una carga de violencia? Y si no, ¿cómo se originan estas manifestaciones? ¿Qué papel juegan en su prevención y enfrentamiento los medios de comunicación?
Tres jóvenes periodistas del ámbito deportivo conversan con No a la Violencia sobre estos temas. Son Niurka Talancón Villafranca, colega del canal nacional Tele Rebelde, Alejandro Céspedes Morejón, narrador y comentarista de Tele Pinar, en la más occidental de las provincias cubanas, y Osmany Torres Hernández, periodista de la emisora radial capitalina COCO.
¿Cómo impacta la construcción de la masculinidad hegemónica en la creciente violencia en los espacios deportivos cubanos?
Niurka Talancón Villafranca: Los escenarios deportivos están marcados por la violencia, pues la sociedad ha perdido valores y desde los deportistas hasta los aficionados reflejan esos comportamientos. El hombre cubano, por lo general, por obra y gracia de su formación, necesita reafirmarse como el macho frente a otros hombres y el deporte le está brindando un espacio para reproducir estos estereotipos heredados de la sociedad patriarcal. Lo que nació como un enfrentamiento amistoso, para competir en buena lid, se ha convertido en un campo de batalla donde el machismo triunfa.
Alejandro Céspedes Morejón: La construcción de la masculinidad hegemónica impacta en grado superlativo los sucesos violentos en el deporte. Atletas, entrenadores y aficionados son evidencia de una situación que tiene su origen en la reproducción de patrones sexistas que aún perviven en nuestra sociedad. Los hombres han sido culturalmente construidos para ejercer la fuerza, para detentar el poder. En ese camino, aprenden desde pequeños a reaccionar con violencia ante las frustraciones y ese comportamiento se potencia en los entrenamientos deportivos y en las competiciones.
Osmany Torres Hernández: La violencia en los escenarios deportivos no es un problema actual y su incremento tiene matices culturales asociados a la idiosincrasia machista latina, en la que el hombre debe mostrar toda su virilidad ante otros hombres, las mujeres y la sociedad. Muchas veces las conductas agresivas, que son penadas en la sociedad, no son duramente sancionadas en los espacios deportivos, por la falta de un marco jurídico apropiado. Así, no se sancionan y las personas se sienten libres para expresar sus frustraciones de forma violenta.
¿Qué papel están jugando los medios de comunicación en la legitimación o no de esa violencia en los espectáculos deportivos?
NTV: En Cuba los medios le han dado la espalda a los hechos de violencia ocurridos en el deporte. Aunque actualmente se trata de combatir la violencia desde los medios, ocurre en momentos muy esporádicos, y solo al calor del momento. Periodistas y comunicadores, comentaristas y narradores deportivos, en su gran mayoría, no están preparados para reaccionar de manera constructiva ante estos hechos violentos y, o apartan la cámara, o reaccionan con comentarios improcedentes que a menudo naturalizan la violencia.
ACM: Los medios de comunicación, al estar representados mayormente por hombres que no están sensibilizados y capacitados con herramientas para prevenir y enfrentar la violencia, reaccionan de manera tardía y poco inteligente ante estos hechos. Ante una riña reciente en un concurrido partido deportivo, un narrador televisivo, en lugar de criticar con rigor el hecho, solo lamentó que el agresor hubiera empleado un bate para la pelea, en lugar de sus manos. Es apenas un ejemplo de la gravedad de la situación.
OTH: Los medios de comunicación están tratando de ¿capear? el temporal; pero sin la preparación necesaria de quienes están encargados de abordar la temática. Su discurso es pobre y poco creíble, por lo que más allá de deslegitimar el fenómeno, genera dudas por inadecuado, vago y altisonante. Algunos medios se están sensibilizando con el tema y recién comienzan a dar los primeros pasos, pero pienso que es muy pronto para emitir una valoración generalizadora. Queda mucho por hacer.
¿Cómo enfrentar el fenómeno de manera integral?
NTV: Es necesaria la formación de los profesionales, de forma seria y sistemática, en la teoría de género y en temas de masculinidades hegemónicas. En el ámbito del deporte, en ocasiones, se pierde un espacio muy valioso para hacer llegar el mensaje a los hombres, pues este es un público potencial mayoritario.
ACM: Educando e instaurando reglamentaciones que hagan visible el tema y sus consecuencias. Ese es un primer paso para comenzar a disminuir la violencia en los estadios deportivos.
OTH: El fenómeno se debe enfrentar con acciones de formación y sensibilización de figuras públicas, para luego llegar a los grandes grupos de la población. Además, se debe buscar el canal para que los contenidos de las diversas campañas contra la violencia de género, y el maltrato en general, lleguen a todas las personas de manera clara y comprensible.