Obstáculos para la investigación

La carencia de investigaciones generalizadoras y de estadísticas confiables es una de las críticas más generalizada cuando se intenta evaluar la investigación y tratamiento de la violencia de género e intrafamiliar en Cuba. En ese contexto, ¿cuáles son los obstáculos más complejos que enfrentan quienes intentan acercarse a la problemática desde ámbitos diversos de la sociedad y en busca de salidas múltiples? No a la violencia reflexiona en torno a esta interrogante con la colaboración de la Máster en Ciencias Matilde Molina Cintra, psicóloga e investigadora del Centro.

¿Cuáles son las dificultades más frecuentes que encuentran, de acuerdo con sus profesiones y lugares de desempeño, cuando intentan investigar acerca de la violencia intrafamiliar y de género?

Matilde Molina Cintra: Hay una que es intrínseca al fenómeno de la violencia y tiene que ver con la necesidad de obtener información fiable, verdadera, de las personas que estamos entrevistando, encuestando, con quienes conversamos; sobre todo cuando esas personas o grupos de personas han estado relacionadas con la violencia, tanto en la posición de víctimas o como parte de sus familias. Esa necesidad obliga a revisar con mucho detalle la metodología de las investigaciones que estás consultando, para tratar de evaluar si esos datos y resultados son confiables. Esa dificultad se deriva de las propias características del fenómeno de la violencia, que a menudo se considera privado y no permite la inclusión de un tercero cuando es una pareja, o de alguien ajeno cuando es una familia. Un investigador necesita de mucha ética para indagar, pero eso implica convivencia, tiempo, dominio de técnicas que muchas veces no pueden incluir el lápiz y el papel, o sea, la encuesta directa. En el caso de la psicología, se intenta con técnicas proyectivas, trabajo con grupos. A veces te encuentras investigaciones levantadas solo con un cuestionario y yo a menudo me cuestiono mucho los resultados encontrados por esa vía.

Mareléen Díaz Tenorio: Un problema grande es la falta de sistematización. Y también la falta de lugares donde se recoja todo ese saber que se va construyendo, para que le sirva de punto de partida a otras personas o instituciones que se interesan en el tema. Pero también a quienes buscan información desde la posición de víctimas o de cercanía con estas. He dicho varias veces que ahora el tema se está trabajando más, se están publicando materiales y se proyectan programas de intervención, pero sigue sin ser suficiente.

Leticia Machado Gámez: Encontrar datos cuantitativos para respaldar las investigaciones, que se puedan comparar, contrastar, se convierte en un gran problema, sobre todo debido al poco conocimiento que muchas instituciones y especialistas tienen acerca del tema y a la poca sistematización de ese conocimiento. Pero también tiene que ver con los prejuicios y falsos presupuestos que acompañan su tratamiento y abordaje. En muchos casos, estos prejuicios están influenciados por una construcción cultural que impide ver a la violencia, sobre todo a la de género, como un problema, lo cual complica la comprensión de qué es exactamente y cuáles consecuencias trae. Por tanto, tampoco se comprende la necesidad de estudiarla. Muchas instituciones consideran que ya en Cuba los asuntos de género están estudiados todo lo que se necesita y no se dan cuenta de que aún estamos empezando.

¿Consideran que el espacio profesional o institucional, o la zona del país donde se desempeñan, influyen en la accesibilidad a información pertinente sobre el tema? ¿Por qué?

MMC: Hay una limitación general y es la poca publicación de resultados. Primero, porque se trata de un tema muy sensible y al investigador o investigadora le suele costar escribir sobre él.

Segundo, porque no pocas instituciones limitan la publicación de resultados. Cuando te alejas de La Habana, esa situación se complica. Existe mucha más información hoy, pero se queda más en los testimonios, las historias de vida, que también son válidos, pero no sustituyen la necesaria evaluación científica del asunto.

MDT: Obviamente, especialistas de determinadas profesiones como la Psicología o la Sociología pudieran parecer personas más capacitadas que otras para emprender investigaciones sobre violencia, pero también se puede erigir como un mito. Durante los años que he pasado vinculada a la investigación, he visto valiosos resultados de estudios emprendidos desde la metodología de la Educación Popular, por poner un ejemplo, y no fueron desarrollados por expertos en los campos antes mencionados. Se trata, sobre todo, del conocimiento desde el cual se parte, la sensibilidad que se tenga con el tema.

LMG: Investigar desde la zona oriental, y en particular desde Moa, tiene sus limitaciones. En los últimos tiempos se ha hecho una fuerte labor por los medios de difusión masiva, sin embargo, en las instituciones y organizaciones de masas en ocasiones no ven el tema como algo a priorizar y cuesta involucrarlos en investigaciones, acciones integrales, proyectos conjuntos.

¿Qué propondría para allanar el camino de quienes se sumen al empeño de tratar y prevenir la violencia?

MMC: Crear un repositorio de investigaciones y publicaciones relacionadas con la violencia en Cuba, mayor capacitación de los profesionales para el acercamiento al individuo, a la pareja, para obtener información certera de las familias. Esta capacitación está muy relacionada con la empatía que se logra con el tema, pero también con la preparación en metodologías cualitativas de investigación.

MDT: Diversificar los puntos de partida y los enfoques de las publicaciones e investigaciones sobre violencia de género puede ayudar a cubrir los vacíos que aún existen en su tratamiento. Pero hay que seguir promoviendo la capacitación, la visibilización de un tema que se sigue considerando privado y no público.

LMG: Intentaría crear en el país una red social con especialistas del tema donde se aborden estos temas de forma generalizadora, integradora, y no solo en el occidente o en la capital del país. Hay un intento de crear una red de investigadoras e investigadores como parte de las acciones del subprograma de violencia del Programa Nacional de Educación y Salud Sexual (PRONESS), que coordina el Cenesex, pero aún está naciendo. Ojalá se extienda y se multiplique.

1 comentario

  1. Gracias por enviarme este artículo.Es excelente! Anote el enlace… Me alegra mucho que en Cuba se esté investigando y promoviendo el tema de la violencia contra la mujer. El desconocimiento sobre el tema con toda su complejidad y diferentes aristas, pienso, es algo fundamental que hay que atender en la lucha contra la violencia de género.

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