Violencia: Imaginarios juveniles entre continuidad y resistencias

Resultados preliminares de un estudio sobre los imaginarios juveniles acerca de la violencia de género señalan que en estas edades conviven prejuicios machistas y rupturas de la cultura patriarcal. La investigación abarcó a más de 3.500 jóvenes de siete países de América Latina y el Caribe (Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Brasil, Colombia y Cuba) con el objetivo de indagar sobre los imaginarios y normas sociales que influyen en la percepción de la violencia en grupos juveniles.

Los equipos de investigación en cada país también exploraron las formas en las que se manifiesta la violencia en edades comprendidas entre los 15 y 25 años, las nuevas expresiones de la violencia machista en estos grupos y su disposición al cambio.
Resultados parciales de este estudio, fruto de la alianza entre la organización no gubernamental OXFAM Internacional y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), fueron presentados en La Habana el pasado 13 de octubre durante el 6to Encuentro Internacional Infancias y Juventudes.
«Uno de los resultados preliminares que nos ha llamado mucho la atención es que en estas edades la familia sigue siendo un actor con mucha influencia en las opiniones y representaciones respecto a la violencia de género, seguido por las amistades y medios de comunicación», dijo Pablo Vommaro coordinador general por Clacso.
Si bien el informe final está previsto se publique en marzo de 2018, investigadores de Colombia y Cuba presentaron algunos datos iniciales en el evento que organiza el Grupo de Estudios sobre Juventudes del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) y el Grupo de Trabajo de CLACSO sobre juventudes e infancias.
El investigador colombiano Julián Loaiza señaló que para jóvenes de su país las relaciones de parejas son el escenario principal de la violencia de género y que en estas, con algunos matices o de manera tradicional, se reproducen vínculos de subordinación y control hacia las mujeres.
«El cuerpo de las mujeres emerge como territorio de control. Las jóvenes identificaron las manifestaciones de la violencia física, pero no eran conscientes de que también es violencia si su pareja decide qué ropa deben usar, las amistades con las que se pueden reunir y si les revisan el celular», expuso Loaiza.
Los mitos del amor romántico, la prevalencia de estereotipos femeninos y masculinos tradicionales y la creciente influencia de las redes sociales y la industria cultural son algunos puntos comunes entre los países.
En Cuba, que por primera vez participa en una investigación de este tipo a nivel regional, también aparecen resultados parciales con estas tendencias.
María Isabel Domínguez, del Grupo de Estudios sobre Juventudes del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), informó que a pesar de las políticas públicas a favor de la igualdad de género y la amplia participación y derechos ganados por las cubanas, todavía existe la sobrecarga femenina en el espacio doméstico e imaginarios que invisibilizan la violencia machista.
La especialista dijo que se observan tres arquetipos respecto a la identidad femenina, imaginarios que expresan la convivencia de ideas tradicionales y concepciones emancipadoras.
«Una alta proporción considera que ‘vestirse provocativamente’ o andar solas puede incitar al hombre a causarles daño o puede buscarles problemas con sus parejas», explica Domínguez.
Si bien el ser mujer es una categoría más heterogénea, se repite la concepción de que la mujer es más delicada y débil y requiere de halagos y protección.
También se comparte la idea de que las mujeres necesitan ser controladas porque pueden tener comportamientos inadecuados que afecten al hombre y a la familia.
Estas ideas tradicionales conviven con un tercer arquetipo de feminidad que se sustenta en la autonomía de las mujeres, su igualdad de capacidades y derechos.
Los resultados preliminares también muestran que la mayoría de los varones rechazaron las formas más visibles de la violencia física y psicológica, reconocieron la igualdad de derechos de las mujeres en los ámbitos públicos y privados, pero reconocieron que están arraigadas formas de relación que ponderan el ejercicio del control y «protección» masculinos.
Los grupos juveniles analizados propusieron la educación desde la infancia como un factor fundamental para el cambio. En este camino, los resultados finales de la investigación regional serán materia prima para diseñar una estrategia que permita abordar la violencia de género desde las juventudes.
«Esta colaboración entre CLACSO y Oxfam tiene el objetivo de utilizar los resultados para implementar una campaña en estos países dirigida a la deconstrucción y cuestionamiento de esas ideas internalizadas que reproducen la violencia por motivos de género», adelantó Christian Ferreyra, asesor de juventud de Oxfam Latinoamérica
.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

18 + catorce =