Aislamiento, acoso y manipulación son algunas de las estrategias que se reiteran en los perfiles de hombres maltratadores en la capital cubana, según un reciente estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.
En particular el aislamiento de las víctimas, que las aleja de sus principales redes de apoyo, se ha visto acrecentado por la situación de confinamiento sanitario impuesto por la pandemia de covid-19, explicó la psicóloga Claudia Cancio-Bello, durante el Taller “Miradas jóvenes a la población y el desarrollo”, convocado por el Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la citada universidad.
Celebrado los días 28 y 29 de junio sobre plataformas de WhatsApp, el evento suma ya una década de existencia y apuesta por dar a conocer y debatir resultados investigativos de jóvenes estudiantes y cientistas sociales que tributan al estudio de las dinámicas sociodemográficas en el país.
El estudio presentado por Cancio-Bello, en particular, caracterizó expresiones de violencia vividas por un grupo de mujeres habaneras que recibieron atención psicológica, primero de forma presencial en la consulta del Centro de Orientación y Atención Psicológica (Coap), de la Facultad de Psicología, y más recientemente a través de redes sociales o por vía telefónica.
Entre las estrategias “observadas desde los maltratadores para amenazar y coaccionar a las mujeres en situación de violencia”, la especialista identificó también el acoso y la persecución.
“Se aparece donde quiera que estoy, no quiere entender que ya no quiero más nada con él. Yo estoy sola en este país, no tengo para dónde ir, a veces voy a casa de una amiga y me paso algunos días para alejarme un poco, pero hasta allí ha ido”, narra una de las mujeres citado por Cancio-Bello, con una maestría en Psicología.
También han registrado amenazas de suicidio por parte del hombre, quien chantajea “con quitarse la vida si las mujeres no regresan a la relación de pareja”, o la manipulación a través de hijas e hijas, lo mismo con quitarles la custodia, que con “otorgarles el permiso para emigrar del país”, enumeró la también profesora de la Facultad de Psicología.
Cancio-Bello identificó que muchas de estas mujeres son jóvenes y sus casos presentan cruces con otros temas que tributan al estudio de las dinámicas demográficas “como la emigración, el municipio de residencia y la raza”. Y también con la mortalidad, al ser esta la consecuencia más grave de la violencia de genero.
Para la especialista, resulta vital profundizar esos estudios, pues “los costos de la violencia para la salud de las mujeres incluyen síntomas físicos, psicológicos y psicosomáticos, como baja autoestima, ansiedad y depresión”, detalló.
Un elemento interesante de la indagación es que las mujeres que han logrado salir del ciclo de la violencia con acompañamiento psicológico son quienes contaban con mejor situación económica y más redes de apoyo, detalló Cancio-Bello.
A juicio del director del Cedem, Antonio Aja, uno de los principales valores del taller es la participación de jóvenes de todo el país, “con miradas múltiples, como múltiples tienen que ser los objetos de estudio sobre la población y con miradas interconexas que toquen los diferentes ámbitos de la realidad cubana actual”, detalló en sus palabras de clausura.
Cerca de 40 ponencias y más de un centenar de participantes abordaron, en tres subgrupos, asuntos vinculados con la mortalidad y la morbilidad, la fecundidad, el envejecimiento, los cuidados, las migraciones internas, la comunicación sobre población, las intersecciones múltiples de la pandemia y la violencia de género, entre otros.
Una publicación con todos los trabajos y el establecimiento de alianzas para continuar las investigaciones son dos de los resultados concretos que darán seguimiento a esta edición del taller, el cual, a juicio del director del Cedem, “ha ido madurando a partir del trabajo de cada vez más colegas jóvenes que se suman a esta fuerza importante de investigadores dedicados a los temas de población”.
2021-07-05