Especialistas proponen avanzar en espacios y planes de formación para evitar la revictimización a mujeres víctimas de violencia machista.
“Las y los profesionales de la salud somos sujetos culturales que hemos crecido en familias con determinados valores. También nosotros tenemos y reproducimos estigmas en nuestra prestación de los servicios de salud”, afirma la psiquiatra Ada Alfonso.
La especialista del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) participó en un intercambio con estudiantes de la filial de Ciencias Médicas Bayamo, durante las actividades de la Jornada Cubana por la Violencia hacia las mujeres y las niñas, que se celebró del 4 al 8 de diciembre en Granma, a 661 kilómetros de La Habana.

La Jornada tuvo un amplio programa de actividades con paneles científicos, intercambios con juventudes diversas en centros educativos, acciones en comunidades rurales y costeras de la provincia, además de pasacalles, ferias comunitarias y conciertos.
Durante los intercambios académicos, especialistas e investigadoras insistieron en superar el desconocimiento sobre las manifestaciones, causas y mitos que sostienen la violencia machista, pues afectan su detección oportuna y la atención a las víctimas.
“A veces con un nivel profesional, personas graduados o en formación, no reconocemos que detrás de determinados síntomas está la violencia de género, que suele esconderse en dolores y cefaleas crónicas, infecciones renales a repetición y síntomas depresivos que solemos tratar con algún medicamento, sin cuestionar la raíz del problema”, dijo Alfonso al alumnado que participó en el intercambio.
La revictimización suele ser otro de los males que acarrea el desconocimiento, ante la ausencia de una respuesta integral e integrada a la violencia machista. Culpar a las mujeres por la demora en la denuncia, y su incapacidad para salir del ciclo de la violencia son prácticas que se repiten a diario, según investigadoras.
“Uno de los mitos más frecuentes que encontramos en cualquier escenario es que a la mujer le gusta y puede ser culpable de la violencia. Tenemos que evitar la revictimización, entender las causas del problema y los obstáculos que limitan a las víctimas a salir del ciclo de la violencia”, opina la psicóloga Mareelen Díaz Tenorio.
Actuar y avanzar en la sensibilización, la capacitación y la construcción de consensos son apuestas de especialistas y actores comprometidos en Cuba.
“No podemos esperar a que esté el protocolo integral e integrado para la atención a mujeres violentadas, porque las mujeres siguen en esta situación”, declara Ivón Ernand a SEMlac.
Por su experiencia al frente de la Consejería a mujeres víctimas de violencia del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR), Ernand insiste en la no revictimización.
“Saber cómo entrevistar a una mujer, recibirla por primera vez son aspectos fundamentales y que, una vez que se integran, fluyen de manera orgánica. Estas son mujeres que llegan a las consultas en condiciones terribles y lo primero que hay que evitar es que se sientan peor”, afirma la psiquiatra.
Entre los reclamos también esta incluir los temas de género y violencia en el currículo de las carreras, principalmente aquellas que tienen una presencia directa en la atención a las víctimas de violencia machista.
“Debemos insistir en ubicar los temas de género y violencia machista en el currículo de las carreras, no solo como asignaturas optativas; esto es fundamental para garantizar que las y los profesionales salgan sensibilizados y preparados”, dijo la jurista Lisset Mailén Imbert en el intercambio con estudiantes de Medicina.
Algunos esfuerzos se han materializado para avanzar en este sentido. El 2do Encuentro Nacional de Investigadores e investigadoras sobre Violencia de Género, celebrado en abril de 2018, tuvo como resultado la construcción de consensos respecto al abordaje integral e integrado de esta problemática social.
Para continuar ese camino, OAR prevé la realización de un espacio de capacitación y entrenamiento para fortalecer la atención a mujeres en situación de violencia.
“Nuestra propuesta es hacer un entrenamiento en consejería con especialistas de las tres zonas del país: occidente, el centro y el oriente. Esto es fundamental, porque estamos haciendo un esfuerzo extraordinario, pero se necesitan herramientas metodológicas”, dijo Ernand a SEMlac.

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