Iliana Rondón: El delincuente sexual no es lo que la gente piensa

Master en psicología social del Instituto de Medicina Legal de Cuba hace más de 15 años, Iliana Rondón suma a su experiencia cotidiana su participación en las investigaciones realizadas, desde 1991, sobre el abuso sexual infantil en esta isla del Caribe.
Todavía se le quiebra la voz y se le enturbian los ojos al recordar los casos en que se ha visto involucrada como médico legista. Pero de algo está segura: sólo la buena comunicación con los menores y la educación sexual desde edades tempranas podrán ayudar en la prevención del abuso sexual infantil. SEMlac: ¿Cuál es la dinámica del abuso sexual infantil en Cuba?
Siempre hay un niño carente de afecto, que procede de una familia disfuncional y trigeneracional. Es un hogar marcado por conflictos de poder, en el que no hay respeto por el espacio psicológico y físico y todo eso trae aparejada la violencia.
El padre está ausente o es un padre periférico que se encarga sólo de aportar dinero pero no se ocupa de la crianza, de la preparación para la vida ni de los afectos. Y la figura sustituta, que pudiera ser el padrastro, tiene una conducta inadecuada.
El abuso sexual infantil siempre se ve asociado a otras formas de violencia intrafamiliar. También se informa del consumo de alcohol y otras drogas ilegales, aunque no existen reportes, precisamente porque el consumo está prohibido en el país.
Con todos estos factores de riesgo, el abusador, por lo general cercano al pequeño, no necesita usar la fuerza, sino que se vale de la conquista con regalos, con prebendas o con el simple cariño.
Para rematar, esta población infantil en riesgo tiene una escasa educación sexual y desconoce que al adulto también se le puede decir que no.
SEMlac: Lejos de las creencias populares, las investigaciones coinciden en alertar sobre el abuso sexual infantil como un fenómeno que ocurre dentro del hogar. ¿Por qué no se puede hacer un perfil de este tipo de criminal?
La conclusión más grave que he sacado en toda mi vida profesional es que cualquier persona puede ser un abusador. Pero, pese a no poder hacer un perfil, sabemos que no son pedófilos. Generalmente, están casados y tienen una vida sexual normal con su pareja. El delincuente sexual no es lo que la gente piensa y muchas veces este goza de un alto reconocimiento social.
SEMlac: La cifras mundiales hablan de un subregistro, ¿qué factores influyen en que estas estadísticas no sean definitivas?
Imaginen qué pasa si un menor acusa de abuso sexual a un prestigioso profesor o a un científico destacado. ¡Es la palabra de este contra la de un adulto respetable! En el caso de los varones, de hacerse público el hecho, la sociedad lo va a estigmatizar como homosexual y quién sabe si hasta él mismo no lo haga. Por otra parte, si las niñas y los niños que han sido victimizados o sus familiares ven que el mecanismo no funciona o ven que funciona pero ha sido más nocivo para el menor, tampoco harán la denuncia.
SEMlac: A pesar de que las cifras no son definitorias, ¿cómo evalúa la situación en Cuba?
Pienso que aunque haya un solo caso tenemos que tomar medidas. Las características de nuestra sociedad muestran que no importa la cantidad. Se ha visto, por ejemplo, con los niños autistas, que a pesar de no ser muchos, son atendidos. Este subregistro es sólo la punta del iceberg y no son tan pocos los casos que nos llegan.
SEMlac: El abuso sexual infantil por su propia naturaleza es un hecho privado, ¿cómo saber que ocurrió?
Existen indicadores que dan credibilidad a lo que dicen los niños. De hecho ese fue el primer trabajo que hicimos, en 1991, un grupo de investigadores del Instituto de Medicina Legal, porque la policía nos pedía confirmar la historia, antes del proceso judicial. Nosotros no estamos para emitir estos juicios. Lo que sí podíamos hacer e hicimos fue buscar los elementos que se repetían en los niños cuyo testimonio era útil, coherente, lineal y cuyo lenguaje era el apropiado para su edad y conocían el significado de lo que estaba ocurriendo.
SEMlac: Figuras públicas en el mundo han desplegado una fuerte ofensiva para invalidar las denuncias de abuso sexual infantil. Esta reacción o backlash, pone en riesgo la protección de la infancia, bajo el supuesto de falsas acusaciones. ¿Cuál es su opinión sobre la polémica que se ha generado?
Si hay un niño manipulando con una agresión sexual, si existe un niño que aparenta una victimización que no sucedió, es motivo suficiente para que reciba atención especializada. La vivencia la tiene en alguna parte.
(noviembre/2006)

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