Líderes comunitarios, periodistas, artistas, deportistas, académicos, estudiantes y trabajadores, jóvenes y adultos de una variada procedencia se reunieron en Las Tunas, a más de 660 kilómetros de la capital cubana, en el Encuentro de la Plataforma de Hombres por la No Violencia, del Centro Oscar Arnulfo Romero (CEOAR).
«La plataforma es, sobre todo una oportunidad para buscar otra manera de ser hombre», dice a SEMlac Sergio Morlán, uno de los coordinadores del espacio, que reunió en esa ciudad oriental a integrantes de varias provincias del país, durante las actividades centrales de la XI Jornada Cubana por la no Violencia que coordinan el CEOAR y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
El encuentro sirvió para sistematizar experiencias comunitarias, fortalezas y debilidades del grupo, creado en 2011 con un interés particular de formación, capacitación y desarrollo de iniciativas por la no discriminación de género y el desmonte de la cultura patriarcal.
El equipo apuesta por desarrollar potencialidades desde el trabajo de sus integrantes y territorios, allí donde hacen vida diaria, para ir hacia un nuevo modelo de masculinidad más inclusivo, flexible y no patriarcal.
«También encontramos mucha resistencia, cambiar cuesta mucho, tiene que pasar por lo personal y lo social», apunta Morlán.
En el grupo no tienen identificados maltratadores ni se hace terapia, aunque sí intentan detectar sus miedos, dificultades y posibilidades en el camino para crecer como seres humanos, acota.
«A mí me falta mucho por cambiar, digo que soy un hombre en reconstrucción. Para mí ha sido como el paso de un huracán para empezar a dar otra mirada, desde la responsabilidad, a lo que hago. Han sido muchos los años de machismo, patriarcado y comodidad varonil», admite Morlán.
«Lo más importante para nosotros es la formación, instalar capacidades y conocimientos que nos permitan girar la mirada al cambio que pretendemos», asegura el coordinador del grupo, que reunió los días 7 y 8 de diciembre a hombres de Pinar del Río, Matanzas, Las Tunas, Baracoa y otros territorios.
Con una agenda anual que se articula con los proyectos comunitarios y acciones de sus integrantes, la plataforma establece igualmente interacciones con otros grupos como la Red Iberoamericana de Masculinidades (RIAM), explicó Morlán a SEMlac.
«Que se haya diseñado este encuentro dentro de la jornada es porque tratamos de fortalecer redes de apoyo en cada territorio que puedan articularse en el trabajo de la no violencia», precisó a SEMlac María Teresa Díaz, especialista del CEOAR.
El encuentro sirvió para el intercambio de experiencias y también para reflexionar acerca de diversos temas, como espacio de capacitación que contó con disertaciones y debates acerca de las parejas cubanas contemporáneas, así como la necesidad del respeto a la diversidad humana y sexual.
“Este tipo de espacios es crucial para la trasformación y para poder avanzar en la necesidad de combatir la violencia hacia las mujeres y las niñas, porque los hombres son parte también de ese proceso», comentó el médico Alberto Roque, activista por los derechos humanos y sexuales de la población LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transgénero).
En su opinión, esta iniciativa contribuye a la reflexión y acción comunitaria en el proceso de erosión patriarcal sobre el cual se estructuran todas las acciones violentas y visualiza un grupo de la población con capacidades para el cambio, aun cuando conviven entre ellos muchos de los preceptos del patriarcado.
«Mi percepción es que están todavía en fase muy inicial de identificar liderazgos y alianzas, de buscar los proyectos comunitarios exitosos en la articulación y la lucha frente a otras discriminaciones», acotó el activista e investigador, invitado al encuentro.
Como fortaleza del grupo, identificó la participación de hombres con distintas formas de pensar y sentir la masculinidad y las construcciones de género, atravesadas además por otras formas de discriminación como las que emergen frente a la expresión de la sexualidad, el color de la piel, el lugar de residencia o el nivel educacional.
Como potencialidad, Roque aprecia un gran interés por aprender, adquirir nuevos conocimientos y elaborarlos.
«Hay siempre un problema, un desafío mayúsculo, y es el marco ideológico sobre el cual hay que trabajar: hay que desmontar la ideología patriarcal y evitar reproducirla hacia la organización del grupo. Hay también mucho desaprendizaje que hacer», sostuvo.