Por Dixie Edith
Enseñar a las mujeres a identificar y enfrentar la violencia de género es imprescindible a la hora de desarrollar labores de prevención frente al VIH/sida.
A golpe de silencios lo aprendió Damaris Rondón, ama de casa de 37 años, residente en Yara, municipio de la provincia de Granma, a unos 750 kilómetros al este de La Habana.
“Mi mejor amiga se infectó con el sida hace tres años, después de llevar más de 10 casada con el que era su novio desde la secundaria. Él tenía otra relación y no se protegía. Me asusté mucho y le dije a mi esposo que teníamos que usar condón. Estuvo más de un mes sin hablarme ni venir a dormir a la casa”, confesó a SEMlac.
“Hoy vivo en un temor permanente porque, aunque él me dice que no tiene otras parejas, yo no estoy segura y no nos estamos protegiendo”, se lamentó. La realidad de esta granmense no es aislada y se convirtió en argumento poderoso para quienes trabajan en la prevención del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en ese territorio del oriente cubano.
“Para prevenir el VIH/sida entre las mujeres, primero hay que hablarles de crecimiento personal, de autoestima, de violencia… Solo con información no se promueve un cambio de comportamiento”, precisó a SEMlac Yenys Milanés Céspedes, coordinadora de la línea de prevención del VIH/sida dirigida a las mujeres en la provincia de Granma.
La línea que coordina Milanés es una de las cinco más importantes en la provincia y está dirigida a mujeres entre 15 y 49 años. Todo el trabajo de más de un centenar de promotoras que la integran parte de dotarlas de herramientas para que puedan elevar su autoestima y prevenir el virus. Pero antes hay que enseñarlas a identificar y enfrentar la violencia.
“La violencia atraviesa a ambos géneros, a hombres y mujeres, a partir de la construcción de un imaginario social muy anclado en el machismo. Para prevenir el VIH/sida hay que trabajar todos los temas que hacen vulnerables a las personas. El de la violencia es imprescindible. Si no empezamos por ahí, no podemos hablar de negociación del condón o de prácticas de sexo seguro”, reflexionó a SEMlac la psicóloga América Santoya Arévalo.
Con una maestría en Ciencias, esta experta, coordinadora del área de docencia, investigación y proyectos del equipo en la provincia Granma, confirmó que en su territorio muchas mujeres, profesionales o amas de casa, están marcadas por maltratos de todo tipo y a menudo los transmiten a sus hijos.
“Hemos constatado, fundamentalmente, la existencia de violencia psicológica y afectiva. Las mujeres son víctimas de humillaciones, de subvaloración, de negación de sus derechos. También hay casos de agresiones físicas, pero la que más abunda es la otra y deja muchas huellas”, sostuvo.
A juicio de Santoya, muchas, sobre todo amas de casa, a veces ni siquiera se percatan de que están siendo víctimas de violencia.
“Desconocen que no tienen que tener relaciones sexuales con sus maridos si no lo desean, por ejemplo. Apenas se les abre un espacio pequeño de crecimiento personal, comienzan a hacer catarsis sobre temas que están en el centro de la violencia de género. Lo que viven cotidianamente es muy fuerte”, concluyó.
Octubre de 2009