Crecen reacciones por caso de escritor acusado de maltratar a su ex esposa

De la redacción / semcuba@ceniai.inf.cu / Foto: SEMlac

Una denuncia a la que se siguen sumando voces, a través de mensajes y firmas de adhesión que circulan por correo electrónico, ha puesto su centro de atención en la condena al maltrato a las mujeres y la necesidad de una ley sobre la violencia de género en Cuba.
Las reacciones aparecen en mujeres y hombres de diversas profesiones frente algunas posturas de apoyo al escritor cubano Ángel Santiesteban, quien ha sido acusado, juzgado y sentenciado por los tribunales por haber maltratado a su exesposa.
La génesis de esa reacción pública tuvo lugar el pasado 8 de marzo, en la capital cubana, donde se dio a conocer el llamamiento «8 de marzo: tod@s contra la violencia», durante la última sesión de los talleres de la VI Bienal de Dramaturgia femenina «La escritura de las diferencias».
El espacio de la bienal fue coyuntural «porque estábamos participando en ella, pero no es una declaración de la bienal, ni de ninguna institución cubana, sino una acción ciudadana coherente con nuestro reclamo de una cultura de paz y sin violencia para nuestro país», aclararon las autoras del llamado, mediante correo electrónico, el domingo 10 de marzo.

La convocatoria, que ya sumaba más de 130 firmas en la mañana de este lunes 11 de marzo, advierte y denuncia que, tras haber sido juzgado y condenado el maltratador, «enseguida han comenzado a circular notas de apoyo al escritor y de cuestionamiento a la sentencia del tribunal que lo juzgó» y agrega que «en casi todas se acusa a la víctima de loca, o de magnificar una leve ‘riña doméstica'».
Varios escritores e intelectuales, dentro y fuera de Cuba, alegan motivos políticos para la encarcelación de Santiesteban, por disentir del gobierno cubano, y apoyan, por su parte, con una campaña internacional de recogida de firmas su liberación o la realización de un nuevo juicio.
Leído por la periodista Helen Hernández Hormilla, la escritora Laidi Fernández de Juan y la crítica literaria Zaida Capote Cruz, el documento emitido en La Habana lleva también las firmas de la bloguera Sandra Álvarez, la escritora Marilyn Bobes, la intelectual Luisa Campuzano, la investigadora y profesora de arte Danae Diéguez y la periodista Lirians Gordillo Piña.
En el documento, que reproducen varios blogs, las firmantes expresan su desacuerdo con la carta «Lamentaciones y esperanzas por un nuevo escritor encarcelado», escrita y circulada en Internet por el escritor Rafael Alcides y que reproducen al pie de su llamado.
En su misiva pública a Santiesteban, Alcides achaca los motivos de su caso «por una simple riña con tu ex mujer y madre de tu hijo. O sea, nada nuevo en el mundo. Una de tantas disputas entre parejas que dejaron de serlo, magnificadas por las mismas pasiones que a ellos los dejaran al garete».
Al final le asegura: «saldrás bajo un régimen de prisión domiciliaria a purgar esa riña familiar, con una pena acorde a lo que dentro de unos años, después de todo, será folklore en el barrio, chiste incluso de tu ex esposa: ‘El susto que le hice pasar'».
«Nosotras reaccionamos inmediatamente a la carta de Alcides, que siendo de otro escritor es tan misógina. No nos interesa demonizar a nadie, sino llamar las cosas por su nombre», precisó a SEMlac Diéguez, una de las autoras del llamamiento.
Precisó que el interés que las mueve es «hacer visible que en Cuba no hay una ley de violencia de género y se impone que las mujeres tengan a dónde acudir, pues tampoco hay personal ni una red especializada y sistemática para atender a las mujeres agredidas. Nos importan la mujeres cubanas víctimas de violencia», sostuvo.
«Nadie puede juzgar estos hechos sin conocer la profundidad de los daños causados por Santiesteban a su exesposa y a su hijo, y nadie debería acusar a la víctima de estar inventando un caso para que alguien sea condenado por ocultas razones políticas», denuncia el llamamiento suscrito en La Habana.
Otra de las personas que ha sumado su firma es la psicóloga Livia Quintana Llanio, quien además asegura: «conocí el sufrimiento de esta mujer y las repercusiones que tuvo esta situación en su vida. No es justo minimizar las implicaciones de los actos de violencia contra las mujeres».
«Jamás podré estar de acuerdo, una simple riña familiar no es aquella que termina en una perforación timpánica y daños permanentes de la audición, ni en un rostro lleno de morados, ni en una mujer escondida y agachada detrás de un asiento en el hospital Fajardo esperando por amigos que la ayudaran por miedo a que él la viera y se la llevara nuevamente», comentó Leticia Pérez González, estudiante de 5to año de psicología y cercana a la víctima.
En su testimonio, Pérez detalla que los hechos se produjeron dos años después de la separación de la pareja, en casa de la víctima, a la cual Santiesteban entró sin consentimiento de ella utilizando artimañas para engañar a otras personas y acceder al inmueble cuando ella no estaba, planificarlo todo con tiempo y esperarla a escondidas, amarrarla y golpearla.
«No es injusta la pena, realmente lo injusto ha sido las consecuencias que para ella y su hijo ha tenido esta violencia, que no se limita solo a daños físicos, sino también psicológicos, y con los que tendrán que lidiar por el resto de sus vidas. Pienso que ella escogió el camino correcto de poner en manos de la justicia un hecho como este, su valentía fue infinita y por eso la admiro», suscribe en su mensaje.
Tan pronto el llamamiento comenzó a circular por la web y los correos electrónicos, un considerable grupo de personas se han unido con firmas y comentarios a través del correo cubacontralaviolencia@gmail.com, habilitado para esos fines.
Entre las rúbricas aparecen las de los intelectuales cubanos Adelaida de Juan y Roberto Fernández Rretamar, director de la Casa de las Américas; la compositora Marta Valdés, el sociólogo y escritor Aurelio Alonso, la cineasta Rebeca Chávez y el músico Amaury Pérez Vidal.
«Muy triste la carta de Rafael Alcides, triste que un intelectual abuse de una mujer y triste que otro intelectual lo defienda, alevosa, lacrimógenamente», declaró Cary Cruz, guionista de la televisión cubana.
En tanto, el escritor y traductor Rodolfo Alpízar Castillo aclara que «no conozco a este escritor, no he leído su obra, no sé si es disidente o progobiernista; solo sé que me siento rebajado en mi condición de hombre (varón, ser humano), cuando veo que alguien procede con ese salvajismo. Y cuando veo que, por el hecho de ser un ‘intelectual’ se levantan voces para defenderlo, esgrimiendo el pretexto que sea, me avergüenzo de mi condición de intelectual»
El llamado «Tod@as contra la violencia» subraya que los actos abusivos contra la mujer tienen su origen, «precisamente, en ese gesto tan usual de imaginarla carente de juicio, de independencia, o de opinión propia, y quienes esgrimen esas tesis están reproduciendo la agresión; como aquellos que culpan a la víctima de una violación de haber provocado a su agresor».
Igualmente llama a las instituciones y organizaciones cubanas a pronunciarse sobre este caso en particular, además de hacer permanentemente visible una campaña pública sobre el tema, divulgar las leyes que previenen o penalizan la violencia y los debates que han tenido lugar en espacios académicos y con motivo de campañas específicas.
«Combatir la violencia contra la mujer solo puede lograrse si nos unimos tod@s contra la desigualdad que la inspira y reconocemos el derecho de las mujeres violentadas a defenderse de su agresor y a denunciar la agresión, aunque se trate de un genio artístico o científico, un general victorioso, un deportista de élite o un obrero de vanguardia», asegura el texto.
Las autoras rechazan, además, la manipulación política que se ha hecho del caso, con su consecuente naturalización de la violencia contra la mujer, así como la repetida agresión a la víctima, al exponerla sin consideración alguna.
«Seguiremos trabajando por ampliar los espacios de discusión del tema y por contribuir a la eliminación de la violencia contra la mujer y por motivos de género en nuestra sociedad, sin responder a agresiones ni cuestionamientos espurios», concluyen las autoras del llamamiento en una nueva declaración, emitida el domingo 10 de marzo.

 

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