Caminar en los zapatos de la mujer violentada

Por Raquel Sierra / raquels@enet.cu

Aprender a ponerse en el lugar de la mujer violentada, tenderle la mano para que pueda salir de ese traumático círculo y no juzgarla puede ayudar a entender mejor el proceso de la violencia de género. Así  lo propuso un taller con la metodología Caminar en sus Zapatos, realizado en La Habana dentro de la jornada nacional por la no violencia.
Esta experiencia, que reunió a mujeres de 13 Talleres de Transformación Integral del Barrio (ITTB) que trabajan el tema de la violencia en la capital cubana, emplea la metodología interactiva que genera la reflexión a partir de los testimonios e historias de ocho mujeres maltratadas por sus parejas.
Los TTIB funcionan en 20 barrios de nueve municipios de la capital cubana, con diferentes grados de vulnerabilidad, para promover la transformación física, social y ambiental de las comunidades, con el concurso de sus habitantes.
“El objetivo es sensibilizar a mujeres que aparentemente no han sufrido violencia y trabajan con personas víctimas de este problema”, explicó a SEMlac Daymí Rodríguez López, del no gubernamental Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR), organizador del encuentro y que trabaja capacitando actores de la comunidad para contribuir a la solución de  este problema social.
De acuerdo con Magela Romero, de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, la convocatoria era abierta, pero dirigida fundamentalmente a mujeres que atienden la violencia en los talleres de transformación, instituciones cercanas a la prevención.
Durante el trabajo en dúos, una de las mujeres representa a una de las víctimas —Inés, Carolina, Juliette, Santos Lucía, Beatriz, María José, Lucero y Milagros—; la otra funge como su sombra, en silencio. Guiadas por tarjetas, van recorriendo sus historias que las llevan a grupos de apoyo, médicos, actores de la religión, juzgado, la policía, un centro comunitario y hasta la funeraria, representados simbólicamente en el salón.
“Ellas van viviendo las situaciones de estas víctimas, se colocan vendas donde más le duele cada golpe, algunas se adentran mucho en los personajes y los describen en primera persona. Eso las acerca a esas vivencias y también a las mujeres maltratadas que atienden a diario en sus barrios”, señala a SEMlac Mayté Díaz Álvarez, también de OAR.
Caminar en sus zapatos es una experiencia fuerte. Los maltratos de los maridos van desde la negación del dinero, la prohibición de trabajar y la persecución hasta el maltrato físico, incluso delante de los hijos. En no pocos casos, ellas no tienen a donde ir y cuando se deciden, encuentran rechazo, incomprensión y hasta consejos de que aguanten “por el bien de la familia y los hijos”.
Estas situaciones despertaron en las asistentes las más disímiles reacciones y comentarios en el debate final de la sesión.
“La sociedad no está preparada para dar solución a estas situaciones, es un reto preparar tanto a quienes atienden a las mujeres como a los que les corresponde hacerlo institucionalmente. Y también, formar a las generaciones que vendrán para no repetir estos patrones”, destacó a SEMlac Bárbara Batle, del taller de Párraga, una comunidad con fuerte trabajo en el tema.
Mercedes Abreu, del TTIB Pogolotti, se adentró tanto en el personaje de Santos Lucía que habló en primera persona: “Era novia de José desde los 14 años. Con el tiempo, él se fue volviendo violento. Fui a pedir ayuda y todavía tenía la cicatriz del primer golpe. No podía seguir así”, dijo en los debates del taller.
Las mujeres de las historias tienen entre 16 y 40 años, son blancas, negras e indígenas; doctoras, amas de casa y estudiantes. Esa diversidad generó otra reflexión: “la violencia no mira razas, nivel de escolaridad ni edad. Le puede tocar a cualquiera”, dijo Caridad Tocabens, de TTIB Atarés, sede del encuentro.
Vivian Álavez, de Buena Vista, estima que “durante años hemos aprendido sobre violencia, pero esta vez ha sido desde los sentimientos y así debemos trabajar porque lo que no toca el corazón, no deja su huella”.
Varias voces coincidieron en una propuesta, ya aceptada por OAR y la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana: llevar esta metodología a los TTIB para que otras mujeres puedan practicarla y elevar sus conocimientos, lo que les permitirá mirar a las víctimas de maltrato con otros ojos, más comprensivos.
Romero, en tanto considera que el taller cumplió su objetivo, pues ayudó a entender más cómo se vive la violencia y abrió nuevos horizontes para acciones de capacitación en las comunidades, las instituciones y en sus vidas.
La violencia contra la mujer es todo acto violento basado que tenga o pueda dar como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, así como las amenazas de estos actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como la privada.
Caminar en sus Zapatos es una metodología de la Washington Coalition Against Domestic Violence, con una versión elaborada para América Latina. Es empleada en República Dominicana por la asociación Armonía.

Noviembre de 2011

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