De la Redacción
El tío le puso un cuchillo en el cuello a Yaremis para forzarla a tener sexo. Ella no logró resistirse. La única presencia en la casa, mientras ocurría la violación, era su niño menor de un año.
Al llegar el padre de la joven, no advirtió su turbación y se limitó a reprenderla por el desorden circundante. No obstante, al primer descuido de los hombres, ella logró salir fuera y con la ayuda de un vecino contactó a la policía. Hoy el agresor cumple condena en la cárcel y ella está convencida de que su historia puede ayudar a denunciar la violencia sexual contra las mujeres.
Su voz va narrando estos hechos en el primer corto documental de la serie “La corrosión de la memoria”, que estrenó la realizadora cubana Ayleé Ibáñez durante el evento “Calladita no estás más bonita”, celebrado el viernes 21 de diciembre en el céntrico cine Riviera, de la capital cubana.
La actividad, coordinada por la artista de la plástica Paulina Márquez, con apoyo del Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR), clausuró la jornada cubana por la no violencia hacia la mujer que, desde inicios de noviembre, celebraron en la isla varias instituciones estatales y de la sociedad civil.
El audiovisual profundiza en una arista de la violencia contra las mujeres, tema desarrollado por la realizadora desde el audiovisual Palimpsesto (2010), donde reproduce el testimonio de una mujer que asesinó a su esposo como reacción a las múltiples agresiones recibidas por ella durante años.
Ibáñez desarrolla la serie con el apoyo de OAR y la asesoría académica de especialistas como Magela Romero y Norma Vasallo. Ese trabajo constará de otros capítulos para trabajar distintas modalidades de violencia dentro de la pareja.
En vez de la protagonista, la puesta en escena presenta a la realizadora asumiendo distintos roles cotidianos con los cuales se refuerza la carga dramática de la narración en off.
“Hago una apropiación de esas historias, como si fuera a mí a la que le hubiese pasado, para mostrar que cualquier mujer puede ser víctima de violencia”, confesó a SEMlac.
La creadora reconoce la influencia positiva de la academia en la toma de conciencia que ha asumido en estos trabajos, sobre un tema al que llegó de manera intuitiva y que le ha permitido identificar de manera más certera las distintas manifestaciones de violencia de género.
Sobre la efectividad del arte para hacer visible este tipo de maltrato y enfrentarlo dio muestra también la exposición homónima del evento, que se inauguró ese día en el portal y el lobby del cine Riviera, en la calle 23, una céntrica avenida habanera.
Las artistas de la plástica Aimée García, Lisandra I. García, Adriana Arrontes, Alicia de la Campa, Dayana Trigo, Dania González,Arianna M. Moreno,Yotsy Velásquez, Alejandra Oliva, Ketty Díaz, Paulina Márquez, Lilian T. Durán, Yilian M. Rojas y Nury Bacallao pintaron 14 lienzos gigantes para representar los efectos de la violencia psicológica, a la que estuvo dedicada la Jornada.
Márquez, quien dio origen al proyecto, explicó a SEMlac la pretensión de lograr obras de impacto público, pues lo que se busca es llamar la atención de los transeúntes al colgar estas telas en espacios urbanos.
La exposición se montó por primera vez en Holguín, el 24 de noviembre, junto a la actuación del grupo Codanza, y luego en Santiago de Cuba el primero de diciembre, con la actuación de Alegro Teatro y el dúo de rap Las positivas.
Cuestiones como la cosificación del cuerpo, la presión de los imperativos de la imagen, el desempeño de roles múltiples, la sobrecarga resultante de la expansión de la mujer al terreno profesional, metáforas sobre la espiritualidad, alegorías sobre la fertilidad, la autorrepresión, entre otros aspectos de la violencia psicológica, alcanzan la mirada de las pintoras en esta muestra, señaló Onedys Calvo, asesora curatorial.
“En Calladita… las artistas se ofrecen como vías para saltar en un grito a veces ahogado, desgarrado y otras veces solapado; pero en todo visceral, por emitirse desde las propias entrañas de la mujer, inquietudes que por comunes asumimos como naturales, que por recelo no somos capaces de reconocer y que por vergüenza preferimos callar”, sostuvo la especialista en las palabras de presentación.
Durante la jornada sesionó un panel teórico sobre la violencia simbólica y psicológica, con la presencia de la socióloga Magela Romero, la profesora de género y cine Danae C. Diéguez, la periodista Helen Hernández Hormilla y la psicóloga Sandra Álvarez. Además, la historiadora Daisy Rubiera comentó sobre su libro Desafío al Silencio (2010), en el cual se incluyen diversos testimonios de mujeres violentadas que logran romper con los mitos de la violencia de género.