Por Dalia Acosta
La necesidad de visibilizar la violencia contra la mujer en Cuba fue planteada con fuerza el día 25 de este mes por los más diversos actores de la sociedad civil cubana que asistieron a un taller para la elaboración de una agenda nacional de la No Violencia.
«Existe la creencia de que porque no tenemos tantos casos en Cuba como en Estados Unidos o México, entonces no es un problema. No podemos esperar a que se manifieste de esa manera para visibilizarla», aseguró Iliana Artiles, especialista del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX)
Por contradictorio que parezca, el alto nivel educacional alcanzado por la mayoría de las mujeres cubanas tiende a minimizar el problema, a hacerlo más invisible, aseguró Artiles durante el encuentro convocado por el CENESEX y la Red Cubana de Género y Salud Colectiva.
«Sensibilizar en el tema de la violencia a los sectores de la cultura y de la comunicación social», es el primer punto de la agenda elaborada por tres grupos de trabajo que se reunirán nuevamente en enero del 2004 para darle seguimiento a las diferentes acciones. Para ello se necesitará, además, trabajar en la colocación de la violencia contra la mujer entre las prioridades de la política informativa del país, de forma tal que pueda encontrar un espacio sistemático en los medios de comunicación, tanto prensa escrita como radio y televisión.
La propuesta incluye también la capacitación de los recursos humanos de la salud, la educación, la policía y la fiscalía, la organización de una red de información sobre el tema, y la preparación de mujeres de diferentes comunidades en temas vinculados a la promoción de la No Violencia.
En la esfera de la investigación, se pretende iniciar una búsqueda activa de violencia en las mujeres de edad mediana que solicitan atención en la consulta de climaterio y menopausia del hospital ginecobstétrico Ramón González Coro, en la capital de la isla.
También se trabajará para lograr la inclusión del tema en los programas de estudios de las universidades médicas, en los de postgrado, y en los tiempos electivos de las diferentes Facultades de Ciencias Médicas. (MAMI, se entenderá esto de tiempos electivos?…le puedes preguntar a Virginia qué es?)
«Conocer el problema y ubicarlo en su justa dimensión es el principal paso para su transformación», afirmó Artiles.
En una breve exposición sobre la situación en el mundo y en Cuba, la especialista del CENESEX destacó que se siguen buscando las causas de la violencia contra la mujer en factores de riesgo como el alcohol y las drogas, sin visualizar el tema de género.
Mientras se eduque a las niñas y a los niños en la diferencia, se seguirá perpetuando la violencia como una forma de ejercer y mantener el poder de unos sobre las otras y se perpetuará además la violencia psicológica que casi nadie ve.
Las mujeres, en tanto, «siguen mirando la violencia desde una cultura sexista», añadió la especialista.
Las cubanas víctimas de violencia temen romper la relación con el maltratador, sienten culpa por la aparición de la situación violenta, piensan en la relación de los hijos con el victimario, dicen que no saben «qué hacer» y, en muchos casos, no están concientes de vivir relaciones de violencia.
Muchas alegan dependencia económica aun cuando perciben salarios, se exigen al extremo en las labores domésticas tratando así de evitar los actos violentos y temen a la sanción moral de la comunidad y de la familia. Cuando piden consejos, casi siempre se les recomienda mantener el vínculo violento.
El taller estuvo abierto a quienes «reconocen la violencia como un problema de salud, social y de derechos se sienten en el compromiso de aportar ideas a la construcción de una agenda de acciones para minimizar las secuelas de la violencia en cualquiera de los espacios en que ocurra, así como promover acciones por la no violencia».
La Habana, noviembre de 2002.-