El VII Encuentro Lésbico Feminista de Latinoamérica y el Caribe (ELFLAC), celebrado del 7 al 11 de febrero en Santiago de Chile, «sacó del letargo el lesbianismo feminista que percibíamos en la región y lo colocó dentro de un proyecto político autónomo y rebelde, contextualizado en la realidad latinoamericana y caribeña atravesada por altos niveles de pobreza y de racismo, de conflictos armados y represión militar, lo cual hace trascender la visión de que el lesbianismo es sólo una práctica sexual diversa», afirma la activista dominicana Ochy Curiel. Bajo el lema «Pensando autonomías desde una rebeldía cómplice», el 7º Encuentro Lésbico-Feminista fue una expresión de construcción política que varios colectivos y lesbianas sueltas hemos venido impulsando desde posiciones autónomas. «Las compañeras chilenas han sido, sin duda, las que más han podido articular esta propuesta en Chile, desde varios colectivos de forma articulada y continua», explica Curiel. Ahora, el desafío principal es dar continuidad al compromiso de impulsar un proyecto político que sea capaz de entender y comprender las realidades sociales, políticas, económicas y culturales en las que estamos inmersas, explica Ochy, atravesadas por un neoliberalismo patriarcal racista y heterosexista y sobre todo entender que para impulsarlo tenemos teoría, colectivos, movimientos, creatividad, energía y complicidades, desde nuestras diversas prácticas políticas (CIMAC).
2007-02-23