Aunque son poco divulgadas por los medios cubanos de comunicación masiva, las historias de trata de personas dentro y fuera de la isla revelan una compleja problemática social.
«Creo que es muy importante aumentar la percepción de riesgo de la población, pues todavía se ve la trata de personas como un fenómeno que no nos atañe», alerta la experta Isabel Moya Richard a SEMlac.
La especialista en género y comunicación intervino durante el panel «Diferentes miradas sobre la trata de personas en el contexto actual», organizado por la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el estudio de la Sexualidad (Socumes), el pasado 29 de enero en la capital.
Cientistas sociales destacaron en el encuentro la necesidad de investigar, debatir y socializar análisis sobre la trata y el tráfico de personas, un flagelo internacional que ha sido tema tabú en la isla del Caribe.
Para Moya Richard, los cambios en la política migratoria, el crecimiento del trabajo por cuenta propia y la apertura a la contratación en el extranjero de profesionales, deportistas y artistas conforman un nuevo escenario que expone mucho más al país al crimen organizado internacional y la trata de personas.
De boca en boca suelen darse a conocer relatos sobre mujeres que hoy emigran con la promesa de un contrato de trabajo o futuro matrimonio y, una vez en el lugar de destino, son forzadas a prostituirse, vivir en condiciones de semi esclavitud o son víctimas del tráfico de órganos.
Pero poco se sabe del impacto de la trata en el territorio nacional. Durante el encuentro científico, la sexóloga Beatriz Díaz Torres, presidenta del ejecutivo de la Socumes, compartió la historia de un joven procedente del oriente del país que llegó a La Habana con conocidos y luego de varias semanas fue obligado a prostituirse.
Despejando la ecuación desde las leyes
El profesor en Derecho Penal Arnel Medina Cuenca señala la complejidad de la trata por su vínculo con la delincuencia organizada y la frecuente equivocación de confundirla con el tráfico ilegal de personas.
«Aunque están relacionados y el tráfico ilegal puede terminar en trata de personas, en el primero las personas dan su consentimiento para trasladarse al país receptor; pero en la trata, las víctimas son forzadas, extorsionadas, violentadas», dijo Medina Cuenca a SEMlac.
El Informe de Cuba sobre el enfrentamiento jurídico-penal a la trata de personas y otros delitos relacionados con la explotación o con el abuso sexual (2014), publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) en septiembre de 2015, es el principal documento de consulta sobre la materia en la isla.
En el texto se explicitan las principales acciones, herramientas jurídicas y resultados de la política de Tolerancia Cero ante cualquier modalidad de trata de personas y otros delitos relacionados con la explotación, o con el abuso sexual» que implementa el gobierno socialista.
«La trata no se relaciona solamente con los delitos de violencia sexual, sino que tiene que ver también con el trabajo forzado, la esclavitud o el tráfico de órganos. Aunque en el caso particular de Cuba le hemos dado más peso a la violencia sexual», explica Moya.
El documento oficial expone que «la legislación cubana tipifica como trata de personas la promoción, organización o incitación a la entrada o salida del país de personas con la finalidad de que ejerzan la prostitución o cualquier otra forma de comercio carnal».
El proxenetismo, la corrupción de menores, la venta y el tráfico de menores son los principales delitos tipificados el Código Penal, en el caso de trata de personas.
También se aplican sanciones por otros delitos sexuales relacionados con la trata, como la violación, la pederastia con violencia, abusos lascivos y el ultraje sexual; el estupro y otros actos contrarios al normal desarrollo del menor.
Además del enfrentamiento legal, el informe recalca las acciones sociales y educativas que emprende el gobierno para la prevención de la trata, con el apoyo de organizaciones no gubernamentales.
El abogado Arnel Medina se suma al llamado a reforzar la prevención social y considera importante hacer visibles otras formas de trata de personas, como el trabajo infantil.
«Aunque se puede decir que no es un problema en nuestro contexto, tenemos que estar alertas frente al trabajo infantil por el avance de formas de trabajo no estatal. Existe una tradición de que muchos hijos ‘ayuden’ en los negocios de sus padres, familiares e incluso otras personas que no son familia», alerta el académico.
Múltiples retos en nuevos escenarios
Cuba es reconocida por sus políticas públicas y resultados sociales. Según especialistas, la fuerte institucionalización de la nación y la existencia de organizaciones sociales y comunitarias constituyen una fortaleza para enfrentar la trata de personas.
No obstante, la reunión científica de la Socumes propició el debate sobre la pertinencia de ampliar los enfoques sobre la trata.
«Entre las principales debilidades que debemos atender están las dificultades económicas que hacen a las personas buscar estas alternativas. Además de la poca divulgación de los casos que han ocurrido», comenta Medina a SEMlac.
Alberto Roque y Teresa Fernández son activistas a favor de los derechos de las personas LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queers); ambos alertaron sobre los enfoques patriarcales y binarios respecto a la prostitución.
«Aunque en Cuba no se penaliza la prostitución, existe una diferencia en el tratamiento que reciben las prostitutas y la permisibilidad social hacia los hombres que se prostituyen», advirtió Roque durante el debate.
Por su parte, Fernández destacó que la exclusión social expone a muchas mujeres transgénero a la trata de personas y las condena, en su mayoría, a la prostitución como forma de sobrevivir.
Según el historiador Julio César González Pagés, si revisitamos la historia nacional podremos constatar la pervivencia de enfoques patriarcales sobre la prostitución y la trata de personas, invisibilizándose también la prostitución masculina.
«Existe la voluntad de debatir, pero hay miedo de hacerlo de forma pública», reflexionó el investigador, quien dio a conocer en 2013 «Pingueros en La Habana», un estudio de caso con jóvenes que se prostituyen en la capital.
Hasta el momento, los datos públicos más recientes sobre la prevalencia de la trata de personas los aporta el informe del Minrex.
El documento indica que, aun cuando no fueron juzgados casos por trata de carácter transnacional en 2014, se celebraron 122 causas por el delito de proxenetismo y trata de personas, 21 por corrupción de menores, nueve por proxenetismo y cuatro de corrupción de menores con rasgos típicos de trata de personas.
RECUADRO:
La Convención de Palermo o Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional fue aprobada por el Sistema de Naciones Unidas en 2000 y es el principal instrumento internacional para enfrentar la trata de personas, el contrabando de migrantes y el tráfico de armas.
La convención incluye el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, en el cual se define la trata de personas como «la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficiosa para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación».