Trabajadoras sexuales exigen respeto

En conmemoración del Día Internacional de la Trabajadora Sexual, el Sindicato Ángela Lina, de Chile, convocó por primera vez a una marcha para promocionar los derechos humanos, sociales y laborales de las chilenas que ejercen el comercio sexual. En medio de una fría tarde invernal, las mujeres marcharon el sábado 2 de junio por el Paseo Ahumada, la calle más transitada de la capital chilena, rumbo al frontis de la Catedral de Santiago, donde entregaron una declaración y divulgaron información para evitar las enfermedades de transmisión sexual. La presidenta del sindicato, Marcia Poblete, declaró a SEMlac que, por un lado, cargan con un estigma y, por el otro, no existen para la sociedad porque no pueden acceder a las garantías que tienen el resto de las y los trabajadores. Es decir, no cuentan con previsión social ni contratos de trabajo, con lo cual quedan en una situación de vulnerabilidad. Marcia representa a 15.700 mujeres en todo Chile y explica que el mandato que ha recibido es poner las demandas de las trabajadoras sexuales en la agenda pública. El comercio sexual no está penalizado en el país, pero sí están prohibidos los prostíbulos. Muchos funcionan de manera clandestina y otros se esconden tras la figura de «casas de masajes». En diciembre de 2006, un grupo de parlamentarios de la coalición de gobierno, con el apoyo del sindicato de trabajadoras sexuales, presentó modificaciones a los artículos del Código Penal que, en la práctica, persiguen el comercio sexual (SEMlac).

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