De la redacción / semcuba@ceniai.inf.cu
No pocas reflexiones y alguna polémica ha empezado a suscitar en el público cubano la historia de una mujer lesbiana que, junto a otros personajes, protagoniza un programa estelar que, tres veces a la semana, se difunde por un canal nacional a todo el país. “Bajo el mismo sol”, serie que transmite actualmente el espacio de la telenovela cubana, profundiza en los conflictos de varias mujeres, entre ellas Lissette, una joven lesbiana que lucha por rescatar su vida luego de cumplir prisión.“Casa de cristal”, primera temporada de la serie, se acerca al tema carcelario y la reinserción social desde la perspectiva de varias mujeres, tratamiento que por primera vez aparece en una producción destinada al espacio de la telenovela.
Sin embargo, su condición de expresidiaria le genera a Lissette menos barreras en la búsqueda de aceptación que su orientación homosexual.
Fredy Domínguez, guionista de la serie, se adentra de manera inteligente en uno de los temas más tabú de la televisión y sociedad cubanas: el lesbianismo. Apoyado en la excelente actuación de la joven actriz Daylenys Fuentes, quien debuta a sus 25 años en la pequeña pantalla, la historia de Lissette resulta creíble, humana y orgánica.
Desde ya comienza a llamar la atención de la población la puesta en escena, directa y desprejuiciada, de los estereotipos, prejuicios y discriminaciones que sufren muchas mujeres lesbianas.
Como muchas otras en la vida real, Lissette debe enfrentar el rechazo del padre y la consecuente división familiar; ofensas y estigmas que disminuyen su condición de ser humano; la búsqueda del amor y la estabilidad de una pareja; así como los prejuicios relacionados con el cuidado de niñas y niños.
Frases como “esa invertida” o la sentencia de Lissette a su padre –quien ha hecho de todo porque se vaya de la casa–: “pueden perdonar a una hija que metió la pata dos veces y calló presa, pero no que escoja otra manera de ser feliz”, van ilustrando el drama personal de la joven.
La diversidad sexual constituyó un tema vedado durante muchos años en la producción audiovisual cubana. Fue a partir del año 2000, con la telenovela “La otra Cara de la Luna”, también escrita por Fredy Domínguez, que el tema emergió en las pantallas de la isla.
Sin embargo, los primeros en aparecer en pantalla fueron los hombres homosexuales, ya que muchas de estas producciones se acercaban a sus realidades, sobre todo a partir de las campañas de prevención del VIH-sida, cuya mayor prevalencia, en el caso cubano, recae en los hombres que tienen sexo con otros hombres.
Las lesbianas quedaron relegadas durante años como sujetos de representación, lo que pudiera tener que ver con los fuertes prejuicios y la doble discriminación que estas sufren como mujeres y como lesbianas.
“Como vivimos en una sociedad machista, el hombre, aunque sea gay, va a tener más posibilidades, porque él se siente y es hombre. Fíjate que, en Cuba, abordar el tema de la homosexualidad femenina ha sido mucho más difícil, aunque también creo que se ha tenido más cuidado”, comentó en reciente entrevista con SEMlac Tania Tocoronte, fundadora de Fénix, grupo de mujeres lesbianas de la provincia de Cienfuegos, al centro de la isla.
El tema en cuestión ha tenido otros precedentes en las pantallas televisivas cubanas. El más reciente fue el año pasado, cuando la telenovela “Aquí estamos” presentó por primera vez una relación entre dos mujeres como parte de las historias principales.
Pero el tratamiento no fue feliz y su resultado fue objeto de numerosas críticas, en particular de muchas lesbianas, luego de que en la mayor parte de la trama se presentara al personaje en una relación lésbica para luego, en el desenlace, diera comienzo a una relación heterosexual.
La representación de la bisexualidad, según expertos mucho más estigmatizada aún en la sociedad cubana, fue tomada por muchas mujeres lesbianas como un prejuicio que en nada contribuía a la aceptación de la homosexualidad femenina.
Ahora “Bajo el mismo sol” promete rupturas respecto a las tres telenovelas anteriores que habían presentado personajes y conflictos lésbicos, y también anuncia polémica y debate en diversos círculos sociales, respecto a muchos otros temas.
La trama de la telenovela no solo profundiza en la realidad lésbica, apostando por la aceptación y comprensión de esta orientación sexual, sino que propone un muestreo bastante amplio de conflictos a los cuales pueden enfrentarse diversas mujeres.
Si bien las historias se enmarcan en la capital habanera, aparecen obreras, universitarias, trabajadoras por cuenta propia, amas de casa, todas de las más diversas edades, físicos y representaciones raciales.
La serie completa aborda tres argumentos, en su totalidad vistos desde el ángulo femenino; en el primero se presentan la cárcel y la reintegración social como temas principales; la segunda temporada se acerca a la soledad, aún cuando se tiene compañía, y el tercero problematiza sobre el abandono de los hijos.
Julio de 2011