El Tribunal Constitucional (TC) declaró inconstitucionales las Normas Nacionales de Regulación de la Fertilidad, puestas en marcha en septiembre de 2006 por el Ministerio de Salud, y las dejó sin efecto, con el argumento de que están firmadas por la ministra de Salud, Soledad Barría, y no por la presidenta Michelle Bachelet. Es un problema de forma, subraya, mientras la Iglesia Católica ya se encargó de atacar el fondo. Según una declaración de la Conferencia Episcopal, las normas atentan contra la vida por su enfoque de género y porque promueven la anticoncepción de emergencia, al recomendar el uso de Levonorgestrel, conocido también como «píldora del día después», aun cuando se le atribuye «un posible efecto abortivo». El vocero del gobierno, Ricardo Lagos Weber, dijo el 13 de enero, día que el TC informó su decisión, que Bachelet convertiría las Normas Nacionales de Regulación de la Fertilidad en decreto supremo. Así subsanará el problema de forma y llevará adelante una política de salud que busca, entre otros objetivos, reducir en 45 por ciento los hijos/as de las madres menores de 19 años. Las normas de regulación de la fertilidad contemplan la entrega de la Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE) a las adolescentes mayores de 14 años, sin necesidad de consultar a sus padres. Esta medida intenta disminuir el embarazo adolescente ya que, a pesar de que la tasa de natalidad chilena pasó de 2,5 hijos por mujer en 1983 a 1,9 en 2003, éste no ha disminuido y, al contrario, ha aumentado su participación relativa en la fecundidad total (SEMlac).
2007-01-26