Sida en casa

Cuando se conoció el primer caso de VIH/sida en Chile, en 1984, la epidemia era sinónimo de hombre y homosexual. Hoy, las proyecciones del Ministerio de Salud hablan de 5,9 nuevas infecciones al día, con una tasa de contagio levemente mayor entre las mujeres. El sida no hace distinción de sexos y, aunque en Chile la relación es cinco hombres por cada mujer viviendo con el virus causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Humana, la brecha podría acortarse rápidamente si ellas no toman conciencia de su vulnerabilidad y no son dueñas de su sexualidad. Mientras la iglesia se afana en predicar la abstinencia y la pareja única, más del 40 por ciento de las chilenas portadoras de VIH/SIDA son dueñas de casa que se creían a salvo de esta epidemia, según lo revela el estudio «Puertas adentro: mujeres, vulnerabilidades y riesgo frente al VIH/SIDA», encargado por la Comisión Nacional de esa enfermedad. Teresa Valdés, coordinadora de dicha investigación, comentó que el principal factor de riesgo para las mujeres es la dependencia económica de sus parejas, acompañada de patrones culturales que las chilenas continúan reproduciendo, como estar pendientes de su familia y satisfacer los deseos del hombre, postergando su propio cuidado. Valdés comentó a SEMlac que, para los hombres entrevistados, la infidelidad estaba naturalizada y, más allá de la dimensión moral de ese hecho, esta conducta pone en riesgo a sus parejas estables, pues las mujeres se sienten seguras (SEMlac).

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