Promover la equidad de género y la transformación social son principios que unen a integrantes de la red ecuménica Fe por Cuba, en sus dos años de existencia formal.

“Si trabajas la participación y las relaciones de poder, no hay forma humana de no incluir el género como categoría. Por eso hemos trabajado fuertemente con la teología y la hermenéutica feminista” dijo a SEMlac Kirenia Criado, integrante de Fe por Cuba.

Formación y participación son ejes que mueven a esta joven organización civil, presente en todo el país y constituida en su mayoría por mujeres.

“La mayoritaria presencia de mujeres nos llevó a intencionar mucho más la presencia de los hombres en nuestros talleres, porque estos temas deben ser de interés de todos”, comenta la también coordinadora del Programa de Formación-Reflexión Socioteológica y Pastoral del Centro Memorial Martin Luther King, Junior (CMMLK).

Además de la existencia de espacios específicos, la teóloga apoya la utilización, como categorías transversales de los temas de género, la orientación sexual, el color de la piel, entre otros.

“Hay que desmontar el machismo y la cultura patriarcal que tenemos en la sociedad, familia e iglesia cubanas. Por eso queremos poner esa intención en la discusión, en todos los espacios posibles”, comenta Kirenia.

La idea de colaborar con la transformación de la realidad y la promoción de relaciones humanas justas y equitativas llevó a personas de varias congregaciones religiosas del país a unirse en una red que promueve la acción social desde los afectos.

El trabajo comunitario es el escenario principal de la red ecuménica Fe por Cuba, iniciativa que propone acompañar experiencias locales y promover el diálogo entre la iglesia, autoridades políticas y la sociedad civil.

“Comprendemos la iglesia como actor social. Hasta que la sociedad cubana no entienda que la iglesia es un espacio de transformación social, será un ente aparte”, opina Criado.

Talleres, encuentros regionales y boletines mantienen unida a esta comunidad, cuya base para el trabajo es la educación popular y la vocación ecuménica.

En su documento programático, la red expresa el deseo de una iglesia que “afirma el amor, la misericordia, el respeto a las diversidades, la justicia, equidad de género e integridad de la creación como valores del Reino”.

La teóloga cubana reconoce que aún hay resistencias frente a la teología feminista y alerta sobre la presencia de movimientos ultraconservadores al interior de algunas iglesias cubanas, en particular neopentecostales.

“Estas iglesias condenan el aborto y la diversidad sexual y cuestionan el liderazgo de las mujeres”, refiere Criado.

“El tema de las relaciones de género es uno de los más complejos porque tiene que ver con estructuras de poder y el androcentrismo está privilegiado al interior de la iglesia. También hay mujeres líderes en las congregaciones que reproducen modelos hegemónicos patriarcales”, reflexiona la teóloga.

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