La diversidad familiar, el matrimonio, la violencia intrafamiliar, la protección a la infancia y la tercera edad serán asuntos presentes en el proyecto de nuevo Código de Familias en Cuba.
Aún se sabe poco del documento que deberá presentarse al legislativo cubano en 2021 para su posterior debate popular y referéndum; sin embargo, reconocidos especialistas adelantaron algunos criterios al ser consultados recientemente por el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
Según las declaraciones de Leonardo Pérez Gallardo, presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia, este ha de ser un Código de Familias en plural, por su carácter “abierto, inclusivo, que recepcione los derechos, principios y valores enarbolados por la Carta Magna y deseche prejuicios y estereotipos”.
Por su parte, la profesora y académica cubana Ana María Álvarez-Tabío Albo, destacó en una entrevista al diario cubano que la inclusión también implicará su capacidad de comunicar y ser compresible para la población.
“Que sea preciso, entendible por sus destinatarios, inclusivo, que evite palabras que impliquen jerarquización, subordinación o discriminación, ajustado al texto constitucional y a los tratados internacionales de derechos humanos sobre estas materias ratificados por Cuba”, dijo la profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
En sus declaraciones, ambos especialistas utilizaron palabras como inclusión, no discriminación y frases que llaman a superar prejuicios.
No son casuales estas explicaciones: durante el debate constitucional de 2018 y ante la posibilidad del matrimonio igualitario en la nación del Caribe, en el escenario público y redes sociales emergieron acciones y criterios homofóbicos, pero también machistas.
Ahora el futuro código se conforma al amparo del artículo 42 de la nueva Constitución aprobada, el cual prohíbe todo tipo de discriminación por razón de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, color de la piel, discapacidad, etc.
La nueva normativa determinará quiénes podrán contraer matrimonio, la autoridad competente y requisitos para su formalización, así como los efectos jurídicos que tendrá.
“El Artículo 82 de la Carta Magna define el matrimonio, basado en el libre consentimiento y en la igualdad de derechos y obligaciones de sus integrantes; pero no menciona fin alguno. Ello es clave para entender que el matrimonio constitucional cubano no está sustentado en la heterosexualidad, unido al principio de no discriminación por ningún motivo que blande la Constitución”, dijo Pérez Gallardo a Granma.
Otras propuestas también pudieran hacer de este un Código actualizado y de avanzada. Por ejemplo, Ana María Álvarez-Tabío Albo dejó ver la posibilidad de que pudiera establecerse que “sean los progenitores quienes determinen, de común acuerdo, ante el funcionario del Registro del Estado Civil, el orden de los apellidos, el que una vez determinado se aplicaría para el resto de los hijos habidos de esa pareja. Mantener la preferencia del apellido paterno reproduce una costumbre impuesta por la cultura patriarcal”, sostuvo.
Cuba ha cambiado mucho en los 45 años que lleva vigente el actual Código de Familia. Juristas, especialistas e investigaciones sociales han sistematizado el alcance e impacto de problemáticas como la violencia intrafamiliar, el envejecimiento poblacional, los derechos de la infancia, el embarazo y matrimonio adolescentes, entre otras cuestiones. Darles respuesta en la ley es un llamado desde hace varios años. La actualización del Código de Familia ha esperado más de un quinquenio.
En sus declaraciones al diario de circulación nacional, Álvarez-Tabío Albo agregó: «tienen que perfeccionarse las instituciones de la responsabilidad parental; la guarda y cuidado, que podría concederse temporalmente a terceros o decidir su ejercicio compartido; así como la ampliación de las fórmulas y maneras de comunicación, que incluye a otros parientes distintos a los progenitores».
La revisión, actualización y despojo de “los componentes discriminantes, ya sea por edad, color de la piel y discapacidad, unido a la fortaleza que sigue brindando el factor biológico sobre el afectivo” en los procesos de adopción, fue otro de los temas referidos por la académica.
La jurista también insistió en la inclusión de mecanismos para la protección de personas de la tercera edad, aquellas que viven con alguna discapacidad y las personas cuidadoras.
Respecto a la violencia intrafamiliar, hizo referencia a la prevención y protección de las víctimas y agregó que deberá incluirse “la previsión de las consecuencias que generan los malos tratos sicológicos, físicos, sexuales, patrimoniales, económicos y que pasan, incluso, por el uso de las personas menores de edad como fuerza de trabajo en los negocios familiares”.
Anuncios de un debate…
En menos de 48 horas, los trabajos publicados por Granma alcanzaron más de 30 comentarios. El matrimonio aparece como centro de las disputas entre quienes reconocen el derecho de las personas homosexuales a contraer matrimonio y constituir una familia, y quienes se aferran a una concepción excluyente.
Ariel fue el primero en comentar: “El matrimonio igualitario es simplemente una muestra de que todos somos iguales. Doy mi voto a favor del matrimonio igualitario, y de una sociedad más inclusiva. Doy mi voto en contra de la discriminación, en contra de los prejuicios. Con el matrimonio igualitario no se destruirá la familia, sino que se fortalecerá más al ser más diversa. Voto a favor de la inclusión del matrimonio igualitario en el nuevo Código de Familia”, afirmó el usuario.
Su voz no es la única, otras personas reconocen el mandato constitucional de no discriminación, pero también pueden leerse comentarios que reproducen prejuicios homofóbicos, biologicistas y discriminatorios.
“Disculpe, no me considero una persona prejuiciosa, pero como muchas veces se ha dicho, la familia o el matrimonio entre heterosexuales (hombre y mujer) son la base de la sociedad, porque de allí vienen los hijos y son los responsables de formarlos junto a la escuela, como seres útiles para la sociedad. Sobre los que elijan otro tipo de unión, existen recursos legales para dejarles todos los bienes que la persona desee, no considero que eso constituya un problema. Respeto la elección de pareja de cualquier ciudadano, pero no significa que esté de acuerdo con lo que proponen”, comentó en la web el usuario Eduardo.
Ambos comentarios adelantan futuros debates que, al parecer, incluirán temas no revelados por las y los juristas en sus declaraciones al periódico cubano, entre ellos las dificultades que enfrentan las madres solteras, en un país con altos índices de divorcio y tendencia creciente a la jefatura de hogar femenina.
La usuaria Marianne Castillo agregó: “creo que uno de los puntos a tratar, dentro de la discusión del nuevo Código de las Familias, es el tema de las madres solteras, que sé que en la actualidad son muchísimas, o sea esas madres que tienen que criar a sus hijos solas, porque los padres no son responsables, o están ausentes, por cualquier motivo…”.