Por Sara Más / saramas_2000@yahoo.com
A dos años de cumplirse el plazo, en 2014, para el cumplimiento del Programa de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo, Egipto, en 1994, especialistas ratifican la vigencia de aquellos compromisos, a los que incorporan otros emergentes.
Conflictos de la población femenina en edad mediana, los roles productivos y reproductivos de las mujeres y otros relativos al territorio, la urbanización y las migraciones se avizoran como propuestas a tener en cuenta en el futuro inmediato en las agendas de población y desarrollo de países, regiones y a nivel internacional, señalaron en La Habana expertos en población y desarrollo.
Durante una mesa titulada «Cairo+20: pasado, presente y hacia dónde vamos», economistas, demógrafos e investigadores pasaron revista a lo hecho y precisaron desafíos en un taller celebrado los días 17 y 18 de julio en la capital cubana, a propósito del 40 aniversario del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana.
El Cairo y su programa implicaron una reorientación profunda de las visiones sobre población y sus vínculos con el desarrollo económico y social, al poner en su eje central al ser humano, señaló Antonio Aja, director del CEDEM.
Ante un escenario en el cual se identifican logros, pero también espacios donde no se avanza, Aja alertó sobre la ausencia aún en muchas de las agendas de países de actividades y tareas conducentes a la implementación del Programa de Acción. En 2014, un número significativo de países no va a cumplir con todos los objetivos del programa», indicó.
Entre las preocupaciones actuales de cara a Cairo+20, Juan Carlos Alfonso, de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), advirtió acerca de la necesidad de incorporar indicadores cuantitativos que permitan medir avances y metas pendientes, así como la real integración de los factores de población en las políticas y planes de desarrollo que se inscriben.
El contexto regional y mundial ha cambiado, dijo, y se empiezan a vivir procesos que ya en algunos países deparan, por ejemplo, un cambio en la estructura etaria, con el mayor porcentaje de jóvenes y personas adultas y la consiguiente dualidad de demandas, expuso como ejemplo.
Entre otros temas emergentes se refirió a las situaciones que vive la población femenina en edad mediana, un tema que entonces no fue motivo de análisis en El Cairo.
En la isla caribeña suman más de un millón las cubanas entre 40 y 45 años de edad, para las cuales no existen programas específicos de atención, aun cuando tienen demandas personales, sociales y de salud, están en pleno ejercicio laboral y llevan sobre sí la sobrecarga productiva y reproductiva, con el peso añadido del cuidado familiar, agregó.
Entre temas vigentes y emergentes, el especialista mencionó la profundización de la actual crisis económica, el avance del VIH-sida, la urbanización, las migraciones, la adaptación a los desastres naturales y el cambio climático, así como la necesidad de producir investigaciones, información estadística y formar expertos en demografía.
La mesa abordó igualmente los resultados de la reunión del Comité Especial de la CEPAL para Población y Desarrollo, celebrada del 4 al 6 de julio en Quito, Ecuador, que «demostró, más que una visión demográfica de estos asuntos, la importancia política que se les otorga en la agenda regional de desarrollo», consideró Norma Goicochea, de la Dirección de Asuntos Multilaterales del Ministerio cubano de Relaciones Exteriores.
Lo que aún es un tema pendiente para otras, es una conquista hace años para las habitantes de la isla, señaló Mayda Álvarez, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas, al referirse al derecho a decidir sobre su propio cuerpo que las cubanas disfrutan desde hace décadas, lo cual supone no solo la autonomía física, sino personal, para decidir sobre el número de hijos y el momento de tenerlos.
Sin embargo, ellas viven nuevos desafíos a partir de las dificultades que puedan derivarse para la población femenina de las actuales transformaciones económicas que ocurre en el país, al ser mujeres la mayoría de las personas empleadas en puestos de trabajo que tienden a reducirse.
Por otra parte, empieza a reproducirse la presencia femenina en labores tradicionales en el trabajo por cuenta propia. Todo ello supone una mayor presencia de mujeres en el sector no estatal y en labores informales, como amenaza a su autonomía económica.
Otros retos, según Álvarez, tienen que ver con el área de salud sexual y reproductiva, en particular las elevadas tasas de aborto y la maternidad temprana, particularmente en las provincias orientales.
Latinoamérica y Caribe sigue siendo «la región más desigual del mundo», donde se aprecian avances, limitaciones y desafíos en todos los campos referidos a la población y el desarrollo, reiteró José Calvo, consultor del Fondo de Población y Desarrollo (UNFPA).
En lo que respecta a la salud sexual y reproductiva, insistió en la necesidad de avanzar en la jurisprudencia, las regulaciones y sobre todo en la implementación de lo acordado, así como en la atención a la situación de adolescentes y jóvenes. Igualmente señaló que persisten brechas entre la demanda y la oferta de métodos anticonceptivos, se evidencian avances poco claros en mortalidad materna y sigue siendo insuficiente la información.
Calvo señala que entre los retos para alcanzar los Objetivos de El Cairo y los del Milenio hacia 2014 y más se incluyen la falta de fondos suficientes para conseguirlos y la necesidad de establecer nuevos acuerdos, metas y medidas. A la vez, plantea la necesidad de que los gobiernos mantengan y aumenten los presupuestos destinados a población y desarrollo de manera integral.