Periodistas deportivas se abren espacio en un mundo de hombres

Por Helen Hernández Hormilla / hormilla@gmail.com

El rostro del periodismo deportivo en Cuba va perdiendo, poco a poco, su hegemonía masculina. Si bien esta ha sido una de las áreas tradicionalmente ocupadas por hombres, varias jóvenes periodistas han decido apostar por la crónica deportiva haciendo frente a añejos prejuicios de género. Lo alcanzado por pioneras en este campo como Julia Osendi en la televisión y Ana María Luján e Irene Forbes en la prensa impresa, se acompaña hoy de la labor de las reporteras Daily Sánchez, del sistema informativo de la televisión cubana; Glenda Torres, del Canal Habana; Mayli Estévez, del periódico Vanguardia de Villa Clara; Yisel Filiú, de Tele Turquino; Darilys Reyes Sánchez, del semanario Cinco de Septiembre en Cienfuegos; y Elsa Ramos, encargada de la página deportiva en el periódico Escambray, de Sancti Spíritus, entre otras.
Sin embargo, ellas no dejan de enfrentarse a estereotipos y subvaloraciones sobre su capacidad para dedicarse al deporte, uno de los espacios simbólicos fundamentales de la masculinidad hegemónica. La resistencia y escepticismo de colegas, directivos, familiares y hasta de los propios entrevistados, ha sido una constante para desarrollar su trabajo, reconocen algunas.
Narra Darilys Reyes, de 25 años, cuenta que durante su etapa de estudiante en la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu muchos consideraban un capricho su interés por el deporte y existía cierto recelo a que, una vez graduada, pudiera continuar.
“Esto no ocupó sólo a los colegas, sino a los propios entrevistados, quienes en más de una ocasión mostraron sus reservas al saberse interrogados por una mujer sobre temas, supuestamente, reservados a los hombres”, asegura a SEMlac.
Le ha tocado entonces esforzarse el doble e imponer respeto, a la vez que “demostrar conocimientos sobre la materia en cuestión, para convencer de esa forma a quienes constituían, o constituyen, las principales fuentes de información sobre el quehacer atlético”, confirma la cienfueguera.
Algo parecido ocurrió a Irene Forbes, ex deportista y jubilada como reportera de Juventud Rebelde, quien en una ponencia del año 2002 relataba que, muchas veces, para no quedar fuera de la cobertura de ciertos eventos, debió compartir habitación con algunos de sus compañeros, sobreponiéndose a incomodidades y timideces.
En el texto titulado El periodismo deportivo, más que un oficio, un reto, la periodista asegura que su talento ha sido varias veces puesto en duda “pues hasta para una foto de recuerdo se ha dicho: ¡eh! vengan los periodistas: fulano, mengano, sutanejo. Y yo, como si fuera invisible”, afirma.
La necesidad de especialización continúa siendo primordial para que las mujeres alcancen legitimidad dentro del medio, y así lo demuestra la experiencia de quienes desarrollan este trabajo.
Osendi, por ejemplo, debió esperar cuatro años para salir en cámara y fue luego de demostrar su capacidad con creces, que le dieron protagonismo en el estudio. Sin embargo, no fue tan difícil para Sánchez Lemus, graduada en 2006 en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, presentarse en el Noticiero Nacional Deportivo, el matutino Buenos Días o TV Noticias, al mediodía.
La joven capitalina confirma que “ciertas personas menosprecian el periodismo deportivo y lo catalogan como algo ‘menor’, o ven ‘feo’ a una mujer hablando de esos temas; pero, en realidad, en estos últimos tiempos son más las muchachas que se acercan a él”.
Por su parte, Reyes asevera que, con el tiempo, se va ganando un nombre propio, al menos en el marco provincial. “Cuesta llegar a ese punto, pero la repercusión de los trabajos, el estilo, el divorcio de añejos arquetipos, a veces hasta la sola presencia en los escenarios indicados, contribuyen a la formación de una identidad dentro del periodismo deportivo local”.
En su opinión, todo es cuestión de constancia y preparación. “Es difícil llegar a lugares donde reinan los ‘consagrados’. Necesitas demostrar que se puede ser algo más que una cara bonita o buena presencia”, sostiene.

La narración, una asignatura pendiente
Aunque como reporteras existe cierto espacio ganado, la narración deportiva en radio y televisión en Cuba continúa siendo exclusiva de los varones. Julia Osendi, quien desde los años ochenta integra la redacción de deportes de la televisión nacional, nunca ha podido llegar a ese espacio pese a sus múltiples intentos.
En su entrevista recogida en el volumen En primera persona (Cenesex y SEMlac, 2010) refiere que, pese a haber sido su sueño, “mis compañeros narradores, que tanto se habían impresionado conmigo, no me dejaron ni me han dejado nunca narrar”.
Daily Sánchez, seguidora de los pasos de Osendi, considera que, con tantos referentes masculinos, resulta complejo encontrar un estilo que agrade al televidente. Sin embargo, reconoce que “en cuanto a la capacidad o al conocimiento ya no hay barreras. Todos tenemos acceso a la misma información, y si una se prepara, no tiene nada de inferior”.
Para la corresponsal del semanario Cinco de Septiembre, “no se trata de ir a contracorriente, sino de que la mujer que lo asuma lo haga sin margen a los cuestionamientos. Por supuesto que romperá con los cánones establecidos hasta el momento e incluso los aficionados cuestionarán el cambio. Pero si la calidad se impone, poco a poco se despejarán las reservas en torno al tema”.
Ofrecer mayores oportunidades a las mujeres y valorar más esta área de especialización son opciones que pudieran contribuir a vencer los prejuicios de género en el periodismo deportivo. “Es cierto que no hay una intención institucional de sumar mujeres a esta rama, pero tampoco de cerrarnos el paso”, considera Daily Sánchez.
Ella no abandona la esperanza de ganar la oportunidad de narrar en vivo un juego de pelota. “El asunto está en preparase para cuando llegue el momento aprovecharlo bien, ‘pedir la bola’ y demostrar que sí podemos”, asevera.

Agosto de 2011

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