En coincidencia con las celebraciones por el Día Mundial de la Población, el pasado 11 de julio, Cuba anunció medidas encaminadas a enfrentar el impacto del acelerado proceso de envejecimiento que atraviesa el país.
El ministro de Economía, José Luis Rodríguez, resumió la actividad científica, auspiciada por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en saludo al Día Mundial de la Población, y anunció que, en estos momentos, se ejecuta en la isla un programa de reparación y ampliación de las capacidades en los círculos infantiles (guarderías).
La medida apunta a recuperar niveles de fecundidad y ritmos de crecimiento poblacional más favorables. Las mujeres cubanas no garantizan la tasa de reemplazo (al menos una hija que las sustituya en el rol reproductivo) desde 1878.
El también vicepresidente del Consejo de Ministros informó que, para el curso escolar que comienza el próximo septiembre, esas instalaciones de educación preescolar dispondrán de unas 9.300 capacidades adicionales, las cuales seguirán creciendo de manera progresiva durante los próximos años.
Hoy el 53 por ciento de las madres cubanas tienen vínculo laboral y el desafío es lograr una recuperación de los niveles de fecundidad, sin que las mujeres renuncien a la reinserción laboral y social alcanzada, precisó Rodríguez.
El tema del envejecimiento poblacional también fue ampliamente tratado durante el último período ordinario de sesiones del Parlamento, que coincidió con el Día Mundial de la Población.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Alfredo Morales Cartaza, presentó una propuesta de modificaciones a la actual legislación de seguridad social, que incluye el incremento progresivo, en cinco años, de la edad de jubilación.
Actualmente, las cubanas se jubilan a los 55 años y los hombres a los 60, con 25 años de servicios en los dos casos. La nueva propuesta eleva esos valores a 60 años de edad para ellas y 65 para ellos, con 30 años de servicios en ambos casos.
El incremento se realizaría poco a poco, durante siete años, desde 2009 hasta 2015, con el objetivo de afectar lo menos posible a los trabajadores próximos a las edades actuales de jubilación.
En 1980 arribaron a la edad laboral en el país 238.547 jóvenes, mientras el año pasado esa cifra descendió a 166.321.
Según proyecciones del centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE), de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en 2020 la cuenta habrá descendido a 129.135.
De acuerdo con la actual ley de seguridad social, en ese mismo año podrían jubilarse 131.767 personas. De mantenerse esa legislación, vigente desde 1980, en 2020 serán menos los cubanos que arriben a la edad laboral que los que alcancen la jubilación.
Las modificaciones propuestas a la ley proponen, a la par, “nuevos beneficios como la modificación del cálculo de las pensiones, que propicia que la cuantía de la pensión tenga mayor correspondencia con el aporte, el salario y la permanencia laboral de aquellos trabajadores que se jubilen después de cumplir con la edad de 60 años o más las mujeres, y 65 años o más los hombres, y 30 años de servicios”, informó Morales Cartaza.
Además, el proyecto incorpora, entre otros beneficios, que podrá percibirse más de una pensión de seguridad social, lo cual beneficia a menores huérfanos de ambos padres y a las viudas pensionadas. En el caso de los hombres viudos se otorga el nuevo derecho de optar por la pensión que le sea más favorable. Actualmente este beneficio es solo para las viudas.