Mirar y repensar a mujeres y hombres desde la religión

Por Raquel Sierra / raquels@enet.cu
Por sus implicaciones y repercusión en lo individual y lo colectivo, repensar los temas de género y la diversidad en el ámbito religioso es considerado como una necesidad por estudiosos, religiosos de diferentes denominaciones y sociólogos.
«Sentimos que hay una ausencia en Cuba de estudios de género desde la religión», destacó el pastor bautista Luis Carlos Marrero Chascar, el 24 de octubre, en el Foro Permanente del Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR).
Para Gabriel Coderch, coordinador de OAR, «el debate sobre género y otros temas es crucial para una convivencia integral y la salvaguarda de los derechos individuales», dijo. «En Cuba, que es un país donde prima una religiosidad bastante difusa, la representación de la sexualidad está íntimamente ligada a preceptos morales religiosos en la religiosidad popular, no existen patrones rígidos e incluso la homosexualidad no es condenada», caracterizó Coderch.
No obstante, reconoció que los mensajes doctrinales basados en textos bíblicos dan cuenta de actitudes muy conservadoras y sexistas y destacó la existencia de movimientos religiosos fundamentalistas donde la mujer es llamada, más que a dar placer, a la reproducción.
Asimismo, apuntó, «en muchas iglesias es un tema que la gente vive con inhibiciones, sentimientos de culpabilidad. En este tipo de tradición, una interpretación bíblica de textos permite un rechazo implícito y explícito hacia la homosexualidad», sostuvo.
Para la pastora Daylins Rufíns, coordinadora de la Red Bíblica Cubana, el tema de género está muy atravesado por la sexualidad «porque somos un cuerpo y cuerpos en relación, formados por tradiciones, sobre todo religiosas, que marcaron la posición de occidente, y por un tipo de interpretación de la Biblia sobre la concepción del cuerpo».
En el foro, que se celebra mensualmente, el pastor italiano Alexandro Exposito, de la Iglesia Valdense, de Sicilia, disertó sobre el papel de la iglesia en el tema de la diversidad sexual.
«Más allá de los discursos, lo que se nos debería pedir a nosotros, como miembros de iglesias, a pastoras y pastores, es celebrar la bendición de parejas homoafectivas, porque es una responsabilidad eclesial, porque es una manera de decir claramente que para nosotros y nosotras Dios no juzga el amor, lo bendice, sin importar el tipo de amor», destacó.
A su juicio, «el derecho civil es una batalla muy importante, y debe hacerse desde la posición de ciudadana o ciudadano».
En el debate sobre género y religión, Mareelén Díaz Tenorio, psicóloga e investigadora, expresó su deseo de ver en el panel a una mujer hablando sobre sexualidad desde la religión, género y respeto a la diversidad sexual y también abogando sobre estos temas desde el ámbito religioso.
Detrás de la ausencia de voces femeninas dialogando sobre estos temas desde la religión, podría estarse repitiendo la discriminación y subordinación de las mujeres en estos debates y reclamos acerca de la diversidad sexual, indicó.
La psicóloga se refirió a la historia de la posición de las mujeres desde la fe y se preguntó en qué lugar han estado, desde cuál liderazgo, cuáles voces ocultas o no para esos reclamos y esas conductas, y cuánta violencia psicológica existe en esa realidad.
Carmen Nora Hernández, colaboradora del Centro Memorial Martin Luther King, consideró que existe «muchísima hipocresía no solo en la iglesia sino entre las personas que trabajan el género como un tema y no como una condición humana», y llamó a abordar el tópico desde la condición de género y la experiencia que tiene como persona, independientemente de sexo y orientación sexual.
Más allá de la sexualidad, la socióloga Ana Celia Pérez, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), abogó por acciones para lograr una aceptación de las personas homoafectivas y que se convierta en una lucha contra toda discriminación, que tenga que ver con las mujeres más allá del cristianismo, pues late en la religión de origen africano, donde también son los hombres quienes tienen la preponderancia, argumentó.

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