En la temporada ciclónica, que se extiende de junio a noviembre, Cuba suele ser azotada por tormentas tropicales que pueden convertirse en huracanes. Para salvar vidas se producen diversas acciones de prevención de riesgo; sin embargo, no se piensa en las necesidades particulares de mujeres, niños y personas de la tercera edad.
Ante otros fenómenos naturales como inundaciones costeras o intensas lluvias, las medidas que adopta la Defensa Civil, entre ellas las evacuaciones, no incluyen la perspectiva de género.
Ante esta realidad, en la provincia de Granma, 733 kilómetros al este de La Habana, el profesor José de Arriba Concepción, asesor de la Defensa Civil en el territorio, propone una iniciativa de capacitación de género y medio ambiente, dirigida a decisiones de diferentes niveles, que mira más profundamente el asunto.
A juicio de Trinidad Sierra Zambrano, promotora de esta iniciativa, “cuando se elaboran las medidas ante riesgos, nunca se piensa en particular en la mujer, quien generalmente va al frente de la familia hacia los centros de evacuación”.
“Siempre se trabaja para garantizar el alojamiento con condiciones mínimas, la alimentación y el agua de beber, pero no se ve como prioridad, por ejemplo, las almohadillas sanitarias”, comenta a SEMlac la especialista en tema de género y desarrollo.
En su opinión, como generalmente las regulaciones las confeccionan comisiones integradas por hombres, no se piensa en que si no tienen el agua adecuada para la higiene personal, “prácticamente las estamos condenando a que adquieran algún parásito vaginal”.
Incluso, destaca, debe valorarse si los lugares que se emplean en las evacuaciones reúnen las condiciones para niños y niñas y personas de la tercera edad y las facilidades para las mujeres, quienes generalmente responden por su cuidado.
La iniciativa persigue un proceso para profundizar en el conocimiento de las autoridades, de sus recursos y potencialidades y de los problemas a resolver de desigualdad de derechos, riesgo y medio-ambiente.
“A nivel municipal y de base se realiza un proceso análogo de conocimiento del territorio y de definición de las prioridades”, agrega Trinidad, quien destaca que, ya aplicada en la cabecera provincial de este territorio oriental, la capacitación puede extenderse a otras zonas del país, teniendo en cuenta sus características.
La iniciativa, además, promueve un nuevo tipo de trabajo, que permita dar una mirada profunda al sistema de gobierno, y favorecer una participación activa de los actores locales y sociales en acercarse al cumplimiento de los objetivos del milenio.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que deben estar cumplidos para 2015, incluyen, entre otros, erradicar la pobreza extrema y el hambre y lograr la educación primaria universal, promover la equidad de género y aumentar el poder de decisión de la mujer y garantizar la sostenibilidad ambiental.
“Es preciso sensibilizar a los políticos en el asunto y llevar a la comprensión de estas singularidades hasta ahora desconocidas”, sostiene Trinidad.
El proyecto de capacitación señala que como todos los Objetivos del Milenio están estrechamente vinculados “sólo puede ser alcanzados trabajando de una manera intersectorial, haciendo operar conjuntamente a los técnicos y los grupos sociales interesados y evitando los proyectos rígidamente sectorizados o reservados a una sola categoría de personas”.
La iniciativa apuesta por planes y proyectos para la reducción de la vulnerabilidad frente a los desastres naturales con perspectiva de género y la difusión de la cultura del desarrollo humano con enfoque de género y mitigación de riesgos.
Como parte de la propuesta, se organizan seminarios y cursos de formación para mejorar las capacidades de los actores públicos, asociativos y privados en las actividades de planificación y gestión participativa en las diferentes instituciones de la sociedad cubana actual.
