Mujeres de Paz en el Mundo, una muestra que incluye fotografías y biografías de mujeres que trabajan por la paz en más de 150 países, estuvo expuesta durante la primera quincena de este octubre en la Cátedra Humboldt de la Universidad de La Habana.
El proyecto, nacido de una idea de la parlamentaria suiza Ruth Gaby Vermot, recoge imágenes o biografías de mil mujeres que trabajan por la paz, y que en 2005 fueron nominadas colectivamente al Premio Nobel de la Paz, cien años después de que la primera mujer, Bertha von Suttner, recibiera ese galardón.
La documentalista cubana Lizette Vila figuró entre esas mil candidatas, junto a otras 212 mujeres de 27 naciones de esta parte del mundo. Para Vila, fundadora y directora del Proyecto Palomas, fue “muy lindo haber sido nominada”.
“Me pareció importante para reubicarme, porque soy pacifista ahora, después de haber sufrido mucho. Cuando me di cuenta de que era feminista, me dio mucho gusto y he conocido a muchas mujeres de esas mil que nos hemos llamado mujeres de paz”, aseguró entonces a la prensa local.
Paralelamente a la muestra fotográfica se imprimió el libro 1000 PeaceWomen Across the Globe, con perfiles de las mil mujeres de paz escritos por centenares de periodistas.
Según las organizadoras del proyecto, este representa “una guía de referencia clara para ONGs, organizaciones de ayuda, redes por la paz, organizaciones de mujeres e instituciones oficiales” en su lucha cotidiana contra la guerra.
“La paz no es solo la ausencia de guerra, sino una condición de la vida; es seguridad, es un medio ambiente limpio, es nutrición, son derechos humanos respetados, en particular los de mujeres y niños”, dijo a la prensa local la voluntaria suiza Eva Gillis, quien trajo la exposición a La Habana.
Según las impulsoras de este proyecto, que se inició en 2003, las mil mujeres que pasaron en fotos por La Habana “se entregan diariamente a la causa de la paz y de la justicia, a menudo en las circunstancias más difíciles (…) Ponen en marcha protestas silenciosas en espacios públicos y buscan solución a todas las formas de agresión. Trabajan principalmente en sus propias aldeas y regiones, pero muchas mujeres forman parte también de institutos y universidades. Algunas son miembros de sus gobiernos o actúan en la escena internacional.»
En octubre de 2005 se concedió, finalmente, el Premio Nobel de la Paz a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y su director general, Mohamed El Baradei.
Aunque felicitaron al galardonado, las iniciadoras del proyecto «1000 Mujeres para el Premio Nobel de la Paz 2005″ se sintieron desilusionadas, pues “teníamos una gran esperanza de que las mil mujeres fueran honradas todas juntas por su incansable y valiente trabajo de paz,» dijo entonces la iniciadora y política suiza Ruth-Gaby Vermot Mangold.
“Pero también estamos muy orgullosas porque, en menos de tres años, logramos hacer visible el importante trabajo de las mujeres de paz”, agregó.