En América Latina y el Caribe la proporción de mujeres graduadas de las llamadas carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas no alcanza el 40 por ciento en la mayoría de los países, según datos publicados en febrero de 2023 por la Comisión Económica para la región (Cepal).
De acuerdo con el informe de este organismo La igualdad de género y la autonomía de las mujeres y las niñas en la era digital: aportes de la educación y la transformación digital en América Latina y el Caribe, en las áreas estrictamente de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones (Tic) la participación femenina es aún menor: solo 13 por ciento en Chile, 15 por ciento en Brasil o 18 por ciento en Uruguay, por solo citar algunos ejemplos.
En otros países esa proporción es mayor. Perú alcanza el 50 por ciento, Panamá llega al 44; Ecuador, al 37 y Cuba, al 33 por ciento. Según Cepal, “el sesgo de autoselección” es la razón principal por la cual las niñas no optan por una educación de esta naturaleza.
Las ideas estereotipadas acerca de los roles de género, en particular la representación de que las carreras en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas son cosa de hombres, incide directamente en la decisión de muchas muchachas de ni siquiera pensar en ellas como una posibilidad profesional, refiere el informe.
¿Qué está detrás de esas decisiones aparentemente personales? ¿Puede ser este un fenómeno reversible? ¿Qué se necesita para generar un cambio?
Son interrogantes que abordamos en este nuevo episodio de La Nota a través de la experiencia de varias jóvenes científicas e investigadoras cubanas.
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