Por Helen Hernández Hormilla / hormilla@gmail.com
La construcción de políticas públicas en favor del respeto a la libre orientación sexual e identidad de género debe tener en cuenta la interrelación entre todas las desigualdades, significaron especialistas en un panel convocado por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) el pasado 8 de mayo como parte de la V Jornada contra la Homofobia.
«Las inequidades suelen estar conectadas de manera recursiva y una cultura que discrimina a determinados grupos suele ser proclive a excluir otros», apuntó la socióloga Mayra Espina durante una disertación compartida con el sociólogo británico Jeffrey Weeks y la directora del Cenesex, Mariela Castro Espín, en el Colegio San Jerónimo de la Habana Vieja, en la capital cubana.
La exclusión por motivos de género, raza, clase social, posición geográfica, entre otras determinantes sociales, marcha de la mano con la homofobia, pues está sustentada en una cultura homogenizadora para la cual todo lo que sale de sus estándares es considerado anormal, inferior y subdesarrollado.Reivindicar los derechos de estos grupos discriminados ha sido el propósito de movimientos sociales que, especialmente a partir del impulso del feminismo en la pasada década del sesenta, comenzaron a imponer sus agendas en las políticas sociales.
Para Weeks, el paso de las minorías sexuales de los libros de texto de sexología a las páginas de la historia significó un cambio profundo y un gran reto para las sociedades del presente, pues enfrentaron diferentes sectores y formas de poder que trabajan unidos para mantener las desigualdades.
A partir de las demandas de estos grupos se han promovido políticas públicas dirigidas a frenar la homofobia institucional en varios países, pero en Cuba aún faltan por concretarse.
«Los temas de la diversidad sexual, colocados tradicionalmente en el área de la vida privada, deben trascender y alcanzar a la política social, pues son cuestiones que no se pueden resolver solo de manera individual», opinó Espina.
Según la investigadora, en el contexto de diversidades emergentes y de profundización de las desigualdades por los cambios operados en Cuba durante los últimos años, resulta propicio desarrollar acciones que favorezcan a grupos en desventaja como la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT).
Entre las propuestas de posibles políticas dirigidas a estas poblaciones, apuntadas por Espina a SEMlac, se encuentran el reconocimiento de derechos específicos que amparen la dignidad humana de personas LGBT y legitimen identidades diversas y, en otro nivel, la garantía del acceso a bienes específicos como servicios de salud especializados.
La estudiosa mencionó principios básicos para la actuación en políticas sociales de equidad como la no discriminación, las implicaciones éticas del ejercicio de las diversidades para no dañar la integridad del otro, la necesidad de acciones diferenciales que tengan en cuenta los disímiles puntos de partida de los y las beneficiarias, la no interiorización, la garantía de derechos y la necesidad de promover una ciudadanía activa.
Pero los prejuicios homofóbicos se convierten en límites para el alcance de estos propósitos, por lo que se requiere movilizar con más fuerza la opinión pública en función del reconocimiento a la diversidad sexual, también en el campo de las personas encargadas de tomar decisiones.
Castro explicó, por su parte, la importancia concedida al debate público por el Cenesex, que busca potenciar la presencia de estos temas y la socialización de resultados científicos en los medios de comunicación masiva y entre las instancias políticas del país.
Desde la celebración, hace cinco años, de las Jornadas de Lucha contra la Homofobia a nivel nacional, la institución ha contribuido al posicionamiento de la diversidad sexual en algunos espacios de la prensa cubana y a la visibilidad legítima de las personas no heterosexuales.
Además, promueve la creación de grupos LGBT en función de su empoderamiento y coordina una estrategia nacional de educación sexual por el respeto a la diversidad y la equidad de género.
Su directora apuntó la intención de conectar las demandas por los derechos de la comunidad LGBT cubana con otras cuestiones como la lucha contra el racismo y la violencia hacia las mujeres.
A criterio de Espina, el Cenesex resulta modélico en Cuba en cuanto a la construcción de una ciudadanía capaz de desarrollar acciones en entornos colectivos, mantener relación con las instituciones y convertirse en agentes de influencia política. No obstante, el tema requiere todavía la solidaridad de la sociedad cubana en su conjunto para alcanzar reconocimiento y apoyo, refirió.
«Vivir con la diversidad sexual es un desafío a la tradición, a moralidades pasadas, a formas fijas de vida», sentenció por su parte Jeffrey Weeks. El prestigioso activista gay internacional recibió un reconocimiento especial de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana por sus aportes al estudio de las sexualidades.