La Habana, diciembre, (SEMlac).– Fortalecer la cinematografía realizada por mujeres cubanas, visibilizar miradas que han sido silenciadas y exponer narrativas que aboguen por un mundo y un país más inclusivo, menos machista y patriarcal, son apuestas de La Burbuja Lab, un Laboratorio de Creación Cinematográfica para Mujeres de Centroamérica y el Caribe.
Rosa María Rodríguez Pupo, cineasta cubana y productora ejecutiva de la productora de cine independiente GatoRosafilms, busca fortalecer e incentivar el pensamiento colectivo a través del cine.
Para la también creadora y directora de La Burbuja Lab, esto es fundamental para establecer redes con las comunidades y crear conciencia en nuestras minorías sobre temas urgentes en cuestiones de género y derechos humanos, en Cuba y Latinoamérica.
La convocatoria para proyectos se abrió el 25 de noviembre y se extiende hasta el 25 de diciembre de 2023. Se recibirán solicitudes de mujeres de Cuba y la región cuyas historias reflejen una perspectiva femenina, a menudo ausente en la gran pantalla en estos países. Los proyectos serán evaluados en función de su estado, calidad y capacidad para abordar la realidad desde una mirada femenina, explicó Rodríguez Pupo.
Esta iniciativa, impulsada por GatoRosafilms en colaboración con Cocuyo Media Lab y otros aliados nacionales e internacionales, tiene como objetivo fomentar el crecimiento del cine cubano y de la región realizado por mujeres. Además, cuenta con el apoyo de FSPI cine de la embajada de Francia en Cuba.
El cine está en deuda con las mujeres
La Burbuja Lab surge como respuesta a la deuda que el cine de Centroamérica y el Caribe tiene con las narrativas femeninas, dijo a SEMlac Rodríguez Pupo.
“En Cuba, la presencia de mujeres directoras en el género de ficción es mínima, con menos de 15 largometrajes a lo largo de la historia y prácticamente ninguna participación en el ámbito de la animación. Aunque algunas directoras han encontrado más oportunidades en el documental, los hombres continúan dominando la cinematografía nacional en términos de cantidad de títulos”, ejemplificó la cineasta.
Agregó que, en la televisión, algunas directoras han tenido más posibilidades de realizar telefilmes, pero, aun así, los hombres las superan en autoría. “En 2022, por primera vez una directora logró filmar su segundo largometraje de ficción y recientemente otra directora está filmando su segunda ficción después de años de espera”, refirió.
Fueron esos obstáculos la principal motivación para emprender este camino. “La génesis de este proyecto también surgió de mi deseo de filmar mi ópera prima. Durante esta etapa de desarrollo me di cuenta de lo complejo que es para una mujer realizar sus películas, especialmente viniendo de una sociedad machista y con censura en la política cultural”, explicó.
Dijo que en Cuba no existe apoyo para las cineastas en términos de asistencia a laboratorios y mercados, ni fondos que incentiven el cine realizado por mujeres. “Además, obtener una visa para eventos internacionales es extremadamente complicado debido a nuestras limitaciones de conexión y al bloqueo de plataformas de reuniones”, refirió.
En cuanto al proyecto, Rodríguez Pupo explicó que se trata de un espacio inclusivo para cineastas y artistas cubanas y de la región, sin importar su ubicación, raza, pensamiento político, religión o preferencias sexuales.
“Durante siete días intensivos, las creadoras estarán inmersas en su proceso creativo, recibiendo asesorías en dirección, producción y guion, así como participando en clases magistrales y encuentros con redes de mujeres para fortalecer el pensamiento colectivo desde y para las mujeres”, explicó.
“Queremos deconstruir la idea de que las mujeres solo podemos hablar de ciertos temas en nuestro cine. Ese concepto machista y discriminatorio debe ser derribado. ¿Acaso no está lleno el cine de películas realizadas por hombres que hablan de nosotras, de nuestras vidas y experiencias? Es hora de que tengamos la oportunidad de contar nuestras propias historias y de mostrar la diversidad de nuestras voces y perspectivas”, sostuvo.
Abrir puertas
En opinión de la creadora, “tenemos que idear nuevas formas de producir nuestro cine. “Si se nos han cerrado tantas puertas a lo largo de la historia del cine en la región, no podemos esperar que eso cambie de la noche a la mañana. Nos quieren calladas. Por eso, debemos pensar en nuevos modelos de producción, en cómo darnos a conocer y distribuir nuestras películas”, dijo.
Explicó que buscan fomentar la creación cinematográfica de mujeres en Cuba, Centroamérica y el Caribe, brindando un espacio seguro y de apoyo para que ellas puedan desarrollar sus proyectos. Además, se proponen establecer alianzas con otros laboratorios y mercados internacionales para promover la distribución y visibilidad de las películas realizadas por mujeres en la región.
“Esta primera edición será en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños debido a su infraestructura, que nos permite crear una ‘residencia burbuja, pero la idea es que sea itinerante, moviéndonos dentro y fuera del país según los presupuestos que logremos. Somos un equipo pequeño que aplica a fondos debido a nuestra condición de productores y productoras independientes”, señaló Rodríguez Pupo.
La cineasta precisó que, incluso, aquellos proyectos que no sean seleccionados para la residencia tendrán un espacio en la red de La Burbuja_Lab, donde se compartirán información y convocatorias, además de vínculos con emprendimientos, movimientos feministas y derechos humanos.
Como una de sus iniciativas más importantes mencionó la creación de una biblioteca de películas y proyectos aún por realizar. Queremos que, a través del cine, la sociedad conozca los grandes desafíos y problemas que enfrentamos.
“No tenemos restricciones. Todas las historias son válidas”, afirmó.
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