Jóvenes se articulan por la equidad social

Viven en espacios distantes de la geografía cubana, con experiencias y expectativas muy diversas, pero tienen un propósito común: contribuir a la equidad social. Quienes convergen en la Articulación Juvenil son muchachas y muchachos que encuentran en esa plataforma un espacio de socialización y activismo en favor de la justicia social, el respeto a la diversidad, los derechos humanos y la prevención de la violencia de género, en particular hacia mujeres y niñas.

Les acompaña el Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR), organización no gubernamental cubana que promueve la equidad social y la prevención de la violencia, entre otros objetivos.
Con una frase muy breve, la joven Claudia Rodríguez, de La Habana, resume lo que es para ella ese espacio juvenil.
«Gente linda que sueña y crea», se lee debajo de una foto que ha subido la comunicadora social a Facebook, mientras transcurría el Tercer taller de la Articulación Juvenil, del 22 al 24 de febrero, en la provincia de Ciego de Ávila, a 420 kilómetros de La Habana.
Allí más de 50 jóvenes pasaron revista a lo que han hecho y, sobre todo, lo que desean promover desde su iniciativa personal y los más de 20 proyectos, agrupaciones y alianzas que ya articulan en 13 de las 14 provincias del país, en busca de transformar imaginarios, realidades y comportamientos.
Las sesiones del encuentro incluyeron momentos de intercambio y superación sobre equidad social, empleo de redes sociales, cultura jurídica, educación popular, violencia de género y comunicación, así como trabajo en grupo para identificar metas, fortalezas y acciones.
«En el país hay muchas iniciativas que trabajan desde y para jóvenes, pero no siempre se conectan. Esta articulación trata entonces de que hagan sinergia, hallen puntos comunes y conexiones a futuro», explica a SEMlac Yasmany Díaz,
especialista de OAR.
El empoderamiento, el liderazgo y la participación son sus principales ejes de trabajo, para lo cual desarrollan acciones de formación y sensibilización, de transformación comunitaria y de comunicación que ayuden a potenciar los espacios reales de participación.
La plataforma la integran líderes juveniles, estudiantes, deportistas, personas insertadas en los sectores de salud, educación, arte, en iniciativas privadas, de la comunicación, comunidades religiosas y otros espacios.
«Se basa en el principio de la pluralidad, de una heterogeneidad que domina, una gran diversidad; pero toda vinculada a la equidad social», precisa Díaz a SEMlac. «Cada quien contrae el compromiso de hacer y aportar desde lo mucho o poco que puede hacer».
Ese es el caso de Pedro Luis Sánchez, de 26 años, estudiante de la filial de Ciencias Médicas de Bayamo, ciudad a más de 740 kilómetros de la capital cubana.
En septiembre de 2017, Sánchez creó el proyecto Pulso, en alusión a los signos vitales y «una de las primeras cuestiones que nos enseñan a tomar cuando empezamos la carrera de Ciencias Médicas», precisa.
«Nuestro interés es cambiar las realidades que maneja todo el personal sanitario cuando aparecen en sus consultas personas con conductas no heteronormativas, con diferente tipo de estado serológico o identidad de género», expone como ejemplos.
«Cuando uno no se ha preparado lo suficiente y carece de una visión inclusiva, entonces maltrata al paciente, cae en faltas graves a la ética médica, en actos de discriminación», explica y agrega que en la formación de pregrado se incluyen algunos contenidos al respecto, pero son insuficientes y predomina un enfoque muy biologicista.
«Por eso pensamos en preparar al estudiantado del sector, como una forma de invertir a futuro en un personal más integral», labor para la cual se apoyan en profesionales aliados de diversas disciplinas.
Sánchez integra la articulación desde su creación, en 2016, y eso le permitió identificar los caminos que podía andar para impulsar el proyecto Pulso. La plataforma ha sido para él, también, una gran oportunidad en el cambio personal.
«La articulación ha ampliado mi visión. Me ha enseñado a ser feliz conmigo mismo y respetar a las demás personas. Me ha permitido hacer nuevas amistades a partir de sensibilizarme con sus historias, como es el caso de las mujeres trans. He aprendido a valorar a las personas por sus esencias», relata a SEMlac.
El caso de Daily Zaidi Hidalgo Esteban es diferente. Razones ajenas a su voluntad la alejaron del voluntariado, donde se mantuvo activa por algún tiempo, y el Tercer taller ha sido el escenario para reencontrar viejas amistades y construir otras, desde el activismo social.
«Quise volver por lo que siento, por el compromiso y el deseo de mejorar la sociedad», asegura la joven de 25 años, especialista del Centro de Higiene Provincial de Sancti Spíritus, a 350 kilómetros de la capital.
Para Danielle Laurencio Gómez, joven periodista de la Agencia Cubana de Noticias en la oriental provincia de Las Tunas, el grupo es, sobre todo, «una gran familia» y «un espacio que me ha hecho crecer».
Esta joven de 23 años se declara identificada con cada una de las causas de la equidad social y compara la articulación con el espacio al que se quiere llegar, no como fin ni meta, sino como punto de partida.
«Cada quien aquí es la pieza de un puzle al que le queda mucho que hacer para avanzar en temas de respeto, equidad, igualdad de derechos y oportunidades, de participación de todos y todas como seres humanos. Para mí ha sido importante poderme reconocer como agente de cambio», resume.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diecisiete − 16 =