Por Sara Más / saramas_2000@yahoo.com
En el sector agrario cubano hace falta seguir promoviendo miradas, enfoques y acciones que apunten hacia la equidad entre mujeres y hombres, ratificaron representantes de diversas organizaciones durante el IX Encuentro de Agricultura Orgánica y Sostenible, que sesionó del 21 al 24 de mayo en el Hotel Nacional, en La Habana.
«La igualdad de género compete a hombres y mujeres y tiene que ver con la justicia social», dijo Dilcia García, de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), al intervenir en la mesa «Género en el sector agrario», moderada el lunes 21 por Yesenia Arjona, de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), organización que convocó al encuentro.
«No puede haber desarrollo sostenible en un sector tan importante para la economía nacional como el agrario, si no se produce en condiciones de igualdad y equidad», destacó García, quien reconoció el papel jugado por la cooperación internacional en la comprensión e introducción de estos temas en el ámbito rural, a partir del desarrollo de proyectos y programas conjuntos.«Nuestra cooperación ha avanzado del enfoque de mujeres en desarrollo a una mirada al género en desarrollo, donde se pretende posicionar a las mujeres en la corriente principal, en el centro de las acciones de la cooperación que desarrollamos», explicó Gemma García Oliva, responsable de género de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Cuba.
La representante de AECID subrayó que, con ese enfoque, «las acciones de cooperación se han empezado a basar en los roles, responsabilidades y poder de las mujeres y los hombres en la sociedad a la que pertenecen y en las necesidades para cambiar su situación».
Agregó, además, que la cooperación española ha encontrado en Cuba grandes alianzas en ese proceso de tránsito hacia el reconocimiento de las necesidades estratégicas de género.
Entre los ejes principales del trabajo conjunto con las instituciones cubanas, García Oliva identificó la necesidad de dar prioridad a la autonomía económica y política de las mujeres, reduciendo las brechas con los hombres, así como atender el desarrollo sostenible e igualitario con toma de decisiones compartidas entre mujeres y hombres.
«Una vez logrado el cambio de enfoque y tomadas las medidas para consolidar el proceso institucional, queda ahora pasar del marco de la igualdad formal a la igualdad real», sostuvo.
Uno de los desafíos señalados por la responsable de género de la AECID es el de apoyar los procesos de empoderamiento en los pequeños espacios, tradicionalmente considerados femeninos. «Que tengamos ingresos no implica que seamos autónomas económicamente, o que tengamos relaciones sexuales no implica que expresemos libremente nuestra sexualidad», comentó.
Finalmente, García Oliva reiteró la urgencia de superar tabúes y estereotipos, tanto en las instituciones nacionales como en las agencias de cooperación y organizaciones no gubernamentales para promover una cultura de igualdad que no invisibilice en el ámbito de lo privado algo tan público como las desigualdades de género.
Por su parte, Dilcia García hizo un rápido recorrido por el trabajo de la ACPA en esa materia, que ha tenido entre sus hitos la elaboración de una estrategia de género institucional en 2006 y un primer proyecto específico de género, en 2011, este último con apoyo de la AECID y las organizaciones Mundubat y ACSUR Las Segovias, con participación de organizaciones cubanas, incluida la Federación de Mujeres Cubanas.
Precisó que la estrategia se ha ido enriqueciendo a lo largo de los años y en ella hay que seguir trabajando. «Como la vida es más rica, tenemos que seguir profundizando y, sobre todo, adquiriendo conocimientos y toda la información que nos ayude a hacer un trabajo más efectivo», reconoció.
En la mesa se abordaron otras experiencias, como la inclusión del tema de género en el trabajo del sector forestal, a cargo de Mavis Álvarez; la práctica de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), por parte de Eli Rodríguez; las acciones en busca de la equidad en ACTAF, por Yesenia Arjona; y la igualdad de género en la gestión con calidad para la seguridad alimentaria, por Ada Cuesta, del Ministerio de la Agricultura.
Igualmente se convocó a la celebración en febrero de 2013, en La Habana, del I Encuentro Internacional Mujer, Género y Ruralidad, también organizado por la ACTAF.
Al intervenir en la apertura del IX Encuentro, Idalmis Nazco Chaviano, presidenta de esa organización, dijo que estos encuentros, que la asociación organiza cada dos años, contribuyen a la integración del pensamiento agroecológico y al quehacer de quienes apoyan, velan y trabajan por el desarrollo de una agricultura ambientalmente sana, socialmente justa y económicamente viable.
«La necesidad de revertir los efectos negativos de la crisis económica internacional sobre la agricultura en la región requiere de un mayor esfuerzo de todos los actores involucrados en la producción de alimentos. Estamos ante un problema global, que a nivel de cada país, territorio, municipio y comunidad tiene sus características y peculiaridades. Por lo tanto, los retos vistos desde la agricultura y la agroecología son diferentes», remarcó.