Por Sara Más / saramas_2000@yahoo.com
Cubanas seguidoras del feminismo, estudiosas de la materia o interesadas en esa ideología abogaron por articular más sus experiencias teóricas y prácticas, a la par que propusieron crear una red en busca de mayor intercambio y nuevas alianzas.«Sería una forma de difundir y compartir experiencias de activismo e investigación feminista, de concertar esfuerzos y saberes aislados de varias personas, organizaciones e instituciones que, en muchas partes del país, vienen trabajando en este camino», comentó la periodista Isabel Moya, durante un encuentro el 24 de julio en el Instituto Internacional de Periodismo «José Martí», en La Habana.
Bajo el título «Feminismo en Cuba hoy: repensar la teoría y la práctica», el debate fue convocado por la Cátedra de Género y Comunicación «Mirta Aguirre», de esa institución, y formó parte del espacio Voces para el diálogo, que apoyan la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Consejería Cultural de la Embajada de España y el Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac). «Tal vez estamos en el momento de fundar algo, de trabajar juntas todo el tiempo», había señalado la crítica e investigadora literaria Zaida Capote Cruz, tras reconocer la existencia de redes informales que se activan y movilizan de diverso modo, a veces incluso a nivel personal, pero que precisan, en su opinión, de una estrategia de trabajo mucho mas coherente e integradora.
Además de la estructura que esa articulación pueda adoptar, el consenso apuntó a romper las barreras de la incomunicación que hoy impiden conocer de experiencias similares fuera de la capital del país, establecer mayores vínculos de trabajo e intercambio, o impulsar agendas comunes y sinergias entre los ámbitos teóricos y prácticos, más allá de los círculos académicos e intelectuales.
Hacer visibles las voces y experiencias que apenas se conocen, incluso, entre las propias seguidoras e interesadas en estos temas, y recuperar la memoria histórica del movimiento feminista cubano estuvieron también entre las inquietudes expresadas en la cita, a la que asistieron académicas, comunicadoras, estudiantes, intelectuales y profesionales de diversas disciplinas de la capital del país, y en la que participaron también dos hombres.
Para la socióloga Teresa Díaz Canals, partidaria de que se divulguen y estudien las voces históricas del feminismo en la isla, en toda su riqueza y diversidad, no puede verse ni entenderse ese movimiento como único, sino como la existencia y expresión de muchos feminismos, con sus diferentes visiones.
«El pensamiento nunca será un sistema cerrado y acabado, es fragmentado», expuso Díaz Canals a SEMlac y señaló que ser feminista no es solo hacer «una declaración de fe y mucho ruido», cuando hay otras muchas maneras de serlo, «incluso desde el silencio».
En cambio, a la doctora en Filosofía Georgina Alfonso le es muy difícil hablar de un movimiento actual de ideas feministas en Cuba o identificar un debate sobre el tema, aunque constata «un interesante movimiento» sobre la perspectiva de género, que «promueve un primer acercamiento al pensamiento y a la práctica social feminista».
La integrante del Grupo de Estudios «América Latina: Filosofía social y Axiología» (GALFISA), del Instituto de Filosofía, ubica en los finales de la pasada década de los noventa el momento en que el trabajo de género y el debate sobre los aportes del feminismo al proceso emancipatorio adoptan nuevos significados y se diversifican hacia múltiples espacios formales e informales, organizaciones, instituciones y redes.
«Sin embargo, los procesos de formación y de teorización sobre la crítica al patriarcado y el nexo entre feminismo y socialismo son aún fragmentados e inconexos, existen diversos posicionamientos que no hallan el modo de ponerse en común, así como esfuerzos formativos sectorializados que impiden avanzar en estos temas, vitales para profundizar el sentido emancipatorio del proceso cubano», comentó la estudiosa a SEMlac.
Lo más importante, sostiene, es «hablar de una práctica de emancipación y liberación de las mujeres cubanas, una las más grandes transformaciones de la Revolución», y de sus nuevos desafíos.
De acuerdo con Moya, coordinadora de la Cátedra de Género y Comunicación «Mirta Aguirre», existen experiencias fuera de la capital, lo mismo en las cátedras de estudio de la mujer, que vinculadas a las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), o de carácter comunitario e institucional, en el sector agrario y otros.
En ellas hay un alto compromiso con el trabajo de género y por la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres, señaló. Todas ellas, dijo, merecen conocerse e integrarse también en esta propuesta de red.
La estudiosa de las teorías de género y comunicación no ignora que el desconocimiento, los prejuicios y estereotipos vigentes en el imaginario colectivo influyen todavía en el rechazo al feminismo.
Por un lado se le equipara al machismo y «se ve como una ideología que plantea la superioridad femenina», describe a SEMlac. Por otro, se apela a los modelos peyorativos que siempre representaron a las feministas «como caricaturas masculinizadas», agrega.
«Hay necesidad de esclarecer que si hubiera un correlato al machismo sería el ‘hembrismo’, en tanto el feminismo lo que propone es transformar la sociedad en torno a un ser humano mejor: hombre, mujer o personas con identidades diversas», aclara a SEMlac la Doctora en Ciencias de la Comunicación.
En ese interés por derrumbar prejuicios, esclarecer términos y difundir conocimientos, las asistentes al encuentro abogaron por la inclusión de los temas de género en la preparación y formación de dirigentes en el país y en los estudios de educación superior, solicitud esta última que ya se ha hecho formalmente a las autoridades de esa enseñanza, según precisó Mayda Álvarez, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la FMC.
Una amplia propuesta casi cerró el encuentro, a la hora de formular o pensar en una agenda feminista de la actualidad, a la luz de los cambios económicos que vive la isla.
Entre otros temas, y a modo muy general, apenas como enunciados de investigaciones o asuntos en los que debe de profundizarse, se incluyeron asuntos que relacionan a las mujeres con el empleo, los medios de comunicación, las familias, las políticas públicas, la violencia de género, el acceso a métodos anticonceptivos y el aborto, la pobreza, las masculinidades, las relaciones raciales, la paridad en los espacios políticos, la educación, las religiones y muchos más.