Exposición de arte reclama justicia ambiental y social

Redes que encierran cuerdas, cabos y plástico, desechos disímiles que arrastra el mar, ya sea en las costas de Italia, Portugal o en las mismas playas de La Habana… redes que atrapan sentimientos y libertad, los cuerpos, las identidades, la expresión de lo que somos.

La metáfora se clarifica cuando se está frente a las obras del artista italiano Pablo Valerio, que llaman casi al unísono a despojar las aguas del planeta de la contaminación humana y a no dejarnos encerrar por estereotipos y miedos.

Bajo el título de “Pluralidades de identidades, jaulas de género y cuestiones de sentimiento”, una muestra de Valerio fue inaugurada el 21 de mayo en el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), como parte del programa de actividades de la XII Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia.

Para la directora del Cenesex, Mariela Castro Espín, trabajar desde el arte las acciones comunicativas y educativas es uno de los modos más efectivos de contribuir a “desarticular aprendizajes rígidos que, en lugar de ayudar a la emancipación del ser humano, siguen reproduciendo formas de dominación que impactan en nuestros cuerpos, individualidades, identidades y también en el amor, el placer y la salud de las personas”.

A su juicio, el trabajo de Pablo Valerio, profesor de psicología clínica en la Universidad de Nápoles Federico II y director del Centro “Servicios para la inclusión activa y participativa de los estudiantes” (SInAPSi), nos lleva por el camino de deconstruir ese ejercicio de poder al que nos somete el binarismo hombre-mujer.

“El artista sintetiza de modo muy poético esta idea. Usando la basura que recala en la orilla ya transformada por la naturaleza, crea sus piezas, para denotar el sentimiento complejo que viven las personas atrapadas en las redes de la dominación de prejuicios, tabúes y mitos, y también las que están fuera”, refirió Castro Espín.Las redes ilustran, simbólicamente, la cultura binaria, sexista y heteronormativa que coarta la libertad de los seres humanos. Foto SEMlac Cuba

De acuerdo con Pablo Valerio, el hilo conductor de su obra es “leer las diferencias como una gran capacidad. La pluralidad de las identidades, en el mundo en que vivimos tiene un valor fundamental”, dijo.

“Esta muestra debería ser un grito de alarma: protejamos la naturaleza, estemos atentos para que el plástico no invada los mares haciendo la vida de los animales más difícil. Pero los desechos también nos invitan a pensar en la belleza que existe allí donde los otros ven suciedad y cosas para botar”, añadió.

Ello tiene que ver también con mi profesión, porque he trabajado con personas que se consideran fuera de la sociedad, como las personas trans o no conformes con su género, a menudo marginadas, dijo.

Las redes donde ensambla los materiales recogidos representan entonces, para el artista italiano, cárceles de las cuales tendríamos que liberarnos. “Ellas ilustran, simbólicamente, aquella cultura binaria, sexista y heteronormativa que coarta la libertad de los seres humanos”, subrayó Valerio.

En opinión del italiano Rafaelle Loffredo, curador de la exposición, el también psicólogo es un “coleccionista de sentimientos”.

Valerio reafirma esas palabras, pues a través de sus obras— hechas con materiales del Mediterráneo, el Atlántico y el mar Caribe— puede permitirse “mostrar que el mundo, Italia, Cuba, es el mismo. Lo único importante es el amor, la paz y la serenidad para todos”, afirmó.

La exposición se exhibirá todo el mes de junio en el patio de la institución, ubicada en el Vedado capitalino. La muestra se inscribe, además, en el ámbito de un protocolo de colaboración estipulado entre el (SInAPSi) de la Universidad de Nápoles Federico II y el Cenesex.

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