Amistades, familiares, artistas e intelectuales se reunieron en La Habana para compartir el tiempo y la dimensión de la escritora cubana Georgina Herrera, fallecida el pasado el 14 de diciembre.
“Yo quisiera que recordáramos con alegría a esa mujer que fue alegre, a esa mujer a la que le gustaba darse unos tragos, a esa mujer que aprovechó sus amores, a esa mujer que supo escribir con sencillez”, dijo el ensayista e investigador Roberto Zurbano, durante el homenaje realizado en la Galería Haydee Santamaría de Casa de las Américas, el 18 de diciembre.
La noticia del fallecimiento de Georgina Herrera, Yoya para quienes le profesan amor y respeto, recorrió las redes sociales y los medios nacionales. Víctima de la covid-19, la reconocida escritora falleció a los 85 años de edad, en pleno proceso creativo.
“Yo estuve muy cerca de ella en este último tiempo, estábamos trabajando en digitalizar materiales y textos suyos y recuerdo que, a veces, no podíamos trabajar porque comenzábamos a conversar o había que comer algo primero—a Yoya le gustaba mucho comer— y entonces no teníamos para cuando acabar”, recordó con afecto Aracelys Rodríguez Malagón, investigadora e integrante de El Club del Espendrú.
Su gracia para la palabra y la conversación, su fidelidad a los secretos que le confesaran en su casa de 17 y H en el Vedado, su goce por los buenos placeres de la vida, la intensidad de sus pasiones, la resiliencia ante la adversidad fueron valores de la querida escritora que se celebraron en el encuentro.
“Es un privilegio haber tenido a Georgina, hemos venido a despedirla de esa manera cercana”, recalcó Zurbano.
El intelectual cubano recordó la creación polifacética de Georgina, su poesía sencilla y contundente, sus relatos y ensayos, su labor como guionista y su trabajo en la radio y la televisión por más de 40 años.
A los 16 años, Herrera comenzó a publicar en revistas y medios de prensa. El recuerdo de su primer libro GH, publicado por la editorial El Puente en 1962, trajo reflexiones sobre la desarticulación de aquel proyecto de jóvenes, innovador y osado, que sufrió de incomprensiones y silenciamiento.
“Ella no es una pieza menor en la literatura cubana, ni en la literatura escrita por mujeres, ni en la literatura escrita por negros, ni en la literatura de la Revolución, pues rebasa esas condiciones”, afirmó Zurbano, quien dijo que Herrera solía comentar que “la gente no sabe dónde ponerme”.
Documentales, antologías y publicaciones suyas en varios idiomas forman parte de su legado a la cultura nacional. La escritora fue jurado de prestigiosos concursos, entre ellos el Premio Casa de las Américas y el Nacional de Literatura; también fue reconocida con las medallas Raúl Gómez García, Alejo Carpentier, la Distinción por la Cultura Nacional, Escritora de Mérito del ICRT, Diva de la Radio y Micrófono de la Radio, entre otros lauros.
La cineasta Rebeca Chávez entrevistó en 2020 a Herrera para su documental Charo y Georgina, otra vez frente al espejo, que reúne a la poeta con su colega Charo Guerra en una conversación poética y vivencial. Durante el homenaje, Chávez agradeció emocionada la posibilidad de filmar a Georgina, una oportunidad que calificó como un regalo de la vida, y leyó un fragmento del texto que publicara Herrera en su cumpleaños 84.
“Entonces, en medio de este torbellino, dejo un espacio lleno de claridades para un posible futuro, por si es cierta la reencarnación. Quiero ser lo que soy ahora, volver las veces que sean necesarias como la primera vez: fuerte, guerrera, amorosa, cimarrona, palenquera, volver como si no me hubiera ido, siendo lo que soy: negra, pobre y mujer y retomar mi puesto en nuestra lucha, porque esta lucha, la nuestra, no va a acabarse en largo tiempo.”, escribió la poetisa en abril de 2020.
La investigadora y activista Daysi Rubiera reconoció el miedo de Herrera a la muerte y dijo que, para encontrar la tristeza que le habitaba por los golpes de la vida, había que buscar mucho. Rubiera rememoró las llamadas diarias a su amiga para dar los buenos días y desear buenos sueños. También reconoció el adiós de despedida de Yoya cuando la llamaron para decirle que pasaba a cuidados intensivos. “Georgina es una mujer que merece ser recordada sin lágrimas”, afirmó.
Georgina Herrera se enorgullecía de ser una mujer negra y cimarrona, es considerada uno de los pilares del afrofeminismo cubano, una sabia y mentora para poetas y activistas, que compartía lo que tenía. Su presencia en la creación de Afrocubanas, un colectivo afrofeminista de avanzada, fue vital. Por eso despedirla no es fácil.
“Te fuiste a ese espacio indefinido escoltada por el linaje de Carlota, Fermina Lucumí y tantas mujeres que como Mariana, la madre de la Patria, fueron personas a quienes dedicaste tu poesía y ahora te reciben para recordarnos que nunca jamás abandonaremos este combate, en el cual tu liderazgo seguirá presente en la acción cotidiana, la más difícil por la trayectoria que es cada día”, concluyó la investigadora, periodista y activista Gisela Arandia.